miércoles, 29 de octubre de 2014

Seguir y seguir la huella

He escuchado una vez más “Los ejes de mi carreta; os invito a hacerlo: https://www.youtube.com/watch?v=w9g9jvZ4yJ0 . Es una realidad como un témpano de hielo, pero es defetista y yo, desde luego, no me resigno a ya no tener nada en qué pensar. Cuando se dice “ya”, se supone que alguna vez lo hemos tenido y yo soy de los que pienso es que, el “ya sobra”, por aquello de que “el que tuvo retuvo”. Es cierto que los años, las experiencias y el contexto no ayudan, pero es lo que hay y sobre lo que tenemos que construir alternativas de supervivencia.
Siempre he sido un “rebelde sin causa” y he dilapidado energía a borbotones y el arriero ha asumido su seguimiento de una “huella” marcada, un itinerario. Nosotros tenemos la tele y los teléfonos; el arriero los ejes…, pero todos estamos intentando no pensar, “matando el tiempo…
Intento romper el bucle, porque mi “rebelde sin causa” no se resigna y porque necesito encontrar mi huella. Me propongo pequeñas metas para encontrarla. Hoy me han publicado tres diarios un artículo que refleja uno de mis planteamientos de la actualidad:


Mis sinceros agradecimientos a estos medios. Hay convergencias, no estamos solos. Ya hay un cambio en el escenario del arriero, pero hay más, mi implicación en una actualidad que me afecta. Son pasos para encontrar mi huella.


lunes, 27 de octubre de 2014

Anécdotas

Desde hace unas semanas estoy siguiendo regularmente la retransmisión de “Isabel” por TVE1, el pasado lunes, entornos de 1498,  me quedé muy sorprendido al ver que se planteaba la solicitud del ducado de Gandía por el papa Alejandro VI a los “Reyes Católicos”, para su hijo ilegítimo Cesar-. No es así. Este ducado fue adquirido en 1485,  por el cardenal Rodrigo Borja, posteriormente  Alejandro VI, para su hijo ilegítimo Pedro Luis.
No se trata de un simple error; con el mismo se pone de manifiesto la firme defensa de España y del catolicismo de  los Reyes Católicos, como si éstos no hubieran nombrado a César Borja, a la edad de 16 años, arzobispo de Valencia. Os propongo la lectura de la segunda parte de un capítulo de mi novela, “El principado de la Fortuna: http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/155808#.VE4TRfmG9B0, que me parece tratar este escenario desde ángulos más interesantes. Los interesados pueden leer entero el borrador de esta novela. Es lo que escribía con el apremio de la publicación por entregas, pero para la publicación ha sido sometido a correcciones, no os preocupéis.
Aunque mis invitaciones anteriores no han tenido mucho éxito, insisto en ofreceros mis obras, ya corregidas,  en adjunto y en invitaros a participar en este blog, porque, realmente, me siento muy solo.
Hoy me han publicado mi artículo “El discurso del rey”, en dos medios:
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/187229/el-discurso-del-rey#.VE4GpPmG9B0http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/187229/el-discurso-del-rey#.VE4GpPmG9B0

Como podéis comprobar, mis dos discursos tienen un lazo


martes, 14 de octubre de 2014

¿Brotes verdes?

Dudaba en utilizar un término tan usado y marchitado, pero no he encontrado nada mejor. Acabo de terminar el último capítulo de mi cuarta novela, que mi amigo Albert Gallinsoga calificará como “obra menor”. Ignoro el destino de la misma y por el momento, como hice con la tercera, participará en un concurso convocado por una editorial, que me parece la única posibilidad de que esos señores las lean.
Al margen de los resultados, ya disfruto de los beneficios. Estoy pasando por un mal trago y me había quedado atascado en un proyecto de novela, que tengo muy claro, pero que no podía plasmar. Llegué a temer que se había apagado mi voz sin siquiera haber sido escuchada.
Bajé el listón, tenía que curar mi autoestima. Empecé, a trompicones a principios de este mes cuando la fecha tope de presentación es el próximo 20. Llegué a temer que no lo lograría, pero mis amigos Isabel Campo Viejo y José Carlos Valverde Sánchez me han dado más de un empujoncito.
Supongo que yo, también he puesto de mi parte. Lo he logrado y no solamente he descubierto que aún tengo voz, sino que tengo la impresión de haber adquirido nuevas miradas, matices y colores.
Julen parece, por su parte, haberse rehecho de la barbarie de la ejecución sumarísima de Excálibur, digo yo que será porque en otros territorios parecen haber sido más civilizados y de momento, no parece tener en cuenta que,  por primera vez, él o sus padres no aparecen en una de mis novelas. En ésta, la acción transcurre en un lugar en el que, bajo ningún pretexto dejan entrar perros. Se equivocan.


sábado, 11 de octubre de 2014

Escalibur

Estaba muy preocupado por mi perro, Julen, hasta que hoy ha comido como Dios manda. Me he quedado muy tranquilo cuando he deducido que se trataba de una huelga de hambre, en protesta por la ejecución de Escalibur.
Quizá, es lo más probable, sean imaginaciones mías, o simplemente mi conciencia,  si aún existe. Tengo ya 10 capítulos de mi nueva novela y me faltan otros 10 para concluir antes del 21, fecha tope para participar en el concurso.
Sigo los informativos y debates, pero como la mayoría silenciosa, estoy curado de espantos; son tantos que lo de Escalibur se queda en mera anécdota, excepto para algunos pocos.
Estoy convencido de que Julen no ve la tele, que nadie espere delirios. Sí considero que alguien debería, de vez en cuando, obligarnos a pensar. Escalibur ha sido sacrificado por unas “autoridades” que buscaban víctimas para cubrir sus errores y han vuelto a equivocarse.

La huelga de hambre de Julen, al menos, me ha hecho comprender eso.

sábado, 4 de octubre de 2014

Retos

Estoy en periodo de revisión a la baja, pero tengo que conseguir logros. No he abandonado la saga de los Saloppe; la familia que espía las intimidades de los “hacedores/as” del Estado francés desde el acceso al poder de Richelieu hasta la II República. Lo tengo y hasta incluso he escrito  los primeros borradores de tres capítulos. El 21 es el tope máximo de presentación para un concurso de una editorial que me parece interesante. No me queda tiempo para escribir la primera novela de la saga, tampoco mi situación es la ideal.
He escrito ya los borradores de los dos primeros capítulos de una novela corta que debe alcanzar, al menos, 40 páginas para poder presentarla al concurso. La tengo en mente y avanzo, pero tan lentamente que temo no llegar al mínimo de páginas para el 21.

Tendré que rebajar mis retos. Lo importante es tenerlos y mantenerlos. Hoy he logrado terminar el borrador del segundo capítulo y encontrar nuevas perspectivas para mañana y escribir esta entrada, pese a la negrura que veía en gran parte del día. 

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...