Hoy me han
hecho un preoperatorio para obtener tejido de la próstata para hacer la biopsia.
Mis recomendaciones a Armando están funcionando; no me preocupo de lo que no
está en mis manos. ¿Para qué?
Continúo,
como podéis comprobar, publicando artículos de opinión y con la sexta novela.
El problema que encuentro últimamente es que se me ocurrió que la cuñada de
Luis XIV, Madame, princesa Palatina, duquesa de Orleans, enseñara a leer,
escribir, recitar, cantar y bailar y el español, a su pupila, con el poema “Vivo
sin vivir en mí”. La alumna tenía 4 años y el texto estaba en español, idioma
que la pupila no comprendía. La experiencia fue un éxito, puesto que antes de
que se cumpliera el año, Madame había alcanzado sus objetivos, didácticos y de
intriga, en un Versalles en que ésta es lo único que cuenta. Los escritos de
santa Teresa eran los favoritos de la primera favorita oficial del rey, que se
había hecho monja para purgar sus pecados.
La palatina
no era beata, ni mucho menos y tampoco quería que lo fuera su pupila, que
tallaba para lograr el diamante que trabajaría para defender los intereses de
su prole, los Orleans.
El poema místico
se queda clavado en la consciencia de la pupila y así lo cuenta ésta en su
diario. Esto es lo que me traba, porque yo también vivo sin vivir en mí, pero
pienso, como lo hace la protagonista que tengo que encontrar la razón de mi
vida en este mundo.
Por eso
estoy atascado….
No hay comentarios:
Publicar un comentario