¿Por qué? Por haber –presuntamente– utilizado el dinero del Óbolo de San Pedro y sus contactos como Sustituto de la Secretaría de Estado para comprar y vender edificios de lujo en Londres y otras capitales europeas, crear una 'diplomacia paralela' a la de la Santa Sede y financiar irregularmente empresas propiedad de su familia. Ahora, entra en juego la Justicia italiana, que ve indicios de "malversación de fondos" en el 'caso Becciu' y ya ha comenzado los registros.