Hoy he recibido dos
buenas noticias; la aceptación de “Villaviciosa Hermosa” al concurso presentado
– han tardado varias semanas en tramitarlo- y un mensaje de un colega de finales de los
60s. Ambos éramos estudiantes en la Universidad de Lille. Habíamos perdido el
contacto en el verano del 68. Me había comprometido en ser el padrino de su
boda y le llamé la víspera desde Hendaya, para disculpar mi ausencia. Había
adelantado mi regreso a España y no
podría asistir a la ceremonia. En realidad había aguantado hasta el último
momento, pero ya no me fue posible retener más al grupo en el que tanto me
había integrado en la movida y con quien tanto deseaba compartir las vacaciones.
Cosas de la época. No nos hemos vuelto a ver o escribir hasta muy
recientemente; nos encontramos por G+ y nos pusimos en contacto por correo
electrónico. Empezó todo muy clásico y le traduje y envié mi último artículo en el que reiteraba mi
llamamiento al voto.
La primera respuesta me
ha tranquilizado por la simple constancia de que mi novela concursa. La segunda
me ha sorprendido; el colega francés ha respondido a mi artículo con el axioma
que deduce que no se puede reparar algo
podrido desde las raíces. Después me indica que teme defraudarme por su
evolución política, ha votado Frente Nacional. Es partidario de la Europa de
los pueblos, es flamenco francés y es de sobra conocida la situación de un
pueblo dividido por tres Estados. Sabe que compartimos el objetivo y el de
defendernos con nuestra identidad frente al “pensamiento único”. También sabía,
puesto que en mis mensajes había expuesto mis planteamientos políticos, que no
aprobaría su posición lepenista, argumentada por la paranoia de los africanos
que van usurpado nuestra identidad.
Me he pasado la mañana
respondiendo; no olvidemos que ha sido la lista más votada en Francia y ya me
he vuelto a lanzar en un artículo titulado “Carta a un ex colega que se ha vuelto
lepenista”. Estoy en ello.
En mi respuesta he dejado
muy claro que no me había escandalizado su posición, que me alegro de haber
publicado el artículo y que creo que los resultados que hemos obtenido los que
hemos llamado al voto han permitido mejorar las previsiones de participación y
que el Parlamento elegido tiene, por la aplicación del Tratado de Lisboa,
competencias que incluyen la revisión y
potencial anulación de los Tratados precedentes.
Le indico que los míos y
los de él pueden estar de acuerdo en
objetivos como la Europa de los Pueblos o en reforzar lo identitario frente al “pensamiento
único”, el que presento en Cowboy from Brooklyn: http://editorialcirculorojo.com/cowboy-from-brooklyn/ ; se lo he puesto en Amazon Fr., que permite lecturas gratis, pero no lo leerá.
Con respecto a las razas,
como licenciado en Ciencias Humanas sabe
que los humanos hemos viajado durante miles de siglos y que somos producto de
mezclas y también sabe que los humanos
nos hacemos en los entornos. No vale la pena discutir.
Los africanos que según
él nos roban la identidad y los recursos, vienen del continente más rico, expoliado por
nuestras multinacionales y hasta incluso nuestros Estados – Areva que explota
entre otras cosas, el uranio, a cielo abierto y sin protección para los
trabajadores, en África, es de titularidad semipública. A mí no me estorban los
africanos; lo que tienen que hacer los que se sientan amenazados es intervenir
en las causas, porque las concertinas no pararán a las víctimas. También le he
recomendado leer “El principado de la Fortuna”:
http://editorialcirculorojo.com/el-principado-de-la-fortuna/
que tiene, asimismo lectura gratis en
Kindel.
Es perder el tiempo quizá,
pero también me parece una oportunidad para plantear estrategias en el nuevo
parlamento y hay juego, porque los partidos del poder; los que han montado este
tinglado, han perdido mucho poder, que ahora ha caído en manos de críticos. Los
últimos estamos muy divididos y hasta incluso somos antagónicos, obviamente en
el caso del Frente Nacional. Hay sin embargo, objetivos que compartimos y
bueno, ya os lo contaré en mi artículo.
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