sábado, 17 de junio de 2017

Sin cita previa

Aclaraciones al capítulo de Iris.


Es cierto que me sentí decepcionado. La razón era que había pedido a Iris que enviara la documentación del molino que tengo en venta a otra persona. Argumentaba mi petición: tengo el buzón lleno, me falta tiempo para seleccionar lo que puedo borrar y no puedo, hasta que haga la limpieza, enviar adjuntos.
Mi petición no tuvo respuesta. Envié un mensaje en que preguntaba la razón.
La respuesta fue “¿Por qué?. No conozco a esa persona”. Respondí ´reiterando  la razón de mi petición y añadía que mi intención no era empujar a que alguien hiciera algo que no quería hacer. Preguntaba si le venía bien que telefonera a los once y aclaraba que no quería tratar del tema. La llamada tenía por objeto consultar si le iba bien el billete que le había reservado; las reservas se mantienen veinticuatro horas.
Cierto que en mí había malestar, pero desde luego, no es cierto que intercambíaramos insultos o descalificaciones, como ella pretende, en el original, que me he permitido matizar, y he tenido que poner en el blog sin su consentimiento. He esperado un buen rato para obtener una respuesta que no me ha llegado.
En la conversación se aclaró que ella no había recibido el primer mail en el que indicaba la dirección a la que se solicitaba enviar la información y también que la respuesta que yo había interpretado de otra manera se refería al hecho que no conocía la dirección.
También es cierto que antes de que habláramos indiqué  mi malestar por recibir la información cuando ya había explicado el problema de mi buzón. De hecho, Telefónica me comunicó, nada más recibir los adjuntos, que mi buzón estaba a punto de rebosar y reenvié el aviso a Iris.
En la conversación me explicó que no había recibido esos mensajes. Pelillos a la mar.
No es cierto que le afeara comentarios que alguien hace de ella. Comenté que los ignoraba, porque me parece de mal gusto dirigirse a mí cuando los comentarios se dirigen a ella. Por otra parte, insistí que no me parecían comentarios irrespetuosos.
Lo de “Selecciones”, fue un simple comentario. No me molestó, simplemente me sorprendió. Incluso ella sugirió quitarlo. No me pareció buena idea. Defiendo la espontaneidad.
Por supuesto que no debemos  ser sectarios. Tenemos que conocer otras perspectivas. Es bueno para poner a prueba las nuestras y para desmontarlas, en caso de necesidad.
Para mí, el asunto estaba resuelto. Parece que no es así para Iris. No quiero entrar en el tema. Iris es libre de hacerlo. Es más, es deseable para la trama. Yo, mañana pondré el texto que tenía preparado. No es huída, no, es el proceso de mi catarsis: no soy ángel o demonio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...