jueves, 12 de abril de 2018

Pasionaria XXIII


Las elecciones del 36 II
En la casita de Isabel Carlota, 11 de abril.
Nuestra anfitriona concluyó ayer su invitación:
—No se os ocurra traer nada, porfa. En mi familia es una ofensa.
Nadie respondió. Siquiera se nos había permitido expresar la aceptación o el rechazo de la invitación. Nos sentimos, una vez más, raptados por esta ninfa de la postmodernidad.
Era un almuerzo a las 15h, como si proyecta invitarnos a sestear asistiendo a una Corrida. No me hubiera sorprendido que tuviera mantilla, peineta y abanico y un amigo capaz de conseguir el mejor tendido de la plaza. Seguro que de Sevilla. La imaginación al poder: nunca podríamos comprobarlo, puesto que no se han inventado aún medios de transporte que hagan el recorrido en tan poco tiempo.
Nos retiramos a nuestros nidos en cuanto se fue la intrusa. No hubo signo alguno de intención de comentar.
Hemos pasado la mañana callejeando cada un@ por su lado. Siento que compartimos la tendencia al vagabundeo. Necesitamos encontrarnos con nuestra mente o con esa gente o cosas maravillosas que aún no hemos encontrado; que quede muy claro que yo también estoy felizmente casado, aunque no tengamos aún los papeles, a diferencia de Adrian.
Él y Álvaro se las entenderán con los conflictos entre seso   y sexo. Tienen materia gris, como diría Poirot, competencia y experiencia en resolución de conflictos, incluidos los internos.
La cuestión es que no nos hemos visto, desde anoche hasta la hora de la invitación.
—Hubo confluencia democrática en las elecciones de 1936, las últimas de la II República.
La anfitriona lanza esas palabras en cuanto estábamos tod@s sentad@s en torno a una mesa a nuestra medida, caballetes y tabla del tamaño, recubierta con una pieza de hule verde y blanco, de “aquellos tiempos”, que se desenrolla hasta que cubra la superficie deseada.
Ha colocado una sábana sobre pilares de madera rústica, pero el tinglado cumple su función de protegernos del sol, y la brisa alivia el calor. Se ha escogido el lugar donde mejor se está, en una finca confortablemente pequeña.
—Los 16 y 23 de Febrero, ¿Fue el asalto al Poder Legislativo del 23 F una respuesta al triunfo electoral del Frente Popular?
No sé muy bien quién ha formulado esta pregunta. El silencio es denso y profundo. No hay mentes maquiavélicas y cuesta pensar que, en efecto, el fallido golpe de Estado del 23 de noviembre de 1981 podría ser una advertencia. Lo fue en todo caso; la calle había arrancado al presidente Suárez la promesa de subidas salariales equivalentes a la suma de inflación y la mitad del crecimiento. El “Tejerazo” metió esta promesa en el fondo del baúl de los recuerdos.
—La España feudal volvió a ganar en votos, no así en escaños, la España “progresista obtuvo 60% de la totalidad del hemiciclo.
Habla Celia y lamenta:
—La mayoría parlamentaria estaba encerrada en soledades; todas esas facciones de Españas que no habían o han sido capaces de consensuar una alternativa para librarnos de atavismos.
Será por la comida; buena, pero un poco pesada,por la  brisa,por  la siesta…Lo ignoro, pero Isabel Carlota se acopla al debate de nuestra comuna.
—Lo de siempre; los partidos coaligados desconfiaban unos de otros: La idea de la unión surgió de Manuel Azaña, Pacto de Conjunción Republicana (1935). Su partido era Izquierda Republicana y la asociación era con otros republicanos más de derechas y que temían la calle. Azaña sabía que necesitaban esta y propuso incluir al PSOE. Hubo morros pero el convocante logró su propósito. El partido invitado también estaba dividido: Prieto estaba encantado con la propuesta, Largo Caballero puso la condición de incluir al Partido Comunista. La coalición estuvo a punto de romperse hasta que se consensuó un apoyo parlamentario de este último. Nada de entrar en el “aparato”.
—¡Volvemos a la soledad!
Lamenta Adrian.
Iris tiene una llamada de su Venezuela querida, se retira discretamente para no molestar.
—¿A la de Pemán o a la de Quevedo?
Strelizia mira como ella sabe mirar, a nuestros terapeutas, se monta su escenario y recita, yo creo que aún mejor que lo había hecho Celia:
En que el mentido robador de Europa
Media luna las armas de su frente,
Y el Sol todo los rayos de su pelo
,
Luciente honor del cielo,
En campos de zafiro pace estrellas,
Cuando el que ministrar podía la copa
A Júpiter mejor que el garzón de Ida,
Náufrago y desdeñado, sobre ausente,
Lagrimosas de amor dulces querellas
Da al mar; que condolido,
Fue a las ondas, fue al viento
El mísero gemido,
Segundo de Arión dulce instrumento.
Iris está llorando, me acerco a ella. Nos abrazamos sin recato, Strelizia ha alcanzado ovación y vuelta al ruedo. Es genial la idea de haber metido a Gongora.
Ha muerto hazky degollado por los otros perros que querían montarse la misma perra que él. Ha venido a morir a casa…
—No habría pasado si yo hubiera estado allí, no le permitía salir cuando había perras en celo en la vecindad.
Mi chiqui lo susurra mi oído.
Sé que necesita hablar con su madre y correr hasta encontrar un cyber donde pueda hacer la llamada.

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