lunes, 18 de enero de 2021

Nuestra cita cotidiana

 

El 18 de enero de 1915 Japón envió a China “Las veintiuna exigencias”. Wikipedia lo explica muy bien: “Veintiuna exigencias”: https://es.wikipedia.org/wiki/Veintiuna_exigencias#:~:text=Las%20Veintiuna%20exigencias%20(%E5%AF%BE%E8%8F%AF,de%201915%2C%20y%20que%20condujeron

 

Un párrafo. Debes pinchar:

 

Las Veintiuna exigencias (対華二十一ヵ条要求 Taika Nijyūichikkajō Yōkyū?), (en chino tradicional二十 一个 ) fueron un conjunto de imposiciones hechas por el Imperio de Japón durante el gobierno del primer ministro Okuma Shigenobu, presentadas al Gobierno nominal de la República de China el 18 de enero de 1915, y que condujeron a la firma de dos tratados entre los dos países el 25 de mayo de 1915.

 

 

También hoy nos quedaremos con una noticia, porque Emilio Campmany plantea muy acertadamente el conflicto en “La guerra se extiende a Extremo Oriente”: https://www.libertaddigital.com/cultura/2014-07-19/emilio-campmany-la-guerra-se-extiende-a-extremo-oriente-72973/

 

Unos párrafos, debes pinchar:

 

Tradicionalmente, los historiadores atribuyen la intervención nipona a los deseos de Japón de incrementar su influencia en China. La situación era propicia a la rapiña de otras potencias. La derrota del imperio celestial en la guerra chino-japonesa de 1894-95 había hundido al país en una profunda crisis que, con la revolución de 1911, derivó en la instauración de una república. El nuevo régimen, sin embargo, no consiguió librarse de la sumisión a las potencias extranjeras. Al contrario, su debilidad fue cada vez más patente y en Japón creyeron que la guerra, con las potencias coloniales europeas aniquilándose al otro lado del mundo, les daba una oportunidad de aumentar su poder en China.

Para explicar por qué Japón intervino del lado de los aliados y no de las potencias centrales los historiadores recurren a la alianza británico-japonesa, existente desde 1902. La política británica en China desde los tiempos de la Guerra del Opio era la de obligar al imperio celestial a mantener las puertas abiertas al comercio con el resto de potencias extranjeras, pero sin establecer un dominio colonial sobre todo el país. No quería Londres que le pasara como en la India, donde lo que había empezado siendo una aventura comercial se convirtió en un dominio colonial que, produciendo muchos beneficios, acarreó igualmente cuantiosos gastos. Esta política no sólo significaba obligar a las autoridades chinas a mantener sus puertas abiertas al comercio y a establecer zonas con derecho de extraterritorialidad para que los comerciantes ingleses, europeos y norteamericanos no estuvieran sometidos a las leyes y autoridades chinas. Además había que impedir que ninguna potencia colonial sometiera China, porque eso significaría la expulsión del resto de los comerciantes extranjeros y por ende también de los británicos. A finales del siglo XIX y principios del XX quien amenazaba con poder hacer semejante cosa eran los rusos. Para Gran Bretaña, Rusia era un rival colonial imposible de combatir. Todo el poderío británico se apoyaba en su armada. Cualquier rival colonial que hubiera querido disputar a Gran Bretaña sus mercados, da igual que fuera Francia, Alemania, Estados Unidos o Japón, tendría que vérselas con la armada de Su Majestad británica, pues su acceso a los mercados controlados por los ingleses era necesariamente a través del mar. Sin embargo, para llegar a Persia, Afganistán, la India o China e imponer su ley, Rusia no necesitaba barcos, le bastaban soldados, porque podía llegar por tierra a los lugares de influencia británica desde su propio territorio sin tener que atravesar ningún mar.

Fue por tanto la necesidad de hacer frente al desafío ruso en Extremo Oriente lo que decidió a los ingleses a suscribir una alianza con Japón en 1902. Según los términos de lo pactado, cada uno de los firmantes se mantendría neutral si el otro se veía envuelto en un conflicto contra otra gran potencia y, en el caso de ser dos, a socorrerse mutuamente.

 

Gracias a l@s 636 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/

Gracias a Iris

Gracias a ti

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