sábado, 24 de mayo de 2014

La Europa de los ciudadanos

Iré a votar el próximo domingo sin entusiasmo, pero lo haré porque mi voto reforzará el Parlamento Europeo en la interpretación del Tratado de Lisboa en materia de la presidencia de la Comisión.
Soy europeísta, como tantos muchos, pero siempre he sido crítico con la UE y también lo han sido muchos, como muestra la crónica abstención en las elecciones de la misma. No es la Europa de los ciudadanos, es lo menos que se puede decir y lo que es más grave, el alejamiento se ensancha y el impacto que nos causa es cada vez mayor: estamos perdiendo derechos  conquistados por generaciones, con sangre, sudor y  lágrimas.
No podemos  o debemos esperar más y la única alternativa que veo es lograr que se interprete la ambigüedad de los protocolos del  Tratado de Lisboa en favor de los ciudadanos. En este caso, en el único y último debate entre los candidatos a la presidencia de la Comisión Europea, el jueves 15, se produjo un consenso y un compromiso entre todos los participantes en considerar que lo expresado en el protocolo del Tratado de Lisboa referente a la designación del presidente de la Comisión, que será nombrado por el Parlamento a propuesta del Consejo, debe ser interpretado por será designado por los ciudadanos que han votado al candidato.
Merkel y Van Rompuy  se han mostrado contrarios a esta interpretación y los candidatos, por unanimidad han manifestado que el presidente saldrá de los votos y han anunciado a  los Estados que no aceptarán cualquier otra interpretación. Estamos comprometidos en esa batalla, porque es un avance para los ciudadanos y porque una alta participación abonaría las tesis que nos favorecen
Hay algo más, el Tratado de Lisboa acurda otros poderes al Parlamento, en protocolos ambiguos que pueden interpretarse, asimismo, de maneras más o menos favorables para los ciudadanos y porque los resultados dependerán, asimismo, de la mayor o menor abstención.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...