miércoles, 20 de abril de 2016

Nuestra cita de los miércoles

Me ha costado mucho levantarme y cuando lo he hecho he comprendido la razón.  ¡Hace un día de perros!  Lo primero que he hecho, después de pasear malamente a Julen, es subir la calefa y sentarme para escuchar:Pincha aquí  , después he ojeado la prensa y he sentido el agobio ante el escenario que nos presentan los reyes y reinas de la comunicación. Para colmo, esta noche tengo junta de vecinos…

No he venido a la cita para pedirte que me saques de aquí, como lo hace Graeme Allwright

 

Me parece una buena ambientación, pero nada más. Te quiero contar que esperaba este encuentro. Ha sido una semana dura, sobre todo por la muerte de la mujer de un amigo, que le ha dejado indefenso. Ayer me dijo con débil ilusión: “siempre nos quedará Paris”. Ambos sabemos que nuestro París es una quimera, nos basta con mirar la conducta de la UE con los refugiados. Todo esto queda en la canción elegida.

Lo que quiero contarte es mi lucha para encontrar mi “París”. De hecho me he pasado muchos años de mi vida con el cordón umbilical pegado al París de Casablanca, a la ciudad donde pasé los mejores años de mi vida. Me fui a principios de los setenta, a Marruecos. Pero esta cita no va de eso. No temas, no me he hecho mayor de repente.

Lo que te quería contar es que pese a los malos tiempos y a la gripe, que no consigo quitarme de encima, he concursado un montón, sin miedos a los chascos. Estoy construyendo mi Paris y hasta incluso, uno de los relatos era de cuatro páginas. No he escrito artículo alguno, pero, realmente, no veo nada que añadir a lo que ya he dicho. No hay grandes avances en mi novela, es verdad, pero, cada día he encontrado razones para expresar agradecimiento. En nuestra próxima cita estaré en Medina de Sidonia.



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