viernes, 25 de octubre de 2019

Nuestra Cita Cotidiana


El 25 de octubre de 1837 el ex gobernador de la Córdoba argentina, José Vicente Reynafé, el hermano de éste y 11 más fueron ejecutados en acto ejemplarizante por las nuevas autoridades; colgados en la bonaerense Plaza de La Victoria, con gran aforo. El delito argumentado era el asesinato del general Facundo Quiroga.
Si te interesan los detalles, te los cuenta muy bien Wikipedia: “Los hermanos Reinafé: https://es.wikipedia.org/wiki/Hermanos_Reynaf%C3%A9
Me limito a señalarte algunos datos, que espero que te motiven a la lectura del artículo:
_    Cuándo José Vicente Reinafé terminó su mandato, junto a dos de sus hermanos, fueron enjuiciados en Córdoba y se los declaró a todos inocentes de la muerte del caudillo riojano. No contento con el resultado del tribunal cordobés, Rosas invocan inmediatamente el Pacto Federal y ordena que los hermanos Reinafé, juntamente con los otros conspiradores, fueran llevados a Buenos Aires para ser juzgados. Luego de un vasto proceso judicial, se los declaró culpables y el 25 de octubre de 1837 José Vicente y Guillermo Reinafé, junto con Santos Pérez y otros diez, fueron colgados en la Plaza de la Victoria.
_    El procedimiento judicial seguido por Rosas fue seriamente cuestionado, por sacar a los acusados de la jurisdicción correspondiente al debido proceso, e impedir un adecuado derecho a la defensa en juicio. Antes de ser fusilado y luego colgado, Santos Pérez culpó públicamente, y a los gritos en la Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo), a Juan Manuel de Rosas del asesinato de Facundo.
_    Si bien es cierto que el motivo de venganza se utilizó como un argumento, no es menos cierto que los Reynafé lo perdieron todo, empezando por el poder político hasta importantes propiedades y establecimientos agropecuarios en la Provincia de Córdoba que fueran subastados una vez fusilados, aunque nadie pujara por ellos ya que era de mal augurio, en esa época, comprar bienes de algún finado, haciendo bajar su valor real, y por lo cual, es aquí adonde surgió la figura de un hacendado vasco.

En estas sábanas hacemos nuestra cama, cada vez más pequeña; tenemos que pagar la deuda, contraída, en nuestro nombre por los representantes que escogemos, anudados por el “circo” que nos sirven  junto al cada vez más escaso pan.
Gracias a los 1132 que nos visitaron ayer
Gracias a ti
Gracias a Iris



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