Estoy cumpliendo los modestos objetivos de publicar un
artículo de opinión y un capítulo de mi quinta novela por semana y los medios
con los que colaboro han publicado en muy buen lugar el artículo de ayer: La Casa de mi tía Diario Siglo XXI
Falta Búscolú y supongo que lo publicará cuando cambie
la portada.
Es la única señal que recibo de que mi esfuerzo sirve
para algo. Algo es algo ¿NO? Pero esto no basta para decidirme a publicar mi
cuarta novela.
Las cuentas de la abuela me dicen que antes de hacerlo
debo tener muy claro que la nueva publicación represente un avance, por pequeño
que éste sea, para llegar a mis lectores.
Sí que veo un pequeño avance con respecto a los que
compran mis libros en las cuatro librerías en que se venden mis obras. Es un
paso hacia la fidelización. Son pocos, pero merecen el esfuerzo de la
publicación.
Estoy convencido de que la vieja me diría que antes de
empezar la quinta debería haberme ocupado de la cuarta, porque se trata de algo
que he dejado sin resolver desde la primera. No deja de tener razón la vieja,
pero desde su perspectiva. Desde la mía, el mantenimiento de los objetivos
aludidos genera una autoestima de la que estoy muy necesitado y desde luego, la
vieja no puede negar que esta opción ayuda a la promoción. Todo es muy lento,
claro, pero este blog tiene lectores muy fieles, gracias una vez más y ¿Quién sabe?,
a lo mejor esto deja de ser un monólogo.
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