Hoy me toca
contaros mi vida, aunque tenía preparado el “Afro”, pero me siento capaz de “volver
al lugar del crimen, que he tratado de evitar, porque he vivido una pesadilla
desde el 10 de diciembre, cuando la analítica detectó un subidón de PSA y el
urólogo decretó una biopsia que se haría “después de fiestas”. No tenía otro
remedio que la espera y tratar de digerir la angustia que la noticia me
produjo, puesto que mi padre y mi hermano murieron, con mucho sufrimiento, de
cáncer de próstata con metástasis. El cáncer, lo tengo, puede ser una simple
anécdota cuya terapia me anunció ayer el urólogo, un tratamiento de pastillas e
inyecciones semestrales, que he empezado hoy. Me quedan las pruebas para
detectar potenciales metástasis, con escasas probabilidades dado que el tumor
está localizado y afecta a una parte de la próstata.
Me siento
más tranquilo, pero he tenido que esperar más de dos meses para que me hagan la
biopsia; en Cádiz por “las fiestas” y en Oviedo, porque el urólogo me mandó
repetir todas las pruebas. De nuevo, todo va bien, excepto el índice de PSA que
no para de subir y la subida requiere una biopsia. Se sabía desde mi primera
visita, el 13 de enero, tras comprobar que las “fiestas" de Cádiz son
demasiado largas para mi angustia.
Podríamos
esperar una sociedad consciente del crecimiento de la angustia en la que nos
toca vivir. Sin embargo no podemos considerar que minimizarla sea un objetivo,
pese a que una biopsia de próstata sea un mero trámite, que se hace en ambulatorio,
sin anestesia y no es, para nada, traumático. En Cádiz se lo planteaban en
quirófano, anestesia y toda la parafernalia, y claro, las fiestas… En Oviedo se
planteaban las facturas de la repetición de las pruebas y yo…
He pasado mucha
angustia pero sabía lo que hay, esperar. Creo que ha sido un buen ejercicio:
duro, pero bueno. En este blog podréis comprobar que soy viejo, pero no mayor.
He mantenido una gran producción y ha subido considerablemente el número de mis
visitas. Gracias, amigo-a. He descubierto que soy mucho más fuerte de lo que
creía y me hace esperar que la naturaleza humana tiene recursos para navegar
donde nos toque.
No lo
haremos haciéndonos mayores, sino navegando a lo nuestro y encontrando cada día
avances. Cada día he encontrado razones para mostrar mi agradecimiento por un
pasito.
Creo que ya
estoy preparado para confrontarme a la educación de la heroína de mi 6ª novela
con el “Vivo sin vivir en mí, de Santa Teresa. Gracias amiga, amigo, que has
minimizado mi angustia con tu visita-
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