El 2 de marzo de 1940,
Franco sacò una ley represiva: “Ley sobre represión de la masonería y del comunismo, 1940”: http://www.historiasiglo20.org/HE/texto-ley1940.htm
Debes pinchar, para
animarte, copio:
Artículo
tercero. Toda propaganda que exalte los principios o los pretendidos beneficios
de la masonería o del comunismo o siembre ideas disolventes contra la Religión,
la Patria y sus instituciones fundamentales y contra la armonía social, será
castigada con la supresión de los periódicos o entidades que la patrocinasen e
incautación de sus bienes, y con pena de reclusión mayor para el principal o
principales culpables, y de reclusión menor para los cooperadores (...)”
BOE, 2 de marzo de 1940
Eduardo Montagut añade: “La represión franquista de la Masonería”: https://www.elsaltodiario.com/nueva-revolucion/la-represion-franquista-de-la-masoneria
Debes pinchar. Para
animarte, copio:
El franquismo hizo en este preámbulo un ejercicio de
interpretación historiográfica desde sus parámetros ideológicos al considerar
que la Masonería, en primer lugar, era una sociedad secreta, y luego que habría
participado activamente en la pérdida del imperio colonial, promovido la
crueldad de la Guerra de la Independencia, y en las guerras civiles del siglo
XIX, fomentado las perturbaciones que llevaron a la crisis de la Monarquía
Constitucional de Alfonso XIII y la caída de la Dictadura de Primo de Rivera,
para terminar siendo responsable indiscutible de los “numerosos crímenes de
Estado”, y en el proceso que se había producido para que España fuera “satélite
y esclava de la criminal tiranía soviética” en tiempos de la Segunda República.
Se concluye que era responsable de todos los conflictos desde el comienzo de la
época contemporánea, volviendo a mezclar acontecimientos, ideologías,
organizaciones y procesos históricos muy distintos y hasta contradictorios
entre sí, en un ejercicio intensamente maniqueo de la Historia.
El mismo personaje añade: La represión franquista:
https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/represion-franquista/20160208184906125173.html
Debes
pinchar. Para animarte, copio:
La represión franquista, por lo
tanto, debe ser entendida en ese contexto de los años treinta. Pero,
fundamentalmente, fue una represión que se ideó como un instrumento fundamental
para acceder al poder y para consolidar el nuevo régimen. El discurso de la
integración de los vencidos nunca fue sincero porque nunca hubo un interés real
en llegar a una reconciliación. Todas las medidas represivas desarrolladas
hasta el final de la dictadura prueban fehacientemente esta afirmación. Hemos
expresado que fue una represión ideada; efectivamente, no fue una explosión
incontrolada. La represión franquista en la guerra y, por supuesto, en la
dictadura fue planificada desde el primer momento, aunque podría aducirse que
fue mucho más virulenta por el hecho de que el golpe fracasara y derivara en
una guerra civil. Pero las directrices generales de exterminio y castigo ya las
encontramos en las propias instrucciones del general Mola. Además, los hechos
han terminado por confirmar que no hubo grandes diferencias a la hora de
reprimir entre las zonas que hicieron frente a los sublevados y aquellas donde
no hubo guerra porque el golpe triunfó rápidamente. Los estudios de la
represión en Galicia o en Castilla-León confirman lo que aquí decimos.
Al terminar la contienda la represión
se convirtió en una verdadera continuación de la guerra y no es fácil encontrar
paralelismos, por su intensidad cuantitativa y cualitativa, con otras
represiones ejercidas contra ciudadanos del mismo país, si exceptuamos el Gulag
soviético y la represión ejercida contra los judíos alemanes por parte de
Hitler.
La represión en la dictadura tuvo
varias características. En primer lugar, pretendió ser ejemplar. En segundo
lugar, duró hasta el final de la existencia de la dictadura, aunque adoptara
fórmulas nuevas para adecuarse al transcurso del tiempo, al contexto
internacional y, sobre todo, porque los objetivos humanos y organizativos a
reprimir cambiaron a partir de finales de los años cincuenta porque había que
perseguir más a los nuevos opositores que a los vencidos. En tercer lugar,
abarcó a un porcentaje muy alto de la población española. Otra de sus
características fue el intenso miedo que generó y que paralizó a la sociedad
española, tan movilizada en el pasado.
Julian
Casanova añade: “La Iglesia y la
represión franquista”: https://elpais.com/diario/2008/11/26/opinion/1227654005_850215.html
En realidad, por mucho que se quiera culpabilizar a
la República o repartir crueldades de la Guerra Civil, el conflicto entre las
diferentes memorias, representaciones y olvidos no viene de ahí, de los
violentos años treinta, un mito explicativo que puede desmontarse, sino de la trivialización
que se hace de la dictadura de Franco, uno de los regímenes más criminales y a
la vez más bendecidos que ha conocido la historia del siglo XX.
Lo que hizo la Iglesia católica en ese pasado y lo
que dice sobre él en el presente refleja perfectamente esa tensión entre la
historia y el falseamiento de los hechos. "La sangre de los mártires es el
mejor antídoto contra la anemia de la fe", declaró hace apenas un mes Juan
Antonio Martínez Camino, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal,
en el fragor del debate sobre las diligencias abiertas por el juez Garzón
acerca de la represión franquista. "A veces es necesario saber
olvidar", afirma ahora Antonio María Rouco. Es decir, a la Iglesia
católica le gusta recordar lo mucho que perdió y sufrió durante la República y
la Guerra Civil, pero si se trata de informar e investigar sobre los otros
muertos, sobre la otra violencia, aquella que el clero no dudó en bendecir y
legitimar, entonces se están abriendo "viejas heridas" y ya se sabe
quiénes son los responsables.
Y, para postre, por gentileza de Público, el
articulo ¿La tercera restauración borbónica?:
España se acostó franquista y
se levantó democrática. Los jueces del franquismo pasaron a ser los jueces de
la democracia. De los 16 jueces del Tribunal de Orden Público, el juzgado
político encargado en encarcelar a los demócratas, diez pasaron a la Audiencia
Nacional y seis al Tribunal Supremo. Se quedaron igualmente los policías –de
ahí vendría el Batallón Vasco Español, la Triple A, Conesa, Billy El niño, los
GAL o Villarejo-, se quedaron los catedráticos –ahí está la universidad que
tenemos- y los periodistas –Juan Luis Cebrián, que dirigiría El país, venía de
ser el Jefe de Informativos de la RTVE franquista-.
Por
todo eso, es verdad lo que dice el que fue Director efímero de El Mundo, David
Jiménez, "Juan Carlos I se exilia. Se queda la prensa que lo encubrió, el
empresariado que lo corrompió, la clase política que lo protegió, la judicatura
que miró a otro lado y el ejército de cortesanos que lo aplaudió". Lo ha
dicho igualmente la directora de Público, Virginia P. Alonso: "para construir un muro así y mantenerlo durante más de 40 años son
necesarias muchas manos; las de Gobiernos, empresarios
y periodistas, sin ir más lejos; pero también las de la propia familia real, en
la que se incluye a su hijo, el actual rey, Felipe VI".
Gracias a l@s 1103 que acudisteis a la cita de ayer
Gracias a Iris
Gracias a ti
No hay comentarios:
Publicar un comentario