La paz
Tras los
horrores de la II Guerra mundial, las proclamaciones institucionales se dotaron de instrumentos; ONU, FMI etc. y de
iniciativas, como es el caso del Plan Marshall, que se proponían erradicar las
guerras. Casi lo han logrado en los territorios “desarrollados”. Se pone la
emergencia de la Unión Europea como ejemplo. Olvidamos con mucha facilidad los
desastres de guerras que se producen “fuera de nuestras fronteras” o el hecho
de que los intereses que antes animaban las guerras europeas, siguen primando
en las instituciones y que los ciudadanos somos los sufridores, pese a la
solemnidad de la Proclamación Universal de los Derechos Humanos. El caso griego
me parece expresar esta situación.
El Eurogrupo
no se pone de acuerdo para aceptar o rechazar la propuesta del gobierno griego
para obtener un tercer rescate. No hay una explicación pacifista para el
retraso en la toma de decisiones, puesto que Tsipras, apoyado por un referéndum
y por mayoría parlamentaria, -amplios, en ambos casos, presentó, el pasado jueves
a última hora, una propuesta de reformas que recogía las exigidas por la Troika el 26 de junio
Los
acreedores tienen lo que querían, incluido el circo de castigar al díscolo y a
los ciudadanos que lo apoyan, con ese corralito impuesto por el BCE y por los
que sacan su pasta de Grecia, y un gobierno que tiene que conseguir que el
Parlamento acepte lo que los ciudadanos han rechazado.
Parecería
que el Eurogrupo, la Comisión, el FMI y los Estados de la UE estarían bien
asesorados el 26 de junio ¿Qué otra explicación que el espectáculo del castigo
a los ojos de potenciales díscolos en otros Estados Miembros?
Lo más
curioso es que esos señores que están aprovechándose del lamentable
espectáculo, están siendo objeto de crítica; la Academia; 26 profesores de la London School of Economics
dicen que el plan de rescate griego ha sido un desastre austericida. Hay
también premios Nobel que lo afirman y el propio FMI acepta que la deuda es impagable.
Quiero creer
que impere el sentido común, Tsipras presenta más garantías que cualquiera de
los gobernantes del Estado desde la adhesión del mismo a la UE y al Eurogrupo,
supongo que los argumentos que sirvieron para meterla, siguen siendo válidos y
deberían serlo mucho más ahora.
La paz no es
cuestión de principios, sino de llevarlos a la práctica, aquí todo el mundo
traiciona los principios y lo que vale son los intereses de los que mandan.
¿Vale? Ya lo veremos, todo depende de las voces que escuchemos.
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