La post-post
modernidad
Las encuestas señalan
a Emmanuel Macron, como el candidato que se confrontará a Marine Lepen en las
próximas presidenciales francesas. Apenas era conocido cuando era ministro de
Economía de Hollande.
Un ministro de Economía que fracasó en
su proyecto de deslocalización laboral, que pasó desapercibido pese al revuelo
que ha creado el proyecto de reforma laboral de Valls y al ferviente
liberalismo del ministro.
De pronto, este personaje deja el
gobierno, funda un partido: “En marcha”. Desde entonces es el personaje
preferido de los “hacedores de opinión”; en los dos últimos años ha sido más
citado por estos que conjuntamente: Jean-Luc
Mélenchon, Arnaud Montebourg y Benoît Hamon.
Pero, aunque es un hombre
de Rothschild, quien controla la gran media francesa, incluido “Libération” y
tiene el apoyo de la socialdemocracia neoliberal, Benoît Hamon le está comiendo
la tostada; según la encuesta Kantar
Sofres publicada el pasado jueves, el candidato del PSF sube 14 puntos en
esperanza de voto y alcanza 33%. Macron pierde un punto y se queda en 38%.
También sube un punto Jean-Luc
Mélenchon, que alcanza también el 33%.
¿Por qué siguen
insistiendo los medios poderosos que Macron se confrontará a Marine Le Pen en la
segunda vuelta de mayo si pueden unirse los votos de Hamon y Mélenchon en la
primera vuelta y subir ambos su potencial?
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