El 18 brumario de Luis Bonaparte
Mientras
PSOE y Podemos reniegan de Marx, encuentro una lectura del pestiferado que me ayuda a comprender la actualidad
política No temas, no voy a filosofar.
La obra fue
escrita entre diciembre de 1851 y marzo de 1852: Pincha si quieres consultar
En la
primera fecha el primer presidente de la II República francesa elegido por sufragio universal dio el golpe de
Estado del 4 de diciembre, amparándose
en la defensa de la democracia frente a un poder parlamentario que quiere imponer el sufragio censitario. La
medida fue legitimada por un plebiscito en que el presidente golpista obtuvo
amplia mayoría. Fue la primera piedra para crear el II Imperio.
El 14 de enero de 1852 Francia adoptó una nueva
Constitución que aumenta los poderes del presidente, disminuye los
parlamentarios, divididos en tres cámaras: Asamblea, Senado y Consejo de Estado, aumenta el mandato
presidencial de 4 a 10 años, y permite nuevos mandatos. Estos requisitos
eran la garantía establecida en la
Constitución derogada para evitar abusos del presidente.
El 2 de
diciembre de 1852 fue proclamado el II Imperio francés, que también se legitimó
por plebiscito a sufragio universal. Para entonces Marx había publicado su obra
en la revista Die Revolution, Nueva York, 1852.
¿Cómo explica Marx que los franceses que han conquistado la
II República con tanto sudor, sangre y sueño de otro mundo posible votaran a
Luis Napoleón Bonaparte, el rey del populismo?
Lo explico en 4 frases del capítulo I:
1) Los
hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo
circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con
que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el
pasado
2) “La revolución social del siglo XIX
no puede sacar sus sueños del pasado
sino solamente del porvenir”
3) Hoy, la sociedad parece haber
retrocedido más allá de su punto de partida; en realidad, lo que ocurre es que
tiene que empezar por crearse el punto de partida revolucionario, la situación,
las relaciones, las condiciones, sin las cuales no adquiere un carácter serio
la revolución moderna.
4)
Durante las jornadas de junio, todas las clases y
todos los partidos se habían unido en un partido del orden frente a la clase proletaria, como partido de la anarquía, del
socialismo, del comunismo. Habían «salvado» a la sociedad de «los enemigos de la sociedad». Habían
dado a su ejército como santo y seña los tópicos de la vieja sociedad: «Propiedad, familia, religión y orden», y
gritado a la cruzada contrarrevolucionaria: «¡Bajo este signo vencerás!» Desde
este instante, tan pronto como uno cualquiera de los numerosos partidos que se
habían agrupado bajo aquel signo contra los insurrectos de junio, intenta
situarse en el palenque revolucionario en su propio interés de clase, sucumbe
al grito de «¡Propiedad, familia, religión y orden!» La sociedad es salvada
cuantas veces se va restringiendo el círculo de sus dominadores y un interés
más exclusivo se impone al más amplio. Toda reivindicación, aun de la más
elemental reforma financiera burguesa, del liberalismo más vulgar, del más
formal republicanismo, de la más trivial democracia, es castigada en el acto
como un «atentado contra la sociedad» y estigmatizada como «socialismo»
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