El 27 de octubre de 1834 tuvo lugar la batalla de Alegría. “El
País del 5 de septiembre de 2004, evoca aún este hecho bélico: “La batalla de
Alegría”: https://elpais.com/diario/2004/09/05/paisvasco/1094413202_850215.html
Por cuarto año consecutivo la localidad alavesa de Alegría Dulantzi
conmemoró ayer una batalla que tuvo lugar en 1834, en la que se enfrentaron
ferozmente carlistas y liberales. La celebración está concebida como un canto
de paz y de concordia y la componen desfiles (en la imagen, la tropa carlista),
actividades, coplas, un mercado de época y la representación teatral de la
contienda.
Si te interesa el
tema, Fernando Sánchez Aranaz, te ofrece, en 2014, una explicación más completa: https://nabarralde.eus/la-batalla-de-alegria-180-anos-despues/
El día 29 de septiembre de
1833, a las tres menos cuarto de la tarde, moría el rey de España Fernando VII.
Ese hecho fue el detonante para el violento estallido de un conflicto, larvado
desde hacía tiempo, que acaso todavía hoy no se haya resuelto, cuyo pistoletazo
de salida fue el nombramiento como reina de Isabel, una niña de tres años de
edad, por parte de la camarilla de ideología liberal que rodeaba a la viuda del
rey, su sobrina María Cristina de las Dos Sicilias.
Los orígenes del carlismo
son variados y complejos. No se pueden reducir a una cuestión dinástica. Años
después de los acontecimientos que vamos a reseñar, en 1873, en el contexto de
la tercera sublevación carlista, Manuel Loidi, más conocido como el Cura Santa
Cruz, dejo dicho, “yo no he luchado ni por Pedro ni por Sancho, sino contra los
políticos de España y por la libertad de mi amada Euskal Herria”. Eso, en
aquellos tiempos, significaba fundamentalmente el mantenimiento de los Fueros y
la eliminación de las políticas desamortizadoras, que privatizaban las fincas
comunales y eclesiásticas, a las que los campesinos, entonces el 80% de la
población, tenían acceso para su labranza a un coste asequible. Paralelamente
se veía con preocupación el deterioro que el liberalismo significaba para la
vida tradicional de los vascos, en la cual se inscribía tanto el autogobierno,
como la práctica de la religión católica y el uso de la lengua vasca, cuyo
declive en aquellos momentos era constatable, debido, entre otros motivos, a
los deliberados ataques recibidos por parte del gobierno central
Sin compartir la
ideología del carlismo, hay una serie de críticas a los cristinos que expresa, de alguna manera “Nueva Tribuna
con respecto a la reina regente: : “El lado obscuro de María Cristina de Borbón
Dos Silias”: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/lado-oscuro-reina-maria-cristina-borbon-sicilias/20141103110417108836.html?src=lmvn
El 28 de diciembre de 1833, a los tres
meses de quedarse viuda contrajo matrimonio morganático en secreto con un
sargento de su Guardia de Corps, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez
Destaca el gobierno de Juan Álvarez de Mendizábal, que desarrolló su
conocida desamortización de bienes religiosos y de algunos nobles, con la
finalidad de conseguir el saneamiento de las arcas de la Hacienda, que se
encontraban en una malísima situación. Estos bienes desamortizados fueron
vendidos en subasta, por lo que se favoreció la creación de un nuevo grupo de
terratenientes, que marcarían el posterior desarrollo político.
Cierto que el carlismo era la ideología más ultra “Dios,
Patria y Rey”, pero supo atraerse a l@s ciudadan@s que habían sido despojados
de los terrenos comunales que Mendizabal privatizó o a l@s que sufrieron recortes de unos fueros que les
daban de comer, a parte de la dignidad. En la regencia de María Cristina de
Borbón se necesitaban recursos para dotar dignamente a los reales hijos que nacían como hongos.
La
amante madre y el amante padre se metieron en negocios y activaron la
especulación y desastres bursátiles.
Gracias a l@s 1086 que acudisteis a la cita
de ayer
Gracias a Iris
Gracias a ti
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