La Reforma y la Contra Reforma
Hay un antídoto contra la
manipulación de una actualidad en la que no hay acuerdo de investidura.
Recuerdo que
en Sociología de la Religión, en aquellos felices, 60s, el tema de disertación
era “¿Dios es francés?” Disponíamos de cuatro horas. No recuerdo cómo salí del
embrollo o el nombre del profe. Solamente recuerdo que recurrí a Max Weber y
que suspendí “porque mi planteamiento mostraba mi parcialidad Contra reformista,
agravada por mi españolidad”. Estábamos en una Facultad marxista, en Lille; yo
había huido de la España del Nacional Catolicismo y mi disertación se centraba
en los estudios del filósofo sobre perfiles de católicos y protestantes en sus
época y entorno. Me había suspendido la mirada de un protestante que odiaba a
Max Weber y representaba “el orden”. El dogma se imponía, reforzado por las
Guerras de Religión. Lo mío no contaba.
Te lo
cuento, porque, en tus circunstancias, estoy seguro de que has vivido este tipo
de situaciones y compartes esa sensación
que tenemos muchos; la impotencia.
Pues no; amig@s; no estamos solos en sentir
repugnancia por la actualidad de este domingo. Te lo cuento muestro sólo con un artículo de “El País” :” Guindos y Rajoy defienden
el cargo dado a Soria: “Sería ilegal negárselo” : Pnicha para leer el artículo
Pienso
que con el título es suficiente; nos
hablan de una ilegalidad inventada por ellos y transformada en dogma de fe que
no se sostiene; pero que funciona como dogma. Ese es el problema: pese a que
haga falta inventarse unas normas y de
proclamar que el Banco Mundial sirve
para eso. Es una provocación. ¿Por qué no sabemos responder? Simplemente porque
nos resignamos a que lo nuestro no cuente. ¿Hasta cuándo?
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