miércoles, 30 de marzo de 2016

Nuestra cita de los miércoles


Pese a que el encuentro de la semana pasada con Gladys me animó a trabajar la sexta novela; no he logrado más avances que los del eterno regreso a la primera página. Tengo muy clara la idea, pero no llego a expresarla a mi gusto. Por otra parte, la actualidad no me da pie para expresar nuevas opiniones…
No me he quedado mudo. La prueba es que estoy aquí, tengo algo que contarte y me apetece hacerlo. No he dejado la escritura. He escrito una docena de micro relatos que no puedo incluir porque los he presentado a concursos. Me va el género y me parece un ejercicio muy sano. Por otra parte, para mí, la escritura es una comunicación que pido a gritos y no he llegado a mis potenciales lectores, el micro relato me sirve para aprender y el concurso me puede dar visibilidad.
¿De qué me serviría escribir mi sexta novela si no tengo intención de publicarla  en las mismas condiciones de las precedentes?
No se trata de un lamento; no tiro la toalla, escucho mi vivencia y, sin hacerme mayor, dejo que entre un poco más de pragmatismo. El tiempo que utilizo para escribir un micro relato me permite ocuparme de otras cosas, como cuidar mi artrosis: disminución de horas sentado, adaptación de los asientos y masajista. Los dolores han activado  perspectivas que estaban minimizadas en mi mirada.
Cuestión de organización y de flexibilidad, pero desde luego, no es cuestión de tirar la toalla, no. Seré fiel a la cita de los miércoles, por supuesto. Aquí hay comunicación, aunque sea virtual. Publicaré artículos y concursaré, pero la prioridad es “ubicarme” y quitar las sombras que minimizan perspectivas vitales.
Te lo quería contar, no se trata de un mero cumplimiento de acudir a nuestra cita.


viernes, 25 de marzo de 2016

Mi artículo de hoy

Carta a los diputados


Señorías; llevamos tres meses con un gobierno en funciones que no les reconoce el derecho de control parlamentario. En ese tiempo se han tomado decisiones que nos afectan y que afectarán a un nuevo gobierno cada vez más incierto, puesto que aún no se han puesto de acuerdo ustedes y las encuestas presagian que los resultados de nuevas elecciones no se lo pondrían mejor. Ustedes son el único instrumento que tenemos los ciudadanos para que  impere el Estado de Derecho.


Reconozco que han tomado iniciativas, pero no han reducido la insumisión del gobierno, y la denuncia que han puesto algunos partidos ante el Constitucional no es, desde luego, una iniciativa que pueda ofrecernos resultados ahora. Está bien presentarla para hacer más visible la falta de control del gobierno en funciones, inadmisible en una democracia. Sobre todo cuando llevamos tres meses y lo que nos queda y aún no se han encontrado mecanismos.

Señores diputados, me sorprende que en tres meses no parecen haber sido capaces de crear un gobierno paralelo, a través de consensos a alternativas concretas a las decisiones tomadas por el gobierno en funciones. No es tan difícil; la actualidad española confronta graves desafíos. Hay agendas y hay gritos. No estaría mal empezar por las agendas porque ofrecen más facilidad de consenso. No estaría mal y ya sería un primer paso para salir de la impunidad que goza el gobierno en funciones y de la anomalía del Estado de Derecho a la que parecemos resignarnos.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Nuestra cita de los miércoles

Ayer me encontré a mi amiga Gladys, que vive en Villaviciosa y es de origen cubano. Es curioso, Villaviciosa es más un pueblo grande que ciudad pequeña y pese a la mutua simpatía, no nos habíamos visto desde octubre y como cada vez que nos encontramos, ella estaba atrapada por el tiempo. La última vez que nos vimos, le conté mi proyecto de Cádiz. Ahora tenía que contarle el trance que me había hecho volver en enero, en vez de mayo, teníamos que hablar de la visita de Obama y de su opinión sobre mis dos últimas novelas, que le regalé en el encuentro anterior. Ella es muy reservada sobre su vida y lo único que sé es que está atrapada en el tiempo, con el curro y con su carga familiar. No se pone a mirar al reloj, pero se siente que tiene prisa, aunque sonríe.
Logramos que cupiera todo en lo que teníamos y me comentó que mis últimas novelas no estaban mal, pero que prefería las primeras.
Encuentro corto; unos minutos. Mucho de qué hablar y empatía, y todo cupo.
Te lo quería contar


sábado, 19 de marzo de 2016

Mi artículo de hoy

En el mugrerío


La indignación de los ciudadanos no se agotó en el grito del 15 M. Ahora estamos estragados de indignidad y callamos por impotencia ante lo que nos toca vivir y ante lo que nos cuentan. Callamos porque estamos estragados. Yo mismo he caído en ese “silencio de los coderos”, pero me empuja el asco.
No es necesario recurrir a los hornos crematorios para cometer crímenes de Lesa Humanidad y el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU considera que las políticas de la UE violan Derechos Humanos Fundamentales. Nada ha impedido la firma del acuerdo con Turquía; nos hemos acostumbrado a ver escenas del trágico impacto de estas políticas. No creo que alguien pueda sentirse indiferente, pero estamos inmersos en el mugrerío.
Es ya fuerte que el gobierno en funciones afirme que la Constitución española no prevé controles para sus tomas de decisiones y defienda la misma. Es una doble enormidad. Precisamente en el marco de este debate se publican los mensajes intercambiados entre el jefe del Estado y consorte con un presunto corrupto, López Madrid. Resulta patético, sobre todo cuando las noticias de la gravedad de la corrupción implican a los dos partidos del poder, a la Casa Real… y que pese a su magnitud y a los recortes, la justicia lleva años sin resolver.
Nuestras instituciones no ofrecen otra salida que el “silencio de los corderos”, sin embargo, los españoles hemos votado el pasado diciembre y podemos exigir a nuestros representantes en el Congreso que ejerzan nuestra representación ya.




miércoles, 16 de marzo de 2016

Nuestra cita de los miércoles

Pese a los esfuerzos, no he conseguido concluir escrito alguno desde el miércoles pasado. Hoy no puedo escapar a nuestra cita, gracias amig@.
Es como si estuviera renaciendo y estuviera reuniendo fuerzas para asumir mi responsabilidad de mi propia vida. Antes mi perspectiva era cortoplacista y me aferraba a la producción frenética. Ahora soy demasiado selectivo. Es incómodo, pero tengo que superarlo.
Estoy atrapado en el cerebro de una niña precoz, pero de cuatro años, metida en las intrigas del Versalles de la Maintenon, el de la mojigatería. Tengo muy claro el proyecto de mi sexta novela. No me sirve lo que he escrito y llevo una semana empezando y suprimiendo. No he sido aún capaz de meterme en el cerebro de esa niña, que es la autora del primer capítulo del diario. Me pasa algo parecido con los intentos de escritura de artículos de opinión. Sé muy bien lo que quiero decir, pero no encuentro la manera de decirlo.
Espero superar pronto esta crisis, pero tengo que pasarla. No me quedan las prisas que antes me empujaban y tengo que empujarme yo solito, porque no pienso permitir que la autocrítica devore mi creación: necesito agarrarme a escritos; hechos y a tener algo que agradecer cada día en la materia. He pensado en imponerme dos páginas de novela y algún artículo de opinión. Pero, de momento solamente he mantenido esta cita. Un grano no hace granero, pero ayuda.

Te lo quería contar, porque sé que te importo y porque sé que te alegrarás de haberme ayudado. No podía faltar a esta cita y he burlado las murallas de mi feroz autocrítica.

jueves, 10 de marzo de 2016

Final de la pesadilla


Ayer el urólogo puso fin a mi pesadilla que empezó el 10 de diciembre, en Cádiz, cuando se disparó la alarma del subidón del PSA-  Mi tumor es benigno, está localizado y he superado las pruebas de gammamafria  ósea y de resonancia. Seré un cliente más de las pastillas e inyecciones semestrales y  tendré revisiones, de momento cada cuatro meses. Una simple anécdota.
He pasado unos cuantos meses viviendo con la angustia, porque en Cádiz el mismo que decretó que se imponía una biopsia, decidió aplazarla hasta después de fiestas y el 10 de enero empecé a temer que las fiestas podían alargarse. Vuelta a empezar en Oviedo y ayer tuve los últimos resultados.
Esos tres meses me han marcado mucho, pero más en lo positivo que en lo negativo. La naturaleza humana es mucho más fuerte que lo que creemos. Todo lo que he tenido que hacer ha sido relajarme y alejar los fantasmas que me dejaron las muertes de mi padre y mi hermano. He mantenido actividad y aumentando el número de las visitas a este blog y sobre todo, me he lanzado en una novela en la que no sé por donde tirar. He encontrado, cada día, algo que agradecer y he reducido mi tabaquismo.
Ahora necesito meterme en el renacimiento. Se supone que dispondré de más tiempo para averiguar para qué he nacido, pero mi paso por la pesadilla me lo ha dejado bien clarito; tengo que hacerlo.

Muchas gracias por tu visita, todos vosotros me habéis dado mucha fuerza. Gracias, gracias, amig@ 

miércoles, 9 de marzo de 2016

El capítulo de hoy

José



La vida es curiosa. He tenido que esperar un montón de años para conocer a un Alain con quien coincidí, en Sociología, en partido y en Lille, en la movida del 68. Es, sin embargo, una de esas almas gemelas que uno encuentra raramente en la vida.
¿Por qué no nos encontramos entonces? Es fácil de explicar;  Alain era uno de los privilegiados que tenía a Bourdieu como director de tesis y solamente venía a Lille para ofrecer trabajos prácticos del profesor más admirado y temido por los alumnos de licenciatura, que era mi caso. Yo no estaba en su grupo, aunque había escuchado alabanzas del negro y sabía que compartíamos partido.
No pertenecíamos al mismo mundo y en aquella época el entorno del profesor se situaba en las “alturas” marcadas de rituales. La tarima estaba muy alta, sobre todo para los que teníamos que sentarnos en el suelo, porque no había asientos para todos.
Recuerdo que en la primera clase, alguien formuló una pregunta a Bourdieu y en unos momentos sus “cohortes” pusieron en nuestras manos 10 páginas de bibliografía que teníamos que consultar antes de asistir a la próxima clase. Alain era uno de ellos.
Yo estaba acojonado; no había entendido nada, pero tampoco disponía de tiempo para leer una bibliografía de difícil acceso. La librería tiene un número de ejemplares de las obras, pero por supuesto,  no son suficientes, ni de coña, para que más de un centenar podamos consultarlos en una semana.
Es muy difícil que alguien sin la mínima formación en sociología entendiera un discurso sociológico tan complejo  como el de Bourdieu. Eso no se planteaba en la elitista universidad francesa de la época. Para obtener la licenciatura era necesario obtener 4 certificados, entre ellos Sociología General. No se nos ponía límite de tiempo, pero el número de aprobados no superaba la decena. Estar en la universidad era un privilegio que habíamos adquirido al pasar la propédeutique, muy selectiva y que limitaba la obtención a dos años. Los que no lograran obtenerlo en este tiempo, estaban excluidos por 10 años de la Facultad.
¡Qué tiempos aquellos! Me costó mucho conseguir los libros y mucho más digerirlos. Mientras tanto, Bourdieu seguía como si todos hubiéramos cumplido su mandato. Estaba muy perdido y siquiera podía asistir a todas las clases, tres días por semana ejercía de profesor de español en un colegio de Ursulinas.
No me codeaba con Alain, que formaba parte de la élite, ya estaba en el doctorado  de tercer ciclo cuando yo me veía tan lejos de asimilar la inmensa bibliografía que nos pedía Bourdieu para que pudiéramos comprender su discurso.
Sin embargo, tanto Alain como yo, recordamos la época como “aquellos felices años, pese a que entonces él perdió sus papeles y yo me tuve que volver a España para someterme al servicio militar.
Fueron tiempos felices, sí. Pretendíamos cambiar el mundo, algo hicimos, mucho menos de lo que habríamos esperado y muchos pagamos muy cara nuestra “travesura”.  Cayó de Gaulle, pero el gaullismo más corrompido salió triunfante, La candidatura a la presidencia de la República de Pompidou superó los votos que había obtenido el general en las elecciones precedentes. También en la época se inició el ascenso al poder de Reagan y del neoliberalismo. En cuanto a Mao, la deriva de China es suficientemente expresiva.
No lo pagué, a fin de cuentas, tan caro. A mi gran sorpresa, mi padre logró explicar la situación al responsable de la caja de reclutas que me correspondía. Se me ha quedado grabada la escena.
-¡Esta gente- nuestro interlocutor se refería al cónsul de España en París. Tenía en la mano el documento que me negaba mis derechos como residente en un país limítrofe- son los que encienden la hoguera de la revolución!- lo rompió en mil pedazos para descargar su rabia- En eso no puedo intervenir, pero si me das argumentos puedo declararte inhábil.
Dicho y hecho. Un amigo siquiatra me hizo un certificado que el militar consideró como válido. Regresé a Francia, pero había perdido mi trabajo, yo mismo me había despedido, convencido de que estaba condenado por el servicio militar. Las Ursulinas de Arras me encontraron trabajo en un colegio de Vire, Normandía, lo tenía muy mal para continuar mis estudios en la universidad más cercana, Caen…
En el 69 me fui a Paris y allí volví a vivir un sueño en la recién creada Universidad de Vincennes Paris 8. Fueron muy buenos tiempos, sí. Me podía permitir continuar mis estudios en una universidad de élite, pero no elitista, hice trabajos diferentes que me permitieron concluir mis estudios y fui muy feliz.
En el 71 me fui a Marruecos como profesor de español en un instituto. Allí viví, asimismo, una experiencia intensa. Fue un año de huelga en universidades e institutos. Estaba de acuerdo con los huelguistas y nos ponían a los profesores entre estos y la pasma.
La experiencia no fue una simple anécdota; formaba parte de los fichados y no pasó nada gracias a la obstinada defensa del director del instituto y del vicecónsul francés. He tenido suerte de encontrar inesperados protectores, en mi vida.
Tenía que irme de Marruecos, pero no quería instalarme en España; encontré trabajo en Reino Unido y pasé tres años en Londres. De allí me fui a San Francisco. En ambas ciudades viví momentos históricos, pero no llegaba a echar raíces. Era bohemio y necesitaba cambiar y cambiar y no ocurría así porque buscara el “paraíso terrenal”.
Terminé regresando a España, buscar trabajo y tramitar la aceptación de los títulos que había obtenido. Me lo ponían todo muy difícil: para opositar necesitaba el reconocimiento de las titulaciones y éste requería tiempo y encontrar una universidad española que plasmara con sus títulos el reconocimiento del ministerio de que los que yo presentaba cumplían los requerimientos. Es así como poco a poco fui construyendo mi pequeña empresa para traducciones entre el castellano y el inglés o el francés.
Sobrevivía apenas y con paciencia logré mis titulaciones españolas y me presenté a todas las oposiciones que pude, para nada. No sé por qué me quedé. Estoy convencido que lo hice por cobardía, en realidad no soy de ningún sitio…
Alain ha sido un bálsamo para mí. Me ha hecho revivir aquellos maravillosos años, me ha liberado de las presiones de Ana y nuestra pequeña empresa de traducción ya no es una simple tapadera. Pero hay muchos peros…
Ana y él tienen mucha complicidad. ¿Estoy celoso? No lo creo así. Más bien me siento liberado y puedo aplicarme más a mi trabajo. La cuestión es que, realmente no lo quiero hacer. No he sido capaz de verlo hasta que han desaparecido las presiones que me servían para justificar mi malestar.
Estoy cayendo en un pozo cuyo fondo no puedo prever. Hasta ahora me había montado una historia en la que había atribuido el protagonismo a Ana, pero ella no tenía nada que ver; era yo quien me estaba pringando.
Soy de los que creo firmemente en la economía social y solidaria y por ello me esforcé en formarme y en doctorarme en la materia. Lo conseguí pero no me ayudó para nada en las oposiciones. Mis conocimientos han sido descubiertos en las traducciones. Miren Edurne nunca me ha dicho a quién representa, pero sus encargos siempre están relacionados con Corporación  Mondragón.
Siempre he admirado una cooperativa que profundizó sus raíces ante las iras de Franco y se consolidó como uno de los motores del desarrollo español y me sentí halagado cuando recibí la oferta para trabajar, aunque fuera en negro, para un proyecto que es un ejemplo mundial para la economía social y solidaria.
Para eso me quería; sabía que era un convencido y que era muy capaz de mantener el referente. Lo fui durante un tiempo. No me puedo considerar víctima del mito que ayudé a mantener. Acallaba mi mala conciencia por el hecho que la corporación estaba condenada a crecer y que no le quedaba otra que agarrarse a las chapuzas que fortalecen a su competencia. No impide que me repugnaban, pero las ignoraba porque no entraban en mi trabajo; poner en relieve el mantenimiento de los principios cooperativista en la Corporación.
Ellos ya tenían una larga historia y capacidad de intriga. Me necesitaban exclusivamente para mantener el discurso de su apuesta por la economía social y solidaria y desde luego hay socios que trabajan en las cooperativas e instrumentos para que éstos estén representados en parte de los procesos de tomas de decisiones. Eso es lo que yo tenía que vender.
Claro que desde que empecé mi trabajo tenía mis críticas, una cooperativa no puede externalizarse como la empresa que busca simplemente abaratar sus gastos de producción, recurriendo a sueldos más bajos; o de distribución, acercando su producción a la demanda. Para hacerlo tendría que crear cooperativas en los lugares de implantación. Otra cosa es lo que está ocurriendo, que se aleja de los principios del cooperativismo.
Aquí tenía yo mi talón de Aquiles, pero lo sorteaba hasta que el escándalo empezó a ser la primera preocupación de Mondragón y Edurne comenzó a pedir una mayor participación en la limpieza de la imagen.
La “cooperativa” tiene, desde hace años, demasiada basura acumulada: el fracaso y la deriva de Fagor. Muchos sabemos cómo sobreviven residuos del buque insignia y sobre todo los trabajadores subcontratados, por obra y con pagos horarios muy bajos,; el timo de las Aportaciones Financieras Subordinadas de Fagor y de Eroski, que ha tomado especialmente relevancia con el escándalo de las Preferentes de Bankia…
Conozco víctimas de cualquiera de los dos casos y siento mucho dolor al comprobar la impunidad de la que gozan las primeras frente a la proclamación por el Supremo de fraude de Bankia.  También se produjo fraude en la oferta de las “aportaciones financieras subordinadas” y para mi algo más grave, porque lo hacía una cooperativa, cuya ortodoxia tenía que defender.
¡Tenía si! Hasta la llegada de Alain a mi terreno; la misma noche en que nos conocimos, tras unos cuantos canutos que me soltaron la lengua.
-Lo bueno de los negro- sentenció- s es que no se nos ve en la inmensidad de la negrura. Tú no existes para Mondragón, has escrito lo que te pedían y para ellos. No existes; no pueden retenerte, ambos sabemos lo que es eso. También sabemos que la sarna es muy útil para invertir el tiempo en rascarnos.
Ya no hablamos más, pero me había dejado bien clarito que no lo estaba haciendo por Ana; prefería la libertad al lujo. Está claro. Lo de que empezábamos a envejecer y que necesitábamos ahorrar para compensar una pensión miserable tampoco valía de mucho, porque, como decía Ana, estábamos inflando demasiado las facturas.
No quiero agobiarme con esas cosas, pero Alain no tenía la menor intención de echarme una mano. Se unió a los otros para jugar al juego de las verdades.  


sábado, 5 de marzo de 2016

Mi artículo de hoy



¿Habemus Papam?


Abundan los lamentos en las noticias sobre el nuevo fracaso de Sánchez y para mí no es sino un hecho anunciado, en un contexto que ha roto con rituales y dogmas que, hasta la actualidad del post-franquismo, hubieran garantizado el humo blanco. Contrariamente al pesimismo, esta noticia me parece positiva, puesto que los ritos y las normas nos han arrastrado a donde estamos y no nos auguran un futuro mejor.


Tenemos y teníamos papa: la troika, la finanza, la media, los “dogmas”, el pago de nuestras facturas, la deuda,  los recortes, las amenazas…  y,  obviamente, el escenario en que nos ha metido la globalización financiera. El ritual está fallando en la “entronización”  del nuevo gobierno español. Tarda en salir el humo blanco porque han surgido voces muevas que ponen en tela de juicio los “dogmas” y los rituales y sobre todo porque el “papismo” ha impulsado la, intensidad de nuestra vivencia y ésta se manifiesta.
Eso es lo que hay. Los diputados están al corriente de nuestra angustia, como proclamaba Hollande ante la cólera que expresaron los agricultores y ganaderos en el marco de la apertura del Salón de la Agricultura de este año en  la Puerta de Versalles. Es consciente, pero también es consciente de la Realpolitik, de que Habemus Papam.
Así actúan los representantes de los partidos del poder y saben que el “papa” tiene metralla. Que quede claro que no me refiero a Francisco,  y que nos afecta. Por si acaso, mencionan los padecimientos de los griegos o de los portugueses; pero seguirán sin reconocer que su proyecto ha fracasado, como es el caso de la Política Agraria Común (PAC) en el incidente de Hollande.
Son mayoría esos partidos y siguen unidos en los dogmas, en los ritos y en la corrupción. Espero que no formen mayoría parlamentaria, aunque tengo mis temores…
Los partidos que reclaman el fin del “papado” lo tienen crudo, pero todos sabemos que el dogma, el rito y el resto no han logrado acallarlos en la fumata blanca.

Yo no lo lamento, me da esperanza de que el fallo llegue a algo más que al lamento del fallo de un sistema que hace aguas por todas partes.

jueves, 3 de marzo de 2016

Mi artículo de hoy


¡Y viva España y olé!


Nos presentan la batalla de ratas  en el ceremonial de Investidura. Nadie nos explica  hechos .enormes que se están produciendo y que urgen respuestas. Por ejemplo,  Rato sigue  tan fresco  tras la sentencia  del Tribunal Supremo, el pasado 27 de enero, que dictamina que se produjo fraude en la salida a Bolsa de Bankia, en julio de 2011.


Es ya triste constatar que hayan tenido que pasar cinco años para darnos cuenta de que carecemos de instrumentos para controlar movimientos financieros de la envergadura de Bankia. Eso sí, sabemos que nos está costando muy cara la gestión que hizo Rato de Bankia, que es una losa con peso en los recortes de nuestros derechos.
Rato es, asimismo, un activo del partido del gobierno en funciones. También está investigado por corrupción. No he visto menciones al tema en las intervenciones de la Investidura propuesta por Pedro Sánchez.
Yo creo que hay muchas urgencias que no han sido tratadas y me interesa mucho más saber si los candidatos proponen soluciones para estas cosas, porque cinco años son muchos y ponen al descubierto el pésimo funcionamiento de los instrumentos de control.; el l Banco de España, la CNMV, el ministerio de Economía, las auditorías de la UE y todos ellos nos cuestan lo suficientemente caros como para esperar que sirvieran para algo.

Es aún más grave el hecho que el autor del fraude siga tan ancho pese a la sentencia del Tribunal Supremo. ¿Tampoco nos protegen las últimas? ¿Qué más hace falta para que éste y otros debates, que nos impone  la actualidad estén presentes en las negociaciones para gobernar este país?

miércoles, 2 de marzo de 2016

El capítulo de hoy


La imputada, la puta, el negro y el afro


Todo parece improvisado. Está  claro que no es así. El calor de la chimenea acaricia, desprende aromas relajantes y proyecta su iluminación en la de unas velas aromáticas distribuidas hábilmente por el salón. Brigitte, Ana, José y Alain están cómodamente instalados en grandes cojines que se adaptan a sus cuerpos, disponen a su alcance de pequeñas mesas donde encuentran las bebidas y lo necesario para prepararse combinados o la vajilla, también tienen a mano el rincón de chimenea donde cocinan, a su gusto la comida que eligen, las salsas o condimentos, las sopas, las ensaladas… No es un sueño, no y todo parece improvisado, pero cuesta romper el hielo entre los participantes en la mesa, tras los típicos rituales.
-Estoy especialmente contenta de esta   reunión; tengo muchas esperanzas en ella. No perdamos un tiempo que luego podemos lamentar todos. Sabemos por qué estamos aquí; he hecho lo posible para que todos estemos a gusto… Salgamos de los protocolos y vayamos a lo que nos ha traído. Se me ocurre un juego…
Es Ana, quizá demasiado metida en su papel de anfitriona, y temerosa de que su insistencia para que se invitara a Alain resultara un lastre. Brigitte, pese a sus 78 tacos y a su imputación, actúa como si su cojín hubiera sido creado para ella. Los años y los pesares no parecen haber dejado huella. Está muy a gusto y quiere dejarlo claro en la actitud y en su cuerpo serrano. Se aferra al juego.
-Estoy muy contenta de haber tenido la posibilidad de conocer a Alain, ambos compartimos la pasión por África y no tiene desperdicio; ¿Crees que puede meterse en el juego de nuestras verdades?
Las dos mujeres se saben posesoras del encanto de la madurez. Siempre se han respetado y en cierta forma, apreciado, pese a que Ana tacha a Brigitte de ingenua y a que la última lamentaba, hasta hoy, la falta de clase de la primera. No se habían puesto de acuerdo, pero hay complicidad para que funcione el juego.
-Solo hay una verdad por mucho que nos empeñemos en verla en nuestras pantallas individuales o grupales. África está ahí y tus vivencias y las de Alain no cambian nada. ¿Por qué no podríamos compartir el tema de conversación? ¿Por qué Alain no podría opinar sobre nuestros problemas?
Ana no esperaba la estocada de Brigitte.
-Hay otras cosas que me interesan e incitan más de Alain.
¿Quién ha dicho que los negros no se ruborizan? En todo caso, Alain se ha quedado más pálido que Michael Jackson. Reacciona como si lo hubieran puesto desnudo en un mercado de viejas verdes. Brigitte siempre ha llevado su promiscuidad con clase y con respeto a los africanos y salta ante la inesperada reacción de Alain.
-Claro…, que no es mi propósito el incomodar a alguien que me hace sentir tan cómoda.
Alain no responde, como si tratara de ponerse a salvo de las miradas libidinosas. Piensa y piensa, porque sabe que es mejor no dar cuerda a Brigitte.
-Soy africano y sin papeles, señora…
-¿de Dakar, ¿Verdad?
-En efecto
-Lo he adivinado, viví allí unos cuantos años, en las residencias de los militares franceses y  fue la ciudad que elegí cuando tuve opción. r. He disfrutado mucho allí, llegué a conocer a Senghor… -Se para, como si escuchara a Zaratustra- ¿Cómo un chico como tú se encuentra sin papeles? Tienes mucha clase…
Alain empalidece de gusto, pero no tarda en encontrar una respuesta.
-Es una larga historia que implica a Senghor.
Ana pilla la ocasión
-Era tan ingenuo que ignoraba que la policía francesa informaba a sus homólogos, aunque fueran dictaduras, de los movimientos, en Francia, de los ciudadanos de esos Estados. No comprendo cómo podía ser marxista leninista y yo creo que él tampoco, ante la deriva de China.
-Entiendo, la democracia de Senghor era atractiva, pero tenía límites. Yo estaba en Dakar durante la movida de los 60S y muchos de los hijos de compañeros de mi marido, pese al rango de sus progenitores y a ser franceses, tenían prohibida la entrada de Senegal.
Ya basta con lo explicado por Brigitte, pero ésta sabe que comparte emociones con Alain y aprovecha para desahogarse Ana sabe que tiene que interrumpir si quiere que su proyecto funcione.
-Lo mismo le pasó a este bobo – señala a José- También era marxista leninista en la movida del 68 y tuvo que dejar sus estudios en la Universidad de Lille, para hacer el servicio militar en España. ¿Por qué? Porque la pasma francesa había informado a la española, y el cónsul se negó a aplicar la ley que le excluía de este requisito, porque era rojo. Así le va, gracias a que nosotras… – mira a Brigitte con tierna complicidad- sobrevive como “negro”, aunque tiene papales…
Ellas tienen el balón. Ellos encuentran vínculos. Algo pasa, desde luego, pero las mujeres hacen uso y abuso de la palabra, cada una a su bola.
-¿Hablamos de dinero negro?- Es Brigitte. Da un toque de ingenuidad, que le ha ido siempre tan bien. Hace una estudiada pausa para dejar ver su sofisticada boquilla del siglo XIX que compró en el Rastro de París- Lo compro. También tiene que ver con África, allí todo es en negro. Aquí, como sabemos todos, no nos quedamos mancos. Pese a todo, no es lo mismo. Alain es negro, trabaja en negro y sin papeles. José y Ana trabajan en negro, pero saben blanquearse y no parece que les va mal, y yo estoy imputada por blanqueo…
Brigitte está segura de haber encendido el fuego en la mecha. El silencio que sigue a sus palabras no parece un buen síntoma, pero ella sabe y cómo, que está abriendo la entrada del agua a su molino. Limpia su pipa con calma y fija, como por descuido, la mirada en la de cada uno de sus acompañantes, para terminar soltando
-A ninguno nos va bien, pese a las apariencias – Mira, sin recato el lujo  que gozan los anfitriones- Eso no impide que estemos todos en el barro y yo, con la soga al cuello… ¿Por qué?, porque he cargado con tarjetas que utilizan dinero negro, tarjetas del Ayuntamiento. Nadie ve a los señores concejales que las utilizaban.
-Eso tiene fácil solución-es un Alain desconocido- hay jurisprudencia sobrada que se está creando con los escándalos de la corrupción. Hay mucha repugnancia en la opinión por el tema. Es el momento de atacar. Te puedo conseguir una abogada que te saque del lio, y pasta  para pagarla, claro, en negro. Entiendo que el gobierno municipal es del PP…
-En efecto – Brigitte continúa traficando con su boquilla, pero luce, por primera vez durante la cena, una sonrisa esperanzada. Había acudido a la cena por simple desesperación, sin ilusión. Alain encarna el “magara”, esa energía que es su eterna llamada de África. Brigitte es tan africana como Alain, al menos en ese sentimiento. Pero las cosas no quedan ahí, porque Ana y José han sido contagiados por la magia.
Alain es muy consciente y hace un uso de la palabra que vende su producto. Tiene contactos para divulgar el escándalo y también con los que pagarían por el mismo, tiene a la abogada. Todo depende de lo que tenga Brigitte y de lo que tengan contra ella.
Todo queda resuelto en menos de un cuarto de hora. Brigitte no es tan ingenua como aparenta. Lo tiene muy claro ¿Cómo podía desconfiar de un conocido y respetado representante de la soberanía local? ¿Por qué debería ella oponerse a que un cliente gastara para darse placer? Que era pagada con diferentes tarjetas de crédito; muchos clientes lo hacen, frecuentemente dudan para escoger la que entregan. ¿De qué se le puede acusar a ella?
-De los precios, por ejemplo – Es Ana y no parece su intención la de aguar la fiesta.
-¿Eran tan desorbitados esos precios?
-Bueno, depende… Hay caballeros muy exigentes…
-¿En que basan la imputación?
-En los altos precios y en el hecho de que las tarjetas no están a nombre del concejal o del Ayuntamiento. No  admiten que no verificara este dato…
-¿Puedes probar que el concejal pagaba con esas tarjetas? – Es un Alain muy decidido que no da pie a meras suposiciones.
-Tengo las imágenes grabadas por las cámaras que los clientes no saben que existen. Me las llevé cuando se cerró el local. No se ve la tarjeta, pero sí la utilización de la misma, la persona y la hora. Es suficiente para comprobar que era él quien pagaba.
-Con eso me vale. ¿Hay alguien que sepa que tienes estas grabaciones?
-Supongo que no
-¿Por qué no se lo comentaste a tu abogado?
-¿Sabes lo que es tener un abogado de oficio?
Alain no lo sabe, pero sabe que Brigitte saldrá blanqueada y que hasta incluso le puede conseguir dinero. La oposición se juega mucho en estos momentos y se puede ofrecer auténtica dinamita.
Todo el mundo ha quedado encantado de la cena y no solamente por tener la certeza que Alain hará salir airosa de su imputación a Brigitte, sino porque ha quedado bien claros la formación y las relaciones de éste. Incluso José ha tomado una cita con él para hablar de los dolores de cabeza que le causa trabajar en negro para alguien que está aprovechándose de la economía social y solidaria para hacer fechorías.



El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...