jueves, 1 de mayo de 2014

En Busca del niño perdido

 Necesito escribir y ya va siendo hora de que salga de un “letargo” que me sepulta.  
   He decidido empezar con el blog.  Dicen que tenemos que consultar al niño que llevamos dentro y yo temo que el mío siquiera se presentó o se fue demasiado pronto.
Creo que somos muchos los que nos identificamos con esta sensación y los que buscamos a nuestro niño perdido que necesitamos, desesperadamente, encontrar.
Yo nací en el 44 en un contexto  que me imponía su papel, lo tenía muy mal el niño que yo era. No nos engañemos, todos sabemos que el niño que éramos tenía que adaptarse al entorno que le tocaba y todos somos conscientes de que para “crecer”, hemos negado al niño.
Pues bien; hace unos días, alguien de mis círculos en las redes pasó un mensaje que decía algo así como: “No hagas nunca algo que no hubieras aprobado cuando eras niño”.
Me ha hecho pensar mucho esta frase y sí creo que hay un niño, por mucho que me obstine en no querer verlo. Me gustaría mucho compartir el viaje, si gustáis.
Me siento contagiado por el desencanto y ya no encuentro la palabra… Todos estamos atrapados en una férrea agenda; real e imaginada; todos estamos atrapados por el tiempo. La única alternativa es entrar en las agendas.
Buscar el niño perdido puede ser un coñazo y a los niños no les gustan los coñazos, eso es para mayores.

El niño que busco  quiere dar un paseo, el de todos los días. Lo sigo en cuanto termine de escribir este texto. Me mira como si no comprendiera por qué no os invito y sé que no soy capaz de explicarlo .¿Quién sabe? Alguien quizá lo lea y no necesitara invitación para acompañarnos.¿Te animas?

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