Muchas gracias, lector; las visitas de hoy me están subiendo
un poco la auto estima; últimamente tenía la impresión de no dar una en el
clavo y me habéis dado fuerzas, para escribir esto y más; he empezado un nuevo
artículo y para broche de oro, he recibido una oferta de publicación para mi
tercera novela.
Ayer una señora que me merece mis respetos me la había machacado
con criterios tales como la certeza de que el lector carece de interés por el
esperpento. No me gustan los papistas y aún menos puedo admitir que el
esperpento no guste a la audiencia. Sin embargo, reconozco que recibí un buen
zarpazo; estoy siendo muy vulnerable.
Tengo mis recetas y gracias a ellas sobrevivo. Cada día voy
a la etapa de la Oliva de la ruta de Santiago que pasa por Villaviciosa y doy
gracias a las piedras – es una joya románica- a los àrboles y a lo que quede
del paso de los peregrinos, por algo bueno que me haya pasado, siempre
encuentro algo. Hoy era el ligero aumento de las visitas, mañana será la
propuesta de la editorial, también el día que la señora me había roto en trozos
mi obra, había encontrado algo que agradecer.
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