El 21 de agosto de 1520 Carlos I incendió Medina del Campo.
Luis Fernández SJ lo cuenta muy bien: “El incendio de Medina del Campo
21/08/1520. Un testimonio inédito: file:///C:/Users/ortiz/Downloads/Dialnet-ElIncendioDeMedinaDelCampo-66362.pdf
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El norte de Castilla ofrece un resumen: “La histórica Quema de Medina del Campo”: https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/provincia/historica-quema-medina-20200821220241-nt.html
La Quema de
Medina del Campo, ocurrida hace 500 años, fue un hito en la Guerra de las
Comunidades, una rebelión que se prolongó desde 1520 hasta 1522 prácticamente
por todos los territorios que formaban entonces la Corona de Castilla.
En agosto
de 1520, en plena guerra entre los sublevados comuneros y el bando realista, se
produjo un momento de inflexión: la Quema de Medina del Campo. El martes 21 de agosto de 1520 un
ejército de dos mil efectivos llegó a Medina para apoderarse de la artillería.
Tras negociar, los vecinos se mantuvieron firmes en su negativa y comenzó el
asalto, en el que se produjo el incendio.
Los
medinenses dieron prioridad a la custodia de la artillería y prefirieron
sacrificar sus casas, que fueron pasto del fuego en un número aproximado de
700. Tras realizar varias tentativas, a los realistas les resultó
imposible apoderarse de Medina.
El incendio
fue la llama que avivó las Comunidades y el levantamiento de toda Castilla, en
un movimiento comunero al que Medina fue fiel hasta el final.
El 21 de agosto de 1940 murió Trotski. Abel de Medici lo
presenta así: “Ramón Mercader, el hombre que mató a Trotski”: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/ramon-mercader-hombre-que-mato-a-trotski_15088
Así pues, en 1939 puso en marcha por
orden de Stalin la Operación Utka (Operación Pato), para matar a Trotski y
eliminar definitivamente la amenaza que el líder soviético veía en él. El plan
preveía el entrenamiento de diversas células para multiplicar las posibilidades
de acabar con Trotski. Y precisamente una de estas estaba formada por Ramón
Mercader y su madre, Caridad del Río, a quienes se unió posteriormente Nahum
Eitingon.
La primera aproximación para
conseguir su objetivo se produjo al más puro estilo Bond, en un escenario tan
glamuroso como París, aunque en un ambiente menos elitista: Mercader se
infiltró en los círculos trotskistas con la identidad de Jacques Mornard,
supuesto militante belga. Allí puso en su punto de mira a
una mujer de la absoluta confianza de Trotski: Sylvia Agelof. Al poco tiempo de
conocerse Mercader y Agelof comenzaron una relación, lo cual permitió al espía
español acercarse a su futura víctima.
Asumiendo una nueva identidad como el
canadiense Frank Jackson, Mercader viajó a México en compañía de Sylvia, quien
le presentó a Trotski, comenzando en ese momento la última fase de su plan:
ganarse la confianza del líder ruso hasta el punto de poder quedarse con él a
solas.
Y así ocurrió el 20 de agosto de 1940
cuando fue a su casa con la excusa de entregarle unos documentos. Cuando
Trotski se acercó a la ventana para poder leerlos mejor, Mercader le clavó un
piolet en la cabeza provocándole una herida mortal que terminó con su vida 12
horas más tarde. Los guardaespaldas de Trotski, ausentes
en el momento fatal, reaccionaron a tiempo para impedir la huida del asesino.
Su madre y Eitingon, que lo esperaban en un coche en el exterior de la casa,
huyeron al ver que algo no había ido bien.
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