El 16 de agosto de 1773 Clemente XIV disolvió la Compañìa de
Jesús. Javeriana.org.co lo presenta así: https://www.javeriana.edu.co/jhs/home/?page_id=625
El
16 de agosto de 1773 el Papa Clemente XIV promulgó el breve Dominus ac
Redemptor que suprimía a la Compañía de Jesús. El texto del breve –documento
pontificio de rango inferior respecto a una bula- fue prácticamente escrito en
la Embajada Española en Roma. Como señala el periodista Alain Woodrow: “la
Compañía moría en su ley, suprimida por aquel a quien había jurado fidelidad
absoluta”. Según el historiador jesuita Ricardo García Villoslada: “unos doce
mil sacerdotes quedaban reducidos a la inacción, el mundo infiel perdía más de
tres mil misioneros y la sociedad cristiana más de 800 instituciones de
enseñanza”. La Orden ignaciana en ese momento contaba con 22.000 miembros.
El 16 de agosto de 1886 se
firmó el Pacto de Ostende. Proyectoambulante.org lo presenta así: “El Pacto de
Ostende de 1886: objetivos y resultados del Tratado”: https://www.proyectoambulante.org/pacto-de-ostende/
El
Pacto de Ostende (nombrado de ese modo por haber sido firmado en el pueblo
belga de Ostende) se firmó el 16 de agosto de 1886 como iniciativa del general
progresista Juan Prim.
Este
pacto establecía la necesidad de separar a la reina del poder y,
simultáneamente, crear un gobierno provisional que sumará los esfuerzos del
Partido Demócrata y del Partido Progresista. Dicho gobierno estaría guiado por
un programa político de corte liberal.
En
1867, el Partido Unión Liberal pasa a formar parte también del bloque de los
firmantes del pacto. Esto ocurre después de que la muerte de Leopoldo O’Donnell
convirtiera al general Francisco Serrano y Domínguez en el nuevo jefe del
partido liberal.
El
Pacto de Ostende se sustenta en dos puntos u objetivos generales:
·
Erradicar
lo existente entre las anteriores cúpulas del poder, afines a la monarquía.
·
Instauración
de una asamblea con funciones constituyentes que, con el apoyo de un gobierno
provisional, debería fijar un marco legal y el futuro rumbo político del país.
Posteriores
conversaciones permitieron desarrollar más ampliamente el esquema bipartito
anterior. Así, los objetivos ulteriores del Pacto llegarían a ser los
siguientes:
1.
Instauración del sufragio universal, específico para la población masculina
española. Estos votantes serían los encargados de determinar la forma que
habría de adquirir el gobierno (organización política y administrativa),
después de que el representante del sistema monárquico fuese depuesto.
2.
Realización de unas elecciones populares, con la finalidad de dar forma a una
comisión constituyente. Esta comisión tendría como labor principal desarrollar
una propuesta de constitución para el nuevo gobierno; texto que, de ser aprobado,
vendría a reemplazar a la constitución del año 1845.
3.
Todos los actores políticos firmantes del pacto de Ostende se comprometían a
respetar y velar porque se respetase el derecho a la libre expresión.
Este
punto se extiende también a la imprenta. Otro derecho que debía quedar
garantizado es el de la libre reunión. Con estas dos medidas de gracia se
esperaba que los electores estuviesen informados.
4.
A partir de la firma del pacto de Ostende, todos los actores políticos
presentes se comprometían a reconocer como líder principal del contingente
demócrata a Juan Prim, nuevo jefe del gobierno provisional tras la deposición
del estamento monárquico.
La consecuencia más importante del pacto de
Ostende fue la explosión de la Revolución Gloriosa, acaecida en 1868, un
movimiento de sublevación, con componentes civiles y militares, que se opuso a
las fuerzas de la reina Isabel II.
Los alzados lucharon en Madrid y en Andalucía,
avanzando firme y progresivamente. El 28 de septiembre se da la batalla de
Alcolea, que resultaría en una victoria formidable para las unidades del
ejército rebelde del general Francisco Serrano Domínguez.
Finalmente,
el 30 de septiembre, la reina recibe noticias de que las huestes del gobierno
realista han sido barridas. Ese mismo día, auxiliada por algunos actores
políticos que aún son fieles a la corona, logra escapar a Francia. La casa real
de los Borbones había empezado a gobernar en el año 1700.
De
todos modos, en el futuro gobierno la monarquía no sería abolida del todo,
aunque su manejo del poder político sí sería matizado con mucho rigor.
No
fue posible poner punto a final a la monarquía principalmente porque una vez
que la reina fue depuesta, una serie de militares de alto rango que habían
apoyado a la Revolución Gloriosa se mostraban ahora partidarios de instaurar
una monarquía constitucional.
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