lunes, 12 de diciembre de 2016

Mi artículo de hoy


Algo va mal

“El orden” está carcomido por corrupción y recortes,  y se sostiene.  Hace tiempo que se habla del “fin de la Historia”, me quedo con el discurso  demoledor de Régis Debray: La Mediología, con una introducción de acceso gratuito: https://monoskop.org/images/c/c4/Debray_Regis_Introduccion_a_la_mediologia.pdf  y con los movimientos de la globalidad ciudadana de los 90s. Añado  datos;  el Foro Social  de Porto Alegre  logró la presencia de poderosos y  la publicación de la denuncia de los instrumentos que utiliza el poder para captar votos que hizo  Debray en el 2000 fue subvencionada por el ministerio francés de Cultura.
Aconsejo la lectura, porque  ofrece una excelente perspectiva  del mal que padecemos; estamos atrapados por el juego de lo que nos hacen ve; es el fin de nuestro discurso. ¿Cómo? , Régis lo explica muy bien. Vemos lo que quieran que veamos, porque nos imponen la mirada.
Han pasado más de tres lustros. Ha habido muchos y muy buenos discursos que denunciaban las maniobras  de manipulación que estamos sufriendo. Yo también puse mi granito de arena: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=154068
  ¿Terapia? Hay gérmenes de movimientos ciudadanos y gobiernos alternativos. No hemos logrado convencer a los votantes  que están atrapados en la visión del orden, pese a que cada vez está más claro que es falsa.
Voy a limitarme a un ejemplo, a finales de la última semana se han conmemorado sucesivamente los días contra la corrupción y en defensa de los Derechos Humanos. La España de Rajoy ha tenido índices inquietantes en ambas; puedes leer el informe de Amnistía Internacional: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/espana/ ; el propio orden dice que hay desorden; la misma ONU que tenía como misión crear el Estado de Palestina y aún no lo ha hecho, da un buen tirón de orejas a nuestro presidente, que sería aún el candidato más votado según las encuestas.
La actualidad está repleta de síntomas de ruptura y de putrefacción de lo que vemos como “orden”; baste mencionar los rumores sobre manipulación de la elección de Trump y no olvidemos que la voz cantante la tiene la CIA.
¿Qué hace la oposición? Una oposición ya desgarrada  por etiquetas  se desgarra más  en luchas internas.

No pretendo proponer una terapia, pero recuerdo que  corrupción, recortes y deuda están aquí y que lo menos que puede hacer la oposición es unirse para impedirlo y para mostrar que no es cierto que sean inevitables,  y que los instrumentos de control que no funcionan, véase Banco de España o véase la justicia, pueden y deben funcionar. La oposición no tiene disculpa alguna para permitir la impunidad.

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