Girondinos y Jacobinos
Me sorprende
el excesivo recurso a nuestro modelo territorial y la tenacidad de los recurrentes
en encerrarse en la defensa del existente, que nunca ha funcionado.
Pese a la
brevedad de la Revolución francesa, que apenas alcanzó los 10 añitos, ésta dejó
sus frutos, y un dilema pendiente; el del
concepto de Estado en la perspectiva de un acuerdo federalista, o en la adopción de un concepto de Nación que
integraría los ciudadanos de todos los territorios. Era y es un falso dilema,
puesto que unos y otros contemplaban la unidad de la Nación. Desde entonces se
impuso el jacobinismo, tanto en la derecha como en la izquierda, pese a que el
planteamiento jacobino activa tensiones,
distanciamientos y desigualdades
territoriales y contradice el objetivo de activar la unión de las regiones,
proclamada en todos los Tratados de la U. E.
Hay otras
miradas mucho más interesantes de la Revolución francesa, pese a la brevedad de
la misma. Así, muchos de sus avances
sobrevivieron en los regímenes que la substituyeron: imperios, monarquías, o
las sucesivas Repúblicas. Introdujo el concepto de ciudadano en el planteamiento
político y pese a que UK llevaba casi un siglo con monarquía parlamentaria, los
derechos de los ciudadanos fueron más explícitos y adquirieron más peso en el
planteamiento político y, aunque no abolió la monarquía, puesto que volvió la
monarquía con Luis XVIII y Luis Felipe de Orleans o con los imperios de
Napoleón I y III, la Francia Republicana ha terminado por imponerse. En esta
simple reflexión hay interrogantes que me suscitan más interés que el falso
debate que tanto nos marca en el escenario actual, entre jacobinos y
Girondinos.
Habría que
echar un ojo al funcionamiento de los clubs, porque, en unos meses, los
jacobinos fueron capaces de formar clubs en todo el territorio nacional. Los
Girondinos lo hicieron un poco después, pero ambos supieron organizarse para
ser un poder en la Asamblea Nacional y hasta incluso en el ejecutivo; la
política se dirigía por los clubs, no solamente los de los jacobinos y de los
girondinos, aquellos organizaban debates abiertos a cualquiera y no era extraño
que se asistiera a los de varios clubes.
Si pensamos
que en esas condiciones fueron capaces de aprobar una Constitución, organizar
la defensa interior y exterior y formar un ejército y una administración que
han sido valoradas por los Regímenes siguientes, estamos hablando de un
proyecto sólido. Tendremos que plantearnos por qué no ha durado y si lo han
hecho sus instrumentos y sus principios.
No sé, me
gustaría desmontar de una vez por todas, el falso debate entre jacobinos y
girondinos y que nos ocupáramos un poco más de lo que realmente nos interesa
¿Por qué fracasaron los clubes? Ese es el debate que nos impone la actualidad.
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