El 29 de diciembre de 1170, el
arzobispo de Canterbury, Thomas Becket fue vilmente asesinado. La web de las
Biografías te ofrece un excelente
resumen: http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=becket-thomas
_ En 1154 falleció el rey inglés; su heredero, Enrique II,
era apenas un joven impetuoso de 20 años de edad que rápidamente aceptó el
consejo de Teobaldo de Canterbury y nombró a Becket como Canciller Mayor, el
puesto de mayor importancia en el precario organigrama cortesano del reino. El
paso del arcedianato de Canterbury a la cancillería del reino, además de a las
habilidades mostradas por Becket, tuvo un importantísimo componente personal: el
rey Enrique y su canciller simpatizaron enseguida, convirtiéndose la relación
en una especie de protectorado de Becket a modo de hermano mayor del monarca,
quince años más joven que el canciller. La relación entre ambos personajes ha
sido objeto de numerosos estudios, destacándose la complementariedad de sus
caracteres personales: la sabiduría, sagacidad y templanza de Becket habrían de
ser el bálsamo con que el impetuoso y carismático rey adobase sus pretensiones
absolutistas dentro de una época caracterizada por la rebeldía de algunos
barones feudales ingleses. En los buenos tiempos, el rey y el canciller
compartían muchas horas de trabajo y de consejo, a pesar de que también era
habitual que las jornadas se viesen salpicadas por algunos encontronazos como,
por ejemplo, la oposición de Becket a la solicitud efectuada por Enrique II al
papa para que María, abadesa de Romsey, pudiese contraer matrimonio con Mateo
de Bolonia, un enlace beneficioso en términos políticos pero que chocaba con la
escrupulosidad que Becket pretendía ya imponer en el clero británico. Sin
embargo, estos enfrentamientos no eran obstáculo para que el prelado
antepusiese su fidelidad a la monarquía en caso necesario, como ocurrió cuando,
a principios de 1158, Becket capitaneó las tropas militares inglesas que
pelearon en el continente para que los rebeldes condes de Tolosa volviesen a
prestar la fidelidad debida a Enrique II.
_ Después
de lo afirmado hasta aquí, la carrera de Becket hubiera continuado por los
derroteros cortesanos habituales de no mediar un hecho insólito: sus profundas
convicciones personales de independencia y su total apoyo a la corriente
reformista de la Iglesia que, tradicionalmente, se ha denominado como Reforma
Gregoriana en atención a su máximo propulsor, __el papa Gregorio VII. Puede considerarse a
Tomás Becket como el introductor de los postulados reformistas en Inglaterra,
sobre todo la total independencia de las estructuras eclesiásticas nacionales
con respecto a los deseos del rey. Naturalmente, esta cuestión fue la que acabó
por enfrentar a los antiguos amigos, al monarca y al canciller, hasta el punto
de deshacer su amistad y convertirles en enemigos con un trágico final. Pero esta
situación de enfrentamiento no arredró a Becket, que continuó con el intento de
aplicar la Reforma gregoriana a pesar de la voluntad contraria del rey.
_ El
día de Navidad de 1170, Becket pronunció una homilía en la catedral de
Canterbury en la que excomulgaba a Roger de York y a Gilbert Foliot, a la vez
que mantenía la amenaza de excomunión sobre Enrique II. Cuando en la corte se
tuvo conocimiento de este hecho, el monarca, delante de todos los cortesanos,
prorrumpió en gravísimas amenazas contra Becket. El 29 de diciembre, cuando el
arzobispo se preparaba para su misa diaria, cuatro hombres de armas del rey
irrumpieron en el espacio sagrado y le asestaron diversos tajos con sus armas.
Según recogió en su crónica Edward Grim, secretario y más fiel colaborador de
Becket, sus últimas palabras fueron "acepto mi muerte en servicio de la
Iglesia de Jesucristo".
“Librario íntimo” te ofrece otras
informaciones en el arículo de Rubén Castillo Gallego “T Becket o el honor de
Dios”: https://rubencastillo.blogspot.com/2016/01/becket-o-el-honor-de-dios.html
_ Dos hombres que fueron amigos durante su juventud y que se
ven enfrentados por sus distintas maneras de entender el curso de la
Historia y sus propias
funciones. Uno desea erosionar los poderes plenipotenciarios de la
Iglesia en su país; el otro,
servir de modo coherente al Dios al que lo han consagrado sin su autorización
(el rey lo nombró arzobispo de Canterbury pensando en que siempre podría contar
con su fidelidad). El choque estaba garantizado.
NARKIVE te ofrece un
artículo de Azucena Palafox:
“Jean Anouilh: "Becket o el honor de Dios"”: https://es.humanidades.literatura.narkive.com/bzp0vFO4/jean-anouilh-becket-o-el-honor-de-dios
_ La
obra trata de un conflicto eterno, permanente, endémico: las difíciles
relaciones de poder entre la Iglesia y el Estado; en este caso el Estado
está representado por el normando rey de Inglaterra Enrique II, y la Iglesia
por el sajón arzobispo de Canterbury Thomas Becket, después subido a los
altares.
_ Por
otro lado, el conflicto planteado es sumamente interesante, con diálogos
chispeantes, inteligentes, de gran profundidad en ocasiones, y en otras
triviales y hasta cachondos. Véanse estos ejemplos, que no son, sin embargo,
los mejores:
Gracias a l@s 1833 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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