Hace tiempo
que soporto mi señor Hyde, pero ahora parece que el doctor Jekyll se estuviera debilitando. Nunca he tenido una
visión burguesa de la novela y dejo a
Freud los análisis. La cuestión es que mi señor Hayde está tomando la escena.
Esta mañana
me ha convencido de que no me hiciera el zumo, lleva ya un tiempo que critica
duramente mi escritura y el doctor Jekyll me agota en los intentos de escribir
artículos o capítulos, de forma que apenas me queda tiempo para hacer compras y
pasear a Julen.
Esta
historia no es la que te quiero contar. Lo hago para ubicar mi mensaje. Yo lo
veo de otra forma; es bueno que salga el señor Hayde, no es bueno que acapare
la escena y el doctor Jekyll es una ficción. No vendrá Godot. Creo que he
comprendido al fin a Becket.
Pues bien;
mi método de metas asumibles a corto plazo me sigue ofreciendo agarraderas; lo
único que he tenido que hacer es relativizar; reducir mis exigencias. No lo veo
como una cesión, sino como una adaptación. En vez de la escritura propuesta,
escribo micro relatos. ¿Es un retroceso? En absoluto, es un excelente ejercicio
de escritura y una potencial vía de promoción.
Hay otras
cosas que veo: mis modestos proyectos ya van más allá de la escritura. Me cuido un
poco más: yo no soy solamente escritura y lo había escondido con el señor Hyde.
Lo que te
quería contar es eso; no es un lamento, no, creo que estoy preparado para
asumir que no vendrá Godot y para celebrarlo, Julen y yo vamos a pasar un buen
rato, mezclándonos en el ambientillo que crea en Villaviciosa, el mercado de
los miércoles. Me apetecía contártelo.
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