viernes, 30 de junio de 2017

Mi artículo de hoy

Ellas [también] cuentan
Federico Vivanco sabe escuchar y dar voz a las que hacemos callar.
Hace ya un montón de años fui convocado por el juzgado de guardia para traducir en el juicio contra un ciudadano del África francófona. No soy traductor. Me había quedado ese verano en Las Palmas para preparar mi oposición al puesto de Civilización Francesa. No encontraban a nadie y me obligaron a hacer el trabajo.
Mi experiencia fue decepcionante. El juez me amenazó en tres ocasiones con ordenar mi detención por el simple hecho de intentar defender los derechos del procesado. No pude escuchar a éste. Mi misión se limitaba a traducir las preguntas del magistrado, las respuestas del acusado y la sentencia.
Federico ha tenido experiencias más gratificantes como intérprete en la Oficina de Asilo y Refugio del ministerio de Interior. Así lo muestra en la introducción con unos párrafos plagados de angustia que traducía en su trabajo. Explica: “Estos párrafos podrían conformar lo que sería el comienzo de uno de los tantos relatos cortos que se encuentran en esta antología”
Sí, Vivanco tiene escucha, y paciencia. A partir de esta toma de contacto decidió dar visibilidad a esas voces que tendemos a ningunear. Federico ha pasado años buscando en el África anglófona, voces ignoradas: por ser pobres y por ser mujeres.  Ellas [también] cuentan es eso; casi nada.
Hay dolor, si, pero también hay fuerza y muchas ganas de salir del pozo en que las hemos metido. Gracias, Federico has dado vida a estos días grises y lluviosos que me tocan.



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http://www.lacasademitia.es/articulo/firmas/discurso-rey-frases-%C2%A0carlos-ortiz-zarate/20170630062454069061.html

jueves, 29 de junio de 2017

Mi artículo de hoy

El discurso del rey en dos frases

Reflexiones sobre el principio y el fin del discurso de Felipe VI

40 años después, la Corona reafirma aquí, ante los legítimos representantes de la soberanía nacional, su compromiso irrevocable con la democracia, con el entendimiento entre todos los españoles y con su convivencia en libertad.
Lo dice en un parlamento que ha reprobado tres ministros y un gobierno, cuyo partido está imputado en graves casos de corrupción e impone su santa voluntad en la Justicia,  que hace caso omiso .
Lo dice ante dos partidos del poder imputados en lo mismo y con una media del poder, cada vez más poderosa, manejada por ambos. Así se ganan elecciones en el postfranquismo.
Lo dice cuando el Congreso denuncia las prácticas de Montoro, se debate sobre un CETA que implica a una ciudadanía que no será consultada y que, para colmo, se mantiene en secretismo.
Lo dice cuando todos los indicadores muestran que cada vez somos más los pobres y que los ricos son cada vez más ricos.

La última frase es aún más desafortunada:

Y porque fuera de la ley, nos enseña la historia, solo hay arbitrariedad, imposición, inseguridad y, en último extremo, la negación misma de la libertad; pues como señala una antigua cita: "La libertad sigue siempre la misma suerte que las leyes: reina y perece con ellas".
Alguien tenía que haber recordado al monarca que es el jefe del Estado y que los partidos del poder, surgidos en el postfranquismo, mangonean la ley, la opinión y los instrumentos de control del Estado.
Así nos lo están contando. No sé por qué. ¿Se lo habrán contado a Felipe VI? Poco importa. No parece que lo ve. Pregunto si el jefe del Estado no debería intervenir cuando las leyes se manipulan,  los instrumentos de control no funcionan, y cuando  la que nos está cayendo amenaza con crecer ¿Lo tenemos?



miércoles, 28 de junio de 2017

Esto es lo que hay

Gracias a l@s 289 que visitasteis ayer: http://carlos-ortizdezarate.blogspot.com.es/
Gracias a l@s 800 que habéis descargado: https://freeditorial.com/es/books/catarsis
Continuamos puesto 18.

Veamos resultados del borrador del twitter romance
Páginas vista en el último mes: 6109
Hay un gran pico que llega a las 700 visitas entre el 14 y el 21 de junio.
L@s visitantes vienen de:
Venezuela
3652
Estados Unidos
1155
España
264
Alemania
256
Chequia
144
Bélgica
90
Irlanda
78
Francia
49
Polonia
39
Portugal
33

Hay una fidelización y un gran aumento de visitas.
Ahora toca trabajar para hacer del borrador un relato ameno.


martes, 27 de junio de 2017

Nuestra cita cotidiana

Mi amigo Fausto y el cierre de la cita cotidiana
No podía acudir al cierre de la cita cotidiana sin escribir sobre Fausto.
Nos conocimos frente a  una clínica  urológica de San Cristóbal,  en un edificio de clase media alta.  Tiene 69 años, usa lentes, viste  atuendos europeos, es alto, de abundante cabello canoso, manos largas y finas. Tiene  mirada profunda y abatida. Un hombre muy guapo para su edad.
Mi riñón izquierdo me recuerda perenemente    que mis  miedos  se reflejan en él. En   el 2015, la angustia   de un reparto económico injusto menoscabó  mi salud. Una infección renal  resistente a los antibióticos se propagó por mi cuerpo. El nefrólogo se dio por vencido, mi delgadez extrema   anunciaba  un inminente desenlace.
En el  bar  de la planta baja  del moderno edificio,  al frente del urológico, Fausto tomaba café, se acercó  y sentenció:
-         Los antibióticos  te están matando
No le pareció haber sido suficientemente claro porque insistió.
-         Tu hedor a antibióticos es consecuencia de  una  importante intoxicación.
Escribió en una servilleta la dirección de dos médicos  cirujanos especializados en medicina  alternativa. Nada  tenía que perder, concerté  una cita con  uno de ellos ,Aman,  formado en la India e investigador de  plantas de la Amazonía.
Aman  retiró  el consumo  de los  antibióticos, diseñó un plan de alimentación y me dio  a beber  por un mes unas  brebajes  de mal sabor, sí, unos julepes de muy señor mío.
En dos meses mi peso corporal   aumentó  8 kilogramos. Retorné al bar  en  busca del caballero que salvó mi vida. Ahí se encontraba en la barra,  tomando café con coñac.
-         Disculpe señor, ¿me recuerda?
-         No ¿quién eres?
-         Usted me alertó sobre el antibiótico
-         ¡Qué saludable  te ves, mujer!
Lo abracé y  di un beso en agradecimiento. El contacto me descubrió  un ser humano;  cálido y amoroso.
Los camareros no eran indiferentes a la escena.
-         Don Fausto ¿ve como hay  gente que lo quiere?
Intercambiamos teléfonos  y correos electrónicos.
El 25 de diciembre de 2015 me invitó a cenar en su casa; un bellísimo  pent-houses decorado con un buen gusto, en el que no cabe  un intersticio de vulgaridad.
Guisó un  pato a la naranja. Charlamos distendidamente, como si nos conociéramos de toda la vida. Hablamos de muchos tópicos, incluida su autoimpuesta soledad; él  se siente culpable de la muerte de su esposa. Nunca ha explicado  por qué, ni yo he preguntado. Respeto sus largos silencios  sin miaja  de curiosidad. Fausto, además de un excelente cocinero, es un exitoso médico oncólogo. Caraqueño jubilado que encontró en el Táchira un poco de concordia.
Mi amigo Fausto se apea de su sutil  humor y  de una tristeza que subyace en su rostro. Como carece  de amigos en San Cristóbal,  camina  por las calles del comercial y moderno  barrio obrero  con dos mascotas  (pati y chacha) dos perritas  cachorras con roña,   que encontró abandonadas en un bidón de basura. Fausto y yo procuramos vernos ocasionalmente y tomamos un zumo o almorzamos.




La aventura de emprender una cita cotidiana ha traído  nuevos sabores a mi vida, una existencia asaltada de  pragmatismo y realismo, a veces estéril. Sí, confieso; el asunto de la cita, me ha dado vidilla.
Escribir, sin saber escribir ha sido un reto para mí, o quizá un acto deliberado  de insensatez. Doy trabajo a Carlos, un hombre de letras y de mundos y mundillos. Somos un equipo.
 Hurgar en aspectos de mi infancia y de mi madurez , reconocer  fracasos y responsabilidades y contar nuestro romance extravagante en un proceso catártico  ha sido una experiencia muy gratificante. Entre mis amistades y familia tengo fama de ser muy reservada, de no soltar prenda.

Cruzar el puente ha sido un gran reto. La germinación del último fue a su vez la génisis  de Catarsis. Un grupo de  twitteros reaccionamos cuando se etiquetó de catártica la escritura de Carlos. Las reacciones del último abrieron debate sobre psicoanálisis y su perdido relato: “En busca del autor perdido”.
Le sentí perdido e ilusionado cuando se instaló en el 98 de los Apartamento Concorde de la alicantina Playa de San Juan. Me hubiera gustado acompañarle y sentí que también a otr@s les hubiera gustado hacerlo.
Carlos y yo no estamos solos en esta cita cotidiana. Desde que la convocamos hay una media de trescientas visitas diarias al blog y el grupo comenta en twitter. No voy a dar la lista de los que nos apoyais; es larga y sabes que tú estás.
No es la historia de Carlos e Iris; es la nuestra. Estamos mostrando que lo que nos dicen que hay no es y que podemos unir nuestros recursos y mejorar resultados.
Lo que sentimos Carlos y yo tiene su intimidad. No hay barreras que la oculten. Te cuento que comprobaremos próximamente si nos pican nuestros ajos. Por el momento, como puedes ver, somos un equipo que funciona.
Y colorín colorado, este cuento ha empezado.


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http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/761763/cambia-todo-cambie

lunes, 26 de junio de 2017

Mi artículo de hoy

Cambia para que todo cambie
La lectura de Expediente Rojas y yo

Pierre Monteaguado es un amigo que conocí en Literania: http://edicionesproust.com/literania-2017/  Estábamos varias decenas de escritor@s, editoriales, imprentas… Creo que es el único que contacto con la totalidad de expositores y visitantes. Él está en la lucha, entonces y ahora, con “Barrios de Letras”: https://fernandocottap.wordpress.com/2017/06/25/te-esperamos-a-la-presentacion-oficial-barriosdeletras/

Compré Expediente Rojas como homenaje al ser humano que conocí, no siento apetencia por el género.
Me ha costado entrar. No me ha sido difícil. En el prólogo, Eloy de la Pisa, me anima:
“Cuando Pierre me presentó el tema […] lo primero que pensé fue que allí estaba otra teoría conspirativa más”
Y el mismo presentador aclara que si no hubiera sido por esa humanidad luchadora de Pierre no hubiera leído la obra. Lo explica así:
-          Claro, eso es ¿No le pasa eso a usted en muchos momentos de su vida?
Ojala nos pasara más a menudo. No me arrepiento de haber leído la novela. Ha abierto perspectivas que me había cerrado yo mismo.
El doctor Rojas es tanto derroche de humanidad como lo es Pierre. Hace que me reconcilie con un género que consideraba evasión de una cotidianidad que nos está aplastando. La novela no es nada de eso; es la historia de un hombre que se pasa la vida luchando para defender su verdad. Pierre no es solamente el autor. Es la encarnación del personaje.

Gracias, amigo, me has ayudado a salir de mi burbuja.

Nuestra cita cotidiana

Saber mezclar
Hay que saber mezclar ajos y sueños. Siembra ajos y alfalfa si quieres abonar tus tierras.
Ayer hablé un buen rato con la abuela de mi frutera. La pobre mujer estaba agotada y luchando por calmar su impaciencia. Sus huesos no le permiten estar mucho de pie y se había sentado sobre cajas vacías de fruta que le había preparado su nieta. Hacía ya más de una hora que esperaba que su hijo viniera para llevarla, en su coche, a la aldea en que viven.
Había atraído a un pequeño grupo de mujeres y el tema del corrillo era el quejido del calor.
Me metí sin que nadie me diera vela para el entierro:
-         ¡Qué podrían decir los de Andalucía o  en las tierras tropicales!
-         Distribuyen el tiempo de otra manera.
Respondía la charcutera, su marido es cordobés y comparte la tierra de éste.
-         Cierto, pero aquí el horario está fijado.
Dijo, con calma, la aldeana.
La puntualización fue el comienzo de la conversación que me dio vela para el entierro.
Trajo mis recuerdos de la trilla, la siega, la matanza, los largos inviernos bloqueados por la nieve que he vivido, aunque como veraneante. Mis hermanos y yo intentábamos ayudar en la trilla, que tenía que hacerse cuando calentaba el sol y el trigo estaba suficientemente seco. Eran horas y horas hasta que se guardaban los sacos de grano y la paja. Había una pequeña distancia entre la era y la casa, pajar, cuadra. Todo en minúsculo. Eran pobres.
Éramos niños “voluntarios” y por tanto no se nos cargaba con los sacos de grano y aún menos con el almacenamiento de la paja.
Una vez entré para verlo. Tuve que salir porque me asfixiaba por las partículas que desprendían lo almacenado y lo que se metía; por el calor; por la falta de espacio y de aire.
Aquí encontramos nuestro tema de conversación los dos viejos y el corrillo se esfumó.
Mi contertulia no mostraba su impaciencia; mencionó en una o dos ocasiones la extrañeza por la tardanza de su hijo y llegó a confesarme que echaba en falta el aire de su aldea.
Por supuesto que esta señora utiliza el ajo. No me lo ha comentado pero deja entender que usa los suyos, trenzados y colgados en la pared de su granero. No creo que tenga hórreo.
Hablamos de aquellos tiempos y de aquellos sabores. Tras la trilla se nos invitaba a chorizo, panceta o jamón; guardados como oro en paño para la ocasión, de la única matanza que podían permitirse en el año. ¡Qué rico estaba acompañado del pan negro elaborado por ellos mismos, con aquel trigo montuno del que se habían conseguido solamente seis o siete sacos en la trilla del día. No se hacían muchas trillas. No había mucho de qué y los días soleados tampoco eran tantos.
Era su pan para todo el año. La paja y los excrementos; el abono, y el salvado, los marcadores   de los animales que podía alimentar.
Recordamos con nostalgia aquellos sabores y a mi gran sorpresa, mi nueva comadre me anunció:
-         Nosotros seguimos alimentándonos de lo nuestro. Ya no criamos “gocho”, pero conocemos quienes lo hacen y nos  los venden para la matanza.

Huelo al ajo de los chorizos. Sé que no volveré a catarlos. ¿Por qué renunciar? Siquiera lo he intentado. Me he quedado en Villaviciosa y no he explorado las aldeas.

domingo, 25 de junio de 2017

Nuestra cita cotidiana


Mi abuela Guadalupe  y mis trabajos
Hoy en la mañana entré al twitter de Carlos, él, inspirado en  su rutina matutina  escribió “Yo no pienso renunciar  a las  fuerzas  tuyas que necesito o a ofrecerte las mías que necesitas”          
Este mensaje de 17  palabras reúne para mí lo que debería ser “la cultura ciudadana  y  de la que ahora   estamos huérfanos” ¡Que diferente sería  el mundo  si lleváramos a la práctica pensamientos  así!
Un día como hoy,  22 de junio de 1990, en el pueblo  La Tendida, en la finca de mi tía Herma, hermana de mi madre, de unos cincuenta  años,  descubrí  una señora de  unos 80. Era  delgada y elegante. Dormía  en una hamaca  atada a un árbol de mango.
 Mi tía me  llamó para  enseñarme la habitación que usaría por dos semanas. Mi madre había decidido que mis vacaciones universitarias, las pasaría por primera vez con su familia.
A la hora de la cena, ayudaba a mi tía a preparar la mesa, esa señora misteriosa se sentó en la mesa sin pronunciar palabra, pensé que era muda. La saludé
-         Mi nombre es Iris - No respondió-
Mi tía sirvió unas arepas fritas con queso de mano y zumo de papaya, encendió la televisión para ver su novela, indicó que no habláramos; no quería interrupciones. Cenamos las tres sin mediar palabra. Me sentí incomoda y me  retiré pronto al  aposento.
Al  siguiente día, Carlos, mi primo quien construyó una casa al lado de su madre, me invitó a pescar al río. Gustosamente acepté. Al salir, esa señora sin nombre yacía otra vez en la hamaca. 
Mi Primo rompió el silencio
-         Pórtese bien pita,  no le agarre gusto al chinchorro (hamaca)
 Aproveché para comentar:
-          Ella  es muy callada, anoche no dirigió palabra 
El primo me ofreció una sonrisa resignada antes d contestar:
-         La pita siempre ha tenido el genio torcido, no te preocupes.
Pescamos 5 cachicamos. De vuelta,  al mediodía, la extraña vieja,  dijo en tono cascarrabias
-         Denme esos pescados que los voy a cocer;  no a gas, a leña,

Encendió el fogón de leña, preparó un aderezo de sal, orégano, ajo y pimiento licuado, los envolvió en hoja de plátano y asó.
A mí se  me ordenó hacer una ensalada de aguacate. En el almuerzo
la tía agradeció:
-         Mamá ese pescado es una exquisitez, gracias
Quedé estupefacta esa vieja elegante, gruñona y poca habladora, era mi abuela.
Con cara de asombro pregunté:
-         ¿Eres mi abuela Guadalupe? ¡Qué alegría conocerla!
Ella respondió sin apenas inmutarse:
-         Muchacha pá pendeja, ¿cómo no ibas a saber que yo soy tu abuela?
Refuté sin reproche
-          ¿Cómo lo iba a saber? Nadie   nos presentó y usted no me habló
Me levanté la abracé  y le di un beso
Ella se apartó:
-         Además de pendeja, pegajosa como las Pérez
-          ¿Abuela por qué usted nunca  nos visitas. ¡Han tenido que pasar 16 años para encontrarnos!
La respuesta me dejó helada:
-         Como te pareces a las Pérez, de nosotras no heredaste nada.
Los comentarios de Guadalupe  eran   inapropiados y colmados de inquinas hacia la familia de mi padre. Al día siguiente  preparó una maleta de mano y se  fue a visitar una amiga en Coloncito,  a 10 Km del poblado. Me sentí decepcionada, me prometí no llegar a los 80 como ella; seca, sin casi humanidad. Jamás volvimos a coincidir.
En 1998 mi abuela  ciega, falleció por un accidente cerebro vascular. Yo no asistí a su funeral; mi madre aún me lo reprocha.
 ¿Cómo  la abuela se podía irritar con las carantoñas de su nieta?
Sí, su alma era un trozo de hielo ¿Por qué mundos de sufrimientos  transitaría esa mujer que paralizaron su esencia?

En la  catarsis de Carlos hay episodios en el que narra  cómo se ganó la vida en Francia, Inglaterra, Irlanda, España, Marruecos. Yo me sentí identificada.
A mis catorce años tuve mi primer empleo; en el último de bachillerato, el profesor de física  y matemática había suspendido a más del 80% del alumnado. Así que monté un curso pago intensivo de verano, daba las clases en un aula del  Instituto Ramón Velásquez. Ese julio y agosto me gané un pastón, mis compañeros y alumnos aprobaron y obtuvieron su título de bachiller.
Siempre he sido una dama coqueta y femenina, lo que  implica gastos adicionales. En la Universidad mi padre cubría los costes básicos de estudio, pero no mis vanidades de mujer.
En el comedor de la Universidad se solicitaba un limpiador de mesas y suelos  para trabajar al mediodía. Me presenté y me dieron el empleo, sufragaban por horas. Limpiaba el comedor y en seguida asistía a las clases, permanecí dos semestres  en ese oficio.
Diseñe tarjetas como profesora particular de matemáticas, algebra, física y estadísticas. Las repartía a las afueras de los  Institutos y de las Universidades, hice una importante cartera de clientes.
Por dos años me dediqué a comprar joyas  de oro en Colombia y a revenderlas en Venezuela.
En el  área    de fotocopiado de la Universidad faenaba un  par de horas  todas las noches.
En las vacaciones de verano laboré como recepcionista en un importante hotel de San Cristóbal, algunos  huéspedes  hacían propuestas de cama, yo les entregaba  un papel con la dirección de los puticlub de la zona, por eso me despidieron.
Por tres años en  los fines de semana me dediqué al oficio  de encuestadora  de marketing para empresas privadas.
Trabajé en la taquilla del cine, de dependienta de zapatos, en una pizzería, hamburguesería y tele operadora, siempre en las vacaciones de curso.
Uno de los trabajos más cómodos que he  hecho es cuidar hogares, cuando sus dueños viajaban, mi compromiso dar de comer y pasear el perro, regar las plantas y disfrutar las casas.
He diseñado diversos estudios de ing. industrial para fábricas públicas y privadas

Desde  el 2007 me he dedicado a   asesorar  de forma paga tesis doctorales, profesora de Universidad en Venezuela y España, he participado en la restauración de  casas antiguas y he  asumido cargos políticos de responsabilidad.

sábado, 24 de junio de 2017

Ya ha sido publicado el artículo



Hay medios que defienden la cultura ciudadana. No estamos solos. Ojala en Cádiz y en Medina Sidonia hubiera medios así, para ayudarme a difundir los dos relatos que me han inspirado, con acceso gratuito:
También se puede conseguir  en papel  por ejemplo en: https://www.libreriacanaima.com/libro/catarsis_523711
También está  en otras librerías como Ojanguren y en Amazon: https://www.amazon.com/Carlos-Ortiz-de-Z%C3%A1rate/e/B00FLO8FDE
Fui a pasar el invierno en Cádiz, al objeto de escribir una obra que hiciera justicia al XVIII gaditano y que atrajera turismo de invierno a través de barrios de cultura ciudadana. Me propuse como voluntario para lanzar el llamamiento y para facilitar la “venida”. El Ayuntamiento me ignoró. Cumplí mi promesa con la publicación de mi quinta novela, pese a que tuve que irme por enfermedad grave.
Me quedó el gusanillo y cuando mi mal estaba controlado me fui a Medina Sidonia, lo cuento en el segundo relato. Allí cumplí mi promesa.
La presentación de la novela https://www.letrasdeautor.com/las_cloacas_de_la_historia_carlos_ortiz_de_zarate.html  sería,  una colocación de una primera piedra. ¿Por qué no se hace? ¿Porqué no se aprovecha para iniciar “Barrios de Letras”, ¿Por qué no se vende en librerías gaditanas? ¿Por qué no se promueve la descarga gratuita?
No me doy por vencido y lo intenté de nuevo con mi sexta novela, esta vez en Playa de San Juan que me inspiró mi 6ª novela, también accesible gratis:  https://freeditorial.com/es/books/catarsis . Se puede adquirir el libro entre otras librerías en: : https://www.libreriacanaima.com/libro/catarsis_523711, todas las de Oviedo y por supuesto en Amazon: https://www.amazon.com/Carlos-Ortiz-de-Z%C3%A1rate/e/B00FLO8FDE

Lo mismo que ocurre en Cádiz, se ignora mi obra y no hay un solo medio alicantino que se interese por mis artículos.

Está también tu fuerza. Te espero.

Nuestra cita cotidiana

Las bondades del ajo.
Un alemán que participaba en el Programa de Intercambio de Alumnos  que yo coordinaba, me dijo con vivo reproche:
-          ¡Siempre hay toneladas de ajos en tu cocina. Me has hecho adicto y tengo el mono. ¡Ahora mis espaguetis perderán exquisitez!
-          Tiene fácil solución, vas al Rialto y les pides una cabeza de mi parte.
Yo estaba ocupado; con  docencia e investigación centrados en el análisis de los discursos de la actualidad de medios influyentes en África, Europa y Latinoamérica y con la dirección del programa interuniversitario de doctorado sobre el desarrollo local limpio, solidario e identitario en la región.  Era un curro que puedes seguir en http://agora.ulpgc.es/  , la web que la Universidad de Las Palmas me conserva, pese al tiempo transcurrido desde mi jubilación. Trabajaba con citas cotidianas, también en el cyber, como ahora. Por otra parte no me seducen  unos espaguetis con una salsa de tomate natural, “porque es barato”, al que se le añade una lata de tomate frito, “para darle gusto”
Wolfgang, el alemán que me llegó entre los alumn@s de la Universidad de París 8, prefería pasar del ajo a invertir cinco minutos en ir a buscarlo.
Cierto que la responsable de Relaciones Internacionales de la Universidad de París III consideraba que este hombre no volvería a Paris, daba por hecho que el regreso a su tierra natal era imposible;  ya era “más canario que el gofio”.
La cocina canaria lleva ajo, sin embargo. En el archipiélago y en Cuba dan exquisitez al condimento. No pienso que ésta llegara al paladar de Wolfgang, pero ¿qué importa? Y ¿Qué podía importarme que usara la lata de tomate frito para “dar gusto” a la salsa de tomate natural?
Tenía un amigo que se esforzaba para prepararme una cena. No estaba solo.
Con Sylvie, una amiga gabacha que tenía, la relación era diferente; si no había ajo se buscaba una alternativa o nos íbamos a tomar una copa al Rialto antes de llevarnos la cabeza.
También hablábamos de mi trabajo, ella se había casado con un alto mando francés que había invadido su patria, Argelia. No pudo soportar la metrópoli y dejó los lujos que le ofrecía el ejército invasor.
Llegó a un acuerdo con su marido que le aportó dineros para volver a África con sus hijos. Se instalaron en Dakar; los tres se sentían africanos y vivieron muy a gusto.
Terminaron en Las Palmas y los dineros se iban agotando. Los tres han tenido vidas agitadas y Sylvie vino a refugiarse en mi casa. Todo iba bien hasta que me dí cuenta que su pareja estaba realmente enganchado al caballo.
Aguanté, Sylvie necesitaba sacar pasta para alquilarse un apartamento con su pareja. Tenía sus cuentas bloquedas. No viene al caso dar detalles. Trabajaba de “madame” en el turno de noche, para conseguir el dinero negro que necesitaba.
Me puse histérico. El mozo, buena gente, me asustaba y no me faltaban razones. Defraudé a Sylvie, defraudé a Wolfgang. Me gustaría saber de ambos. Ya es tarde.

Quien se pica ajos come. También podemos aprender y yo creo poder hacerlo por el ajo.

viernes, 23 de junio de 2017

Mi artículo de hoy

La movida madrileña


Lo del “Orgullo” era de esperar y da esperanza. Los “Barrios de Letras” ilusionan


No es moco de pavo que donde hace unas décadas se condenaba a quienes no practicaban la sexualidad de la Santa Madre Iglesia, hoy sea el escenario preferido del “Orgullo”. No esperaba que se diera un paso tan gigantesco, pero, se veía venir desde hace años: l@s divergentes gastan más que l@s convergentes. Un argumento poderoso para muchos apoyos al Arco Iris.
Bueno, se visualiza el orgullo de la diversidad y la tolerancia. ¡Ojala cunda el ejemplo!
La movida de los “Barrios de Letras” me da fuerzas. Hace tiempo que intento generar barrios de cultura ciudadana. Los lector@s de este medio son testigos de mi reiterado llamamiento a cimentar una cultura ciudadana; como ejemplo, el artículo publicado en este mismo medio “Estamos huérfanos de cultura ciudadana”
El surgimiento de los “Barrios de Letras” en municipios de la periferia madrileña es un excelente paso. Por ahora son solo de letras y es de esperar que se abran a la cultura. Por lo pronto se han producido sinergias entre escritor@s no bendecidos por la media del poder, y hosteler@s, ciudadan@s e instituciones de territorios alejados de la centralidad. Se están haciendo cosas que no eran previsibles y que son pasos en el buen camino.
Mis sinceras felicitaciones desde este medio que acoge mi apoyo  al “renacimiento” de una cultura que existía en la “movida madrileña”, en los 60s y a finales del pasado siglo. Extendamos la “movida” madrileña. Yo lo he intentado sin éxito, pese a haber sido  ayudado por este medio, en Cádiz, Medina Sidonia y Alicante. Pensaba y pienso,  que los nuevos poderes requieren nueva cultura y que sin la última no saldremos de la que nos ha caído encima.
La emergencia de los Barrios de Letras me da mucha esperanza.


Nuestra cita cotidiana

Mi matrimonio, mi divorcio.


Sí, Mr. Hyde hizo de las suyas. El muy canalla  había hecho su agosto; se escondido  detrás  de  la puerta, en sigilo, se  descojonaba de risa  y musitaba “vaya par de tontos, por lo que riñen”
Todos  tenemos nuestro toque de histeria, Carlos el suyo y yo el mío. El día de la desvanecía, atendí  a Carlos  en el teléfono fijo con una fiebre cercana a los 39°  grados,  y en parte  dopada por los analgésicos. Él no lo sabía, hoy se enterará. Quizá, eso podría explicar  algunas expresiones. De mi parte el incidente  está zanjado. Nuestro romance es bonito, un poco excéntrico o extravagante como dice Carlos.
A inicios  del nuevo milenio contraje  matrimonio con Peter, mi profesor de  la asignatura  de Doctorado “Sistema Financiero”. Un cordobés   educado, culto, carismático, caballista, asesor de Bolsa y bancos. Formado en Inglaterra, afincado en Málaga, con una maraña de divorcios  y líos de faldas a su espalda. Su familia y amigos no daban  un duro  por nuestro casamiento, conocían al personaje.
 En el 2002 Pedro presidia  una agrupación exitosa de excursión a caballo en Málaga. Montando uno de sus caballos, ataviada de bata de cola, le acompañaba en la feria malagueña.  
Esa noche cenamos en la Venta San Cayetano con los jinetes y amazonas. Dos días después, la asociación, en reunión secreta, con asistencia masiva,  lo destituyó    como presidente.  Yolanda, amiga  de Pedro, tajantemente sentencio una letanía
-         Peter es muy autoritario. No somos niños de parvulario. Merecemos respeto. Parece un militar. Estamos hasta los cojones
 Los amigos lo apodaban “el general”
Tres meses después la asociación  se extinguió; quien asumió la presidencia defalcó los fondos.
En el 2008, en un cena familiar, mi cuñado  Manolo, un ex cura  y profesor, me abrazó
-         Gracias Iris; has hecho milagros con mi hermano, ahora es un tío  más centrado, más humano.
-          
Ese año mi padre fue diagnosticado con cáncer terminal de hígado, consecuencia de su alcoholismo. Mi vida  fue un ir y venir a Venezuela. Fidel precisaba de mi sangre .Pedro y yo compartíamos todo, teníamos una perfecta alianza en lo económico y académico. Mi ausencia complicaba la tramitación de un negocio. Firmé unos documentos  para  agilizar  gestiones ante el banco y Hacienda. Así lo creía. Nada más lejos de la realidad, ese poder notarial, años  posteriores me despojaría de mucho.
A pesar  del carácter endemoniado de Peter; en la convivencia diaria no hubo insultos, ni gritos, ni melodramas, compartimos siempre la afición a viajar.
En  el 2011  nos distanciamos, le imploré  tratarnos con una psicoterapeuta de parejas, él se negó. Pedro sufrió en su infancia de carencias afectivas y económicas; estudió en un internado de curas que dejó en él  profundas  huellas psicológicas. De  ahí la necesidad del control y del dominio.
 Mi intuición de mujer sabía  que ese matrimonio se desmoronaba. Mis problemas de sueño que padecí en la infancia, regresaron con una impudicia inimaginable. El médico de cabecera  recetó 1mg diario de lorezepam, una  de las benzodiacepina menos aditivas.
Tres años después, en un hotel al Sur de Latinoamérica, Pedro, ausente; solo prestaba  atención a  su teléfono inteligente. Al dormir, revisé su móvil, nunca lo había hecho, necesitaba saber la verdad y la encontré, superó mi imaginación, quedé destrozada
Hice mis maletas y tomé un avión hacia Caracas, en Maiquetía, mi gran amigo Alberto Quiroz y Alicia,  su esposa, me recibían con dos rosas una roja y otra blanca.
Me alojaron por un mes en su hermoso hogar en el este de Caracas. Quiroz me brindó ayuda psicológica para superar el duelo de la separación. Experimenté una etapa de mucho rencor, de llorar océanos y luego entré en una fase de perdón, primero para mí y después para él.
No he regresado a Málaga desde  2014; allí quedaron todas mis pertenencias. Esa unión no se terminó por las terceras personas; los miedos, la baja autoestima, la falta de comunicación, tiempo y atención, destruyeron los sueños que alguna vez dibujamos.


mensaje que pasé mal ayer

Twitter relato que hilvana mi  presente.

Hoy todo está obscuro;  ¡nos han robado el sol!
Muy poca movida en el grupo. No soy el único que siente desencanto.
Amig@, sé que estás y que escuchas.
Tenemos que organizarnos como grupo para implementar el potencial que tenemos.
Llevamos nuestra cruz a cuestas, vale. Tenemos que pulir nuestro diamante en bruto.
Necesitamos fuerzas que no tenemos cada uno de nosotr@s, pero si junt@s.
Yo no pienso renunciar a las fuerzas tuyas que necesito o a ofrecerte las mías que necesitas.
Te he pedido pequeños favores, quizá te parezca mucho. Tendré que amoldarme a tu agenda.
Creo que, además, hay que consensuar objetivos.
Ignoro cómo habrán funcionado  las peticiones de dirigir mensajes a los huéspedes y en parte hacedores de mis 5ª y 6ª novelas:
Buena acción día: manda mensje a reservas@concorde.esi

No toma demasiado tiempo. El problema es encontrar razones para que esa opción prime en cargadas agendas.
No te pido que leas las novelas, sé que no hay tiempo de leer con la que nos está cayendo en cima, solo que eches una ojeada, y lo ofrezco gratis.
No tenemos tiempo. Llevamos la cruz a cuestas…
Pero en este grupo estamos empeñad@s en salir de eso.
Lo haremos… ¿Por qué no organizar un “momento”? para tratar de las urgencias de tod@s.




jueves, 22 de junio de 2017

Nuestra cita cotidiana

“Quien se pica ajos come”

Tengo un amigo que se auto diagnostica “histérico”, es siquiatra y lacaniano. No veo en mí los síntomas. Cuando Iris me metió en tal  etiqueta y según ella yo utilizaba la de “mezquina” para ella, me supo muy mal. “Quien se pica, ajos come”
Cierto que en nuestra conversación telefónica no se habían pronunciado esos términos. También es cierto que había un malestar.
Nunca he considerado mezquina a alguien que me dedica tanto tiempo. Sí, callaba reproches que se empeñaban en salir. No lo permitía porque me parecía injusto.
Sí; mi conducta es histérica: me siento apresado en compromisos como es el caso de la cita cotidiana o una cada vez  mayor integración en twitter. Estas actividades absorben mi tiempo y no queda para el resto.
La actividad es muy gratificante y palpable. No solamente están los contadores; bate records de visitas este blog y los capítulos promueven debate cargado de humanidad en twitter. En la última red estamos creando un grupo, pido venia para calificarlo con término tan gastado: “maravilloso” No estamos en esta historia solamente Iris y yo: somos un equipo que consideramos que “otro mundo es posible” ya. Algun@s tenemos poco tiempo para esperar y nos gustaría vivirlo antes de morir.
Lo que nos cuentan que hay, la que nos toca, no parece tener tanta prisa. Su lema es “cambiar para que nada cambie” ahí están y nos amargan la vida. Nosotr@s crecemos, y creo que ya no solamente estamos Iris y yo; pero no impide que seguimos soportando la bota en nuestra vida cotidiana.
No sé lo que pensara Iris. Sospecho que estará de acuerdo. La conocemos y se lanzó al ruedo de nuestra cita cotidiana. Hace falta valor y está mostrando que lo tiene.
Ya no es la historia de Iris y Carlos que cuentan la cotidianidad de sus sueños. Ya somos un grupo l@s que pensamos que no tenemos que resignarnos a la soledad. Podemos intercambiar, complementar en un mundo que nos lo pone cada vez más difícil y en el que abundan los Mr. y Mrs. Hayde.
Tenemos que trabajarlo y pienso que Iris y yo lo estamos haciendo. Eres testigo y te damos pruebas de que somos complementarios. Ella sabe utilizar recursos virtuales y yo las “letras”. He publicado seis novelas que están perdidas. Estoy convencido de que Iris es buena promotora y también que es buena gestora. Ya sería un milagro que la escritura no nos costara y que encontráramos lector@s. Hay mucho que Iris puede hacer para que nos salga el presupuesto, y no es moco de pavo; habría suficiente con la pensión y disponemos de un pequeño “colchón” y de una propiedad de la que Iris se ocupa de la venta.
No hay problema de recursos.
Tampoco hay problema de visión del mundo; esta ha sido el enlace que ha servido para crear este grupo de twitter@s empeñados en alcanzar “otro mundo posible”.
El romance ha surgido por las convergencias, pero Mr. y Mrs. Hyde siguen exhibiendo su fuerza, y el incidente, como indicaba Iris, era un síntoma de que hemos sido inyectados por la cizaña de aquellos.

“Quien se pica ajos come” y yo me piqué. Eso ha quedado pendiente, pese al discurso escrito. Sí, soy un histérico porque me corroe el miedo y porque se me está creando la necesidad de contradecir a la asunción de mi soledad. 

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...