El 27 de Abril de 1969, contra todo pronóstico, de Gaulle
perdió su último Referéndum. Raphael Morán presenta muy bien el escenario en su
artículo de RFI :“El día que se acabó la revuelta del Mayo francés”: http://www.rfi.fr/es/francia/20180530-el-dia-que-se-acabo-la-revuelta-mayo-frances
“De
Gaulle - con gran talento - reanudó con un vocabulario de la Guerra Fría.
Denunció al Partido Comunista como el mayor adversario y jugó con miedos muy
arraigados en la sociedad francesa”, observa la historiadora francesa Danielle
Tartakowsky.
“La
combinación entre una manifestación de derecha que nadie esperaba y el llamado
a las urnas fue un golpe maestro, estima Danielle Tartakowsky, profesora de
historia contemporánea de la Universidad París VIII. “La derecha no había
salido a las calles desde 1934”, insiste la académica.
Un
mes después, el 30 de junio del 1968, el gaullismo triunfó en las urnas. El
partido de De Gaulle consiguió una mayoría aplastante del 60 de los escaños en
la Asamblea nacional francesa, dándole la estocada final a los que esperaban
una caída de De Gaulle.
En 1969, De Gaulle renunció a la
presidencia tras perder un referéndum sobre la descentralización, y falleció un
año más tarde.
El medio ofrece enlaces con buenos planteamientos sobre la
época.
Viví en Francia entre 1965 y 1971. Formaba parte de “La
Pégre” como decían el general y sus partidarios cuando se referían a nosotr@s .
¡Fueron mis felices años!
De Gaulle tenía much@s enemig@s, el padre de una V
República a su imagen y semejanza; inspirada en el “Imperio Liberal”de Napoleón
III, y también much@s amig@s. “Letras
Libres” ofrece un artículo de Eduardo Suárez que plantea la pervivencia del
aurea de “El General”: “De Gaulle, espejo y esencia del populismo francés: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/politica/gaulle-espejo-y-esencia-del-populismo-frances
Charles de
Gaulle es todavía un espejo en el que se miran los políticos franceses sin
importar sus orígenes o su ideología. Rescató a Francia del oprobio de Vichy,
exasperó a Churchill y Roosevelt con sus tics de prima donna durante la guerra y acarició una
alianza con Stalin que nunca se hizo realidad. Su ramalazo autoritario le
empujó a dejar el poder en 1946 y le ayudó luego a recobrarlo en 1958 al
ofrecerse como salvador de un país encerrado en el laberinto de la Argelia
colonial.
El general es
hoy para los políticos franceses como el estanque de Narciso: un espejo en el
que se miran y en el que adivinan el reflejo de la Francia que quieren
construir. François Fillon evoca a De Gaulle como el inspirador de sus
políticas de recorte del gasto y Jean-Luc Mélenchon elogia su
política exterior. El centrista Emmanuel Macron lo cita en sus diatribas contra
la partitocracia y Marine Le Pen se presenta como la heredera de su legado para
pescar votos entre los restos del gaullismo más
conservador.
“Le Monde”, el
portavoz de opinión francesa, a finales del pasado milenio, era amigo entrañable
desde su fundación (1944). El fundador y director del medio y el “General” eran
dos personajes que se parecían demasiado para llevarse bien toda la vida. Los
egos chocaron. Corrieron la misma
suerte. Cayeron al mismo tiempo. Si te interesan los detalles puedes leer mi
artículo: “La ritualización en la mediatización de Le Monde”: https://accedacris.ulpgc.es/bitstream/10553/4051/2/0234349_00006_0026.pdf
Gracias a l@s 1743 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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