viernes, 17 de julio de 2015

Presentación de "Esto es un infierno"

Presentación de “Esto es un infierno”


El pasado miércoles, se produjo un “milagro” que desbordaba el café de Vicente, puesto que se intrigaba en la peluquería  de enfrente, Diagonal,  en la terraza y en las calles que lo enmarcan.  Es un fruto del tiempo, puesto que se trata de la cuarta novela publicada por Carlos Ortiz de Zarate y porque el local es siempre el primer lugar en que el autor presenta sus obras. Así se ha tejido una complicidad. No es milagro; es convergencia. Nadie pasaba por aquí por casualidad.
El primero que intervino, tras la bienvenida de Vicente, Salvador del Olmo Dieppa, comentó que estaba a punto de dejar sus estudios universitarios, porque su sueldo no le permitía cubrir los gastos para salir de su isla, Gran Canaria, y poder cursar el segundo ciclo de la licenciatura en Filología Francesa, puesto que en la Universidad de las Palmas  de Gran Canario, solamente se impartía el primer ciclo. No ocurrió así porque su profesor logró asociar a las Universidades de Barcelona, Las Palmas y París 8 en un proyecto, entonces incipiente de la actual Unión Europea Erasmus Lingua y argumentar para que se contemplara el objetivo de aliviar el peso de la insularidad. Así, los alumnos que estaban en el caso podían completar sus estudios en la Universidad de París 8, acogidos por la Universidad de Barcelona y la Universidad de Las Palmas aportó fondos para completar la financiación de los costos que no cubría la beca comunitaria. Fue necesaria una complicidad para aplicar recursos para objetivos que no estaban previstos en los programas Erasmus-Lingua, pero Salvador y los alumnos que se encontraban en la situación del mismo no fueron castigados porque la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria no ofreciera el segundo ciclo de la Licenciatura en Filología Francesa, por el contrario, los cursaban en la Universidad de París 8 y obtenían la titulación de esta universidad y de la Universidad de Barcelona. No era un milagro, bastó con la complicidad de todas las partes implicadas. Hay un hilo conductor: las buenas relaciones de Carlos Ortiz de Zárate con sus ex profesores en Francia y con la Universidad de Barcelona, en la que cursó el grado de Licenciado y el doctorado.

La segunda en intervenir, Isabel Campo Viejo, inspiradora de personajes de varias novelas del autor, dio voz a Anabel, personaje de “Esto es un infierno”. Es una pobre mujer que está con todos, pero que no está con nadie; es una voluntaria que divide su vida en su trabajo de funcionaria y la residencia geriátrica, donde ella se dice que va a ayudar al prójimo, pero que, en realidad busca “prójimo”. Es una pobre desgraciada, porque nadie busca su complicidad y porque es expulsada, precisamente, cuando la residencia deja de ser un infierno. Con todo ello, Anabel enciende el detonante del milagro: la muerte de la egocéntrica Chuchi.

Carlos Ortiz de Zárate mencionó el horror que siente por lo que le espera: la residencia geriátrica y que en la novela se había propuesto confrontarle, en un momento muy duro de su vida. Lo que hay, las miserias que todos tememos, está muy presente en la novela, pero en un humor negro que arranca carcajadas. El milagro se produce; no estaba previsto, como en el caso de Salvador, pero Jonatán, un “deficiente mental” logra que Libertad, condenada por Franco a llamarse Maruja, recupere su identidad y su piano, que se encontraba en la cuarta planta de un edificio carente de ascensor, al que no tiene acceso desde que rompió la cadera. El infierno toma los colores de la ilusión. No es un milagro y podría ocurrir, pero no suele pasar, porque no estamos abiertos a las complicidades, como ha ocurrido en esta presentación.

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