El 7 de marzo de 1966, el ministro franquista Manuel Fraga se pegó un baño en la playa
de Palomares para
demostrar a los futuros turistas que las aguas de Almería no eran radioactivas. Pero allí abajo, entre los
salmonetes, había una bomba atómica mil
veces más potente que la que destruyó Hiroshima.
“Diario 16” en un artículo de
María José Pintor Sánchez-Ocaña indica que las fotos se tomaron en otra playa: “Fraga no se
bañó en Palomares y la playa de Almería sigue radiactiva”: “Fraga no se bañó en
Palomares y la playa de Almería sigue radiactiva”: https://diario16.com/fraga-no-se-bano-palomares-la-playa-almeria-sigue-radiactiva/
Los cronistas de la época no
pudieron contar la verdad, pero cualquier taxista de Almería te resume lo que
realmente pasó en el año 1966 con el baño de Manuel Fraga Iribarne y el embajador de EEUU en Palomares: Que
la famosa inmersión en el mar que también popularizó el NO-DO se grabó en otra playa de Almería donde
no se encontraban los restos radiactivos de un avión americano.
Te copio el primer párrafo
El 17 de enero de 1966 un bombardero estratégico norteamericano B-52
colisionó con el avión nodriza de tipo KC-135 que lo abastecía de combustible,
sobre el pueblo de Palomares, una pedanía de Cuevas del Almanzora (Almería).
Esta maniobra era necesaria en el contexto de la guerra fría para mantener la
capacidad de destrucción mutua asegurada (MAD, por sus siglas en inglés, que
también significa loco). Estos aviones permanecían volando de forma
ininterrumpida para poder responder a un hipotético ataque preventivo de la
URSS con un bombardeo nuclear suficiente para destrozar el país. De esta manera
se mantenía una capacidad disuasoria. Se puede decir por tanto que la contaminación
de Palomares es un residuo de la Guerra Fría.
Vale la pena, te lo
aseguro.
No espero que Trump
piense reparar el daño.
Gracias a Iris
Gracias a ti
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