El 18 de enero de 1915 Japón envió a China “Las veintiuna
exigencias”. Wikipedia lo explica muy bien: “Veintiuna exigencias”: https://es.wikipedia.org/wiki/Veintiuna_exigencias#:~:text=Las%20Veintiuna%20exigencias%20(%E5%AF%BE%E8%8F%AF,de%201915%2C%20y%20que%20condujeron
Un párrafo. Debes pinchar:
Las Veintiuna exigencias (対華二十一ヵ条要求 Taika
Nijyūichikkajō Yōkyū?),
(en chino tradicional, 二十 一个 条 项) fueron un conjunto de imposiciones hechas por
el Imperio de Japón durante el
gobierno del primer ministro Okuma
Shigenobu, presentadas al Gobierno nominal de la República de China el 18 de enero
de 1915, y que condujeron a la firma de dos tratados entre los dos países el 25
de mayo de 1915.
También hoy nos quedaremos con una noticia, porque Emilio
Campmany plantea muy acertadamente el conflicto en “La guerra se extiende a
Extremo Oriente”: https://www.libertaddigital.com/cultura/2014-07-19/emilio-campmany-la-guerra-se-extiende-a-extremo-oriente-72973/
Unos párrafos, debes pinchar:
Tradicionalmente, los historiadores atribuyen la
intervención nipona a los deseos de Japón de incrementar su influencia en China.
La situación era propicia a la rapiña de otras potencias. La derrota del
imperio celestial en la guerra chino-japonesa de 1894-95 había hundido al país
en una profunda crisis que, con la revolución de 1911, derivó en la
instauración de una república. El nuevo régimen, sin embargo, no consiguió
librarse de la sumisión a las potencias extranjeras. Al contrario, su debilidad
fue cada vez más patente y en Japón creyeron que la guerra, con las potencias
coloniales europeas aniquilándose al otro lado del mundo, les daba una
oportunidad de aumentar su poder en China.
Para explicar por qué Japón intervino del lado de los
aliados y no de las potencias centrales los historiadores recurren a la alianza
británico-japonesa, existente desde 1902. La política británica en China desde
los tiempos de la Guerra del Opio era la de obligar al imperio celestial a
mantener las puertas abiertas al comercio con el resto de potencias
extranjeras, pero sin establecer un dominio colonial sobre todo el país. No
quería Londres que le pasara como en la India, donde lo que había empezado
siendo una aventura comercial se convirtió en un dominio colonial que,
produciendo muchos beneficios, acarreó igualmente cuantiosos gastos. Esta
política no sólo significaba obligar a las autoridades chinas a mantener sus
puertas abiertas al comercio y a establecer zonas con derecho de
extraterritorialidad para que los comerciantes ingleses, europeos y
norteamericanos no estuvieran sometidos a las leyes y autoridades chinas.
Además había que impedir que ninguna potencia colonial sometiera China,
porque eso significaría la expulsión del resto de los comerciantes extranjeros
y por ende también de los británicos. A finales del siglo XIX y principios del
XX quien amenazaba con poder hacer semejante cosa eran los rusos. Para Gran
Bretaña, Rusia era un rival colonial imposible de combatir. Todo el poderío
británico se apoyaba en su armada. Cualquier rival colonial que hubiera querido
disputar a Gran Bretaña sus mercados, da igual que fuera Francia, Alemania,
Estados Unidos o Japón, tendría que vérselas con la armada de Su Majestad
británica, pues su acceso a los mercados controlados por los ingleses era
necesariamente a través del mar. Sin embargo, para llegar a Persia, Afganistán,
la India o China e imponer su ley, Rusia no necesitaba barcos, le bastaban
soldados, porque podía llegar por tierra a los lugares de influencia británica
desde su propio territorio sin tener que atravesar ningún mar.
Fue por tanto la necesidad de hacer frente al desafío ruso en
Extremo Oriente lo que decidió a los ingleses a suscribir
una alianza con Japón en 1902. Según los términos de lo pactado, cada uno de
los firmantes se mantendría neutral si el otro se veía envuelto en un conflicto
contra otra gran potencia y, en el caso de ser dos, a socorrerse mutuamente.
Gracias a l@s 636 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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