lunes, 27 de abril de 2020

Nuestra cita coidiana


El 27 de Abril de 1969, contra todo pronóstico, de Gaulle perdió su último Referéndum. Raphael Morán presenta muy bien el escenario en su artículo de RFI :“El día que se acabó la revuelta del Mayo francés”: http://www.rfi.fr/es/francia/20180530-el-dia-que-se-acabo-la-revuelta-mayo-frances
“De Gaulle - con gran talento - reanudó con un vocabulario de la Guerra Fría. Denunció al Partido Comunista como el mayor adversario y jugó con miedos muy arraigados en la sociedad francesa”, observa la historiadora francesa Danielle Tartakowsky.
“La combinación entre una manifestación de derecha que nadie esperaba y el llamado a las urnas fue un golpe maestro, estima Danielle Tartakowsky, profesora de historia contemporánea de la Universidad París VIII. “La derecha no había salido a las calles desde 1934”, insiste la académica.
Un mes después, el 30 de junio del 1968, el gaullismo triunfó en las urnas. El partido de De Gaulle consiguió una mayoría aplastante del 60 de los escaños en la Asamblea nacional francesa, dándole la estocada final a los que esperaban una caída de De Gaulle.
En 1969, De Gaulle renunció a la presidencia tras perder un referéndum sobre la descentralización, y falleció un año más tarde.
El medio ofrece enlaces con buenos planteamientos sobre la época.
Viví en Francia entre 1965 y 1971. Formaba parte de “La Pégre” como decían el general y sus partidarios cuando se referían a nosotr@s . ¡Fueron mis felices años!
De Gaulle tenía much@s enemig@s, el padre de una V República a su imagen y semejanza; inspirada en el “Imperio Liberal”de Napoleón III, y también much@s amig@s.  “Letras Libres” ofrece un artículo de Eduardo Suárez que plantea la pervivencia del aurea de “El General”: “De Gaulle, espejo y esencia del populismo francés: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/politica/gaulle-espejo-y-esencia-del-populismo-frances
Charles de Gaulle es todavía un espejo en el que se miran los políticos franceses sin importar sus orígenes o su ideología. Rescató a Francia del oprobio de Vichy, exasperó a Churchill y Roosevelt con sus tics de prima donna durante la guerra y acarició una alianza con Stalin que nunca se hizo realidad. Su ramalazo autoritario le empujó a dejar el poder en 1946 y le ayudó luego a recobrarlo en 1958 al ofrecerse como salvador de un país encerrado en el laberinto de la Argelia colonial.
El general es hoy para los políticos franceses como el estanque de Narciso: un espejo en el que se miran y en el que adivinan el reflejo de la Francia que quieren construir. François Fillon evoca a De Gaulle como el inspirador de sus políticas de recorte del gasto y Jean-Luc Mélenchon elogia su política exterior. El centrista Emmanuel Macron lo cita en sus diatribas contra la partitocracia y Marine Le Pen se presenta como la heredera de su legado para pescar votos entre los restos del gaullismo más conservador.


 “Le Monde”, el portavoz de opinión francesa, a finales del pasado milenio, era amigo entrañable desde su fundación (1944). El fundador y director del medio y el “General” eran dos personajes  que se parecían  demasiado para llevarse bien toda la vida. Los egos  chocaron. Corrieron la misma suerte. Cayeron al mismo tiempo. Si te interesan los detalles puedes leer mi artículo: “La ritualización en la mediatización de Le Monde”: https://accedacris.ulpgc.es/bitstream/10553/4051/2/0234349_00006_0026.pdf

Gracias a l@s 1743 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti



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