Ya tengo
teclado y ya no tengo pretextos para incumplir mi tasa “vital” de producción
semanal; un artículo de opinión y un capítulo de mi sexta novela. He trabajado
algo, pero me he sentido indefenso
frente a lo que está cayendo. Ahora me toca deshacerme de los miedos que ha
generado el incumplimiento.
Este es mi
Alva, aunque el título me ha sido inspirado por
el de Aute. Por lo demás, no veo un escenario cargado de amenazas; porque, como decía, ya no tengo el pretexto de
incumplimiento y aquí me tenéis.
El artículo
que había preparado para la semana trata de la Agenda 2030 de la que
prácticamente no se ha hablado, pese a que se ha adoptado con proclamaciones y
protocolos más impactantes que las ya esperanzadoras de una Agenda 2000, cuyos
incumplimientos nos meten en la que estamos.
Estoy
atascado en el primer capítulo de la novela y ya he conseguido un apartamento
de invierno en Cádiz.
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