El 19 de septiembre de 2001 “El País” publicó
este artículo: “Caos tributario”: https://elpais.com/diario/1997/09/20/opinion/874706406_850215.html
Debes
pinchar. Para animarte, copio:
Porque
el Ejecutivo está utilizando discrecionalmente la política triibutaria para
transferir rentas desde los sectores de ingresos controlados y, por tanto,
menos favorecidos -rentas de trabajo, usuarios de servicios públicos y
consumidores de tabaco y alcohol- hacia las rentas de capital y los sectores
sociales más favorecidos, presuntos clientes electorales del PP. En el marco de
esta política general, la subida de impuestos y tasas que se anuncia es un
episodio más, y no será posiblemente el último, porque la Hacienda pública se
ha visto acuciada por urgencias recaudatorias.
El
mismo medio, el 19 de septiembre de 1998 publicó: “En el momento justo”: https://elpais.com/diario/1998/09/19/opinion/906156001_850215.html
Debes
pinchar. Para animarte, copio:
En
términos políticos, es difícil oponerse a una rebaja de los impuestos que pagan
los ciudadanos. Mal puede resistirse globalmente a ella un partido como el PSOE
que, de haber continuado gobernando, probablemente hubiera acometido una
reforma en la misma dirección, aunque de diferentes contenidos y con otra
redistribución. Resulta complicado negar que existe un acuerdo tácito o
implícito en la sociedad, percibido por los partidos políticos, sobre la
necesidad de bajar los impuestos de los que los pagan. En términos económicos,
el recorte del IRPF llega en el momento justo, cuando la crisis financiera
empieza a deteriorar la confianza de las familias y puede verse frenado el
consumo privado, para inyectar dinero en los ciudadanos y reactivar las
expectativas de compra. La nueva ley del IRPF resulta, pues, no solamente una
corrección fiscal necesaria para aliviar la carga tributaria excesiva sobre la
imposición personal, sino que además su aplicación resultará posiblemente muy
oportuna para reactivar la demanda desde el momento en que, a partir del 1 de
enero, comiencen a aplicarse las rebajas en las retenciones.
Entrando
de lleno en el debate parlamentario, es discutible que el nuevo IRPF favorezca
a las rentas más bajas, como pretende el Gobierno. Un examen detallado de la
estructura y tramos del nuevo impuesto parece sugerir lo contrario. El recorte
de los marginales mínimos de dos puntos -del 20% al 18%- implica un ahorro
mucho menor para las rentas bajas que los ocho puntos, del 56% al 48%, que
ahorrarán los perceptores de ingresos elevados. La crítica de los socialistas
-que consideran regresivo el mínimo personal, fijado en 1.100.000 pesetas más
la deducción por hijo, en cuanto que una deducción lineal en la base es un
ahorro menor para quien menos tributa- es difícil de rebatir; y el mismo
argumento puede aplicarse a las deducciones lineales por vivienda.
Gracias a l@s 1199 que acudisteis a la cita de ayer
Gracias a Iris
Gracias a ti
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