El 20 de
septiembre de 1979 fue derrocado el emperador de África Central Bocassa I.
Tristan Ustyanowski lo cuenta así: “La historia de Bokassa I, el último emperador
africano”: https://www.france24.com/es/20190920-bokassa-ultimo-emperador-africa
Debes pinchar. Para
animarte, copio unos párrafos:
El 20 de septiembre de 1979, las fuerzas
especiales francesas tumbaron al régimen de Bokassa I, emperador de
Centroáfrica. Se había autoproclamado en esta función menos de tres años antes,
pero ya llevaba más de 13 acaparando el poder de esta nación ubicada en el
corazón del continente, que cuenta con la superficie de Ucrania, pero con
apenas dos millones de habitantes.
Cuando se alzó al poder centroafricano, Bokassa
aún conservaba su nacionalidad francesa, lo cual sedujo a los encargados galos
de vigilar la zona, para quienes lo fundamental era mantener
"francófilos" en los países recién emancipados. Así que cuando el
nuevo presidente descartó la Constitución y empezó a gobernar por decreto, le
dejaron vía libre, al igual que cuando se autodesignó "presidente
vitalicio", en 1972.
Más que un jefe de Estado, Bokassa era
un comediante y sabía manejar con brillo sus relaciones con Francia. A Charles
de Gaulle, exgeneral y entonces presidente, le tenía admiración sincera y lo
llamaba "papá", lo cual irritaba a este. Pese a todo, De Gaulle pasó
de considerarlo "patán" a "buen muchacho" por los consejos
de Foccart. El mandatario africano dejó pedazos enteros de su país al entonces
ministro de Finanzas, Valéry Giscard d'Estaing, para que se dedicara a una
pasión recién encontrada: la caza de animales. Una fuerte amistad se forjó a
partir de ese momento entre los dos hombres.
En la Centroáfrica de Bokassa no había
libertades civiles, los opositores eran silenciados, los ladrones eran
ejecutados públicamente y se decretaban normas extrañas, como la que prohibía
tocar tambores en horarios hábiles. Las derivas del hombre se hicieron cada vez
más evidentes, sus conciudadanos le empezaban a tildar de "ogro"
debido a rumores de canibalismo, pero, sobre todo, mantenía al Estado
desfinanciado, en una crisis permanente.
Más que un jefe de Estado, Bokassa era
un comediante y sabía manejar con brillo sus relaciones con Francia. A Charles
de Gaulle, exgeneral y entonces presidente, le tenía admiración sincera y lo
llamaba "papá", lo cual irritaba a este. Pese a todo, De Gaulle pasó
de considerarlo "patán" a "buen muchacho" por los consejos
de Foccart. El mandatario africano dejó pedazos enteros de su país al entonces
ministro de Finanzas, Valéry Giscard d'Estaing, para que se dedicara a una
pasión recién encontrada: la caza de animales. Una fuerte amistad se forjó a
partir de ese momento entre los dos hombres.
En la Centroáfrica de Bokassa no había
libertades civiles, los opositores eran silenciados, los ladrones eran
ejecutados públicamente y se decretaban normas extrañas, como la que prohibía
tocar tambores en horarios hábiles. Las derivas del hombre se hicieron cada vez
más evidentes, sus conciudadanos le empezaban a tildar de "ogro"
debido a rumores de canibalismo, pero, sobre todo, mantenía al Estado
desfinanciado, en una crisis permanente.
Desde los pasillos de la Presidencia
francesa, presintieron una coyuntura favorable para deshacerse de un emperador
embarazoso. Decidieron en el Elíseo organizar Barracuda, que implicó en un primer
tiempo convencer al exmandatario Dacko de volver al poder.
Bokassa sospechó que se estaba
desbaratando la tolerancia que le tenían y por eso fue a buscar el apoyo de
Gadafi en Libia. Los militares franceses no perdieron esta ocasión para bajarlo
del trono y volver a instalar a su primo, el 20 de septiembre de 1979.
En los años siguientes Francia intervino para
orientar los procesos judiciales en contra del emperador, que terminó condenado
a muerte por su supuesto papel en la represión del movimiento estudiantil, pese
a la falta de pruebas contundentes.
El 20 de septiembre de 1964 fueron
gravemente heridos Diego de los Santos y Susana Pintos Agencia uruguaya de
noticias lo cuenta así: “Hugo de los
Santos y Susana Pintos: 48 años de sus asesinatos”
Un mes antes del 20 de setiembre desparecía el viejo Uruguay
para dar paso a otro donde la represión se convertiría en moneda corriente, y
desembocaría en el golpe de Estado que durante casi doce años impuso la
violencia, la tortura y la muerte como su seña de identidad.
Hugo, de 19 años de edad, cursaba
segundo año de Ciencias Económicas y al igual que Susana, de 27 años, había
ingresado a la Juventud Comunista luego del asesinato de Líber Arce.
Hugo de los Santos fue gravemente
herido, y es más que elocuente el comunicado emitido al día siguiente por el
Sindicato Médico, dando cuenta de los hechos:
"Ante la necesidad de
evacuar los heridos para dirigirlos a centros asistenciales, se llama las
ambulancias de Asistencia Externa, la que luego de un lapso comunica
telefónicamente que no pueden llegar a la Universidad, por la prohibición de la
policía, que le impide el acceso (...)
Susana Pintos era estudiante de la
Escuela de la Construcción de la Universidad del Trabajo, de cuyo gremio era
secretaria.
Fue herida cuando se intentaba sacar
a Hugo para ser atendido, dada la gravedad de su estado. Falleció ya entrada la
madrugada del 21 de setiembre en el Hospital de Clínicas. Su traslado hasta
allí se demoró dado que hubo que esperar a que se levantara el cerco policial.
En el hospital, antes de entrar al quirófano, Susana le pidió al enfermero que
avise "a los compañeros, que estoy bien".
Gracias a l@s 989 que acudisteis a la cita de ayer
Gracias a Iris
Gracias a ti
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