lunes, 20 de septiembre de 2021

nuestra cita cotidiana

 

El 20 de septiembre de 1979 fue derrocado el emperador de África Central Bocassa I. Tristan Ustyanowski lo cuenta así: “La historia de Bokassa I, el último emperador africano”: https://www.france24.com/es/20190920-bokassa-ultimo-emperador-africa

 

Debes pinchar. Para animarte, copio unos párrafos:

 

El 20 de septiembre de 1979, las fuerzas especiales francesas tumbaron al régimen de Bokassa I, emperador de Centroáfrica. Se había autoproclamado en esta función menos de tres años antes, pero ya llevaba más de 13 acaparando el poder de esta nación ubicada en el corazón del continente, que cuenta con la superficie de Ucrania, pero con apenas dos millones de habitantes.

Cuando se alzó al poder centroafricano, Bokassa aún conservaba su nacionalidad francesa, lo cual sedujo a los encargados galos de vigilar la zona, para quienes lo fundamental era mantener "francófilos" en los países recién emancipados. Así que cuando el nuevo presidente descartó la Constitución y empezó a gobernar por decreto, le dejaron vía libre, al igual que cuando se autodesignó "presidente vitalicio", en 1972.

Más que un jefe de Estado, Bokassa era un comediante y sabía manejar con brillo sus relaciones con Francia. A Charles de Gaulle, exgeneral y entonces presidente, le tenía admiración sincera y lo llamaba "papá", lo cual irritaba a este. Pese a todo, De Gaulle pasó de considerarlo "patán" a "buen muchacho" por los consejos de Foccart. El mandatario africano dejó pedazos enteros de su país al entonces ministro de Finanzas, Valéry Giscard d'Estaing, para que se dedicara a una pasión recién encontrada: la caza de animales. Una fuerte amistad se forjó a partir de ese momento entre los dos hombres.

En la Centroáfrica de Bokassa no había libertades civiles, los opositores eran silenciados, los ladrones eran ejecutados públicamente y se decretaban normas extrañas, como la que prohibía tocar tambores en horarios hábiles. Las derivas del hombre se hicieron cada vez más evidentes, sus conciudadanos le empezaban a tildar de "ogro" debido a rumores de canibalismo, pero, sobre todo, mantenía al Estado desfinanciado, en una crisis permanente.

Más que un jefe de Estado, Bokassa era un comediante y sabía manejar con brillo sus relaciones con Francia. A Charles de Gaulle, exgeneral y entonces presidente, le tenía admiración sincera y lo llamaba "papá", lo cual irritaba a este. Pese a todo, De Gaulle pasó de considerarlo "patán" a "buen muchacho" por los consejos de Foccart. El mandatario africano dejó pedazos enteros de su país al entonces ministro de Finanzas, Valéry Giscard d'Estaing, para que se dedicara a una pasión recién encontrada: la caza de animales. Una fuerte amistad se forjó a partir de ese momento entre los dos hombres.

En la Centroáfrica de Bokassa no había libertades civiles, los opositores eran silenciados, los ladrones eran ejecutados públicamente y se decretaban normas extrañas, como la que prohibía tocar tambores en horarios hábiles. Las derivas del hombre se hicieron cada vez más evidentes, sus conciudadanos le empezaban a tildar de "ogro" debido a rumores de canibalismo, pero, sobre todo, mantenía al Estado desfinanciado, en una crisis permanente.

Desde los pasillos de la Presidencia francesa, presintieron una coyuntura favorable para deshacerse de un emperador embarazoso. Decidieron en el Elíseo organizar Barracuda, que implicó en un primer tiempo convencer al exmandatario Dacko de volver al poder.

Bokassa sospechó que se estaba desbaratando la tolerancia que le tenían y por eso fue a buscar el apoyo de Gadafi en Libia. Los militares franceses no perdieron esta ocasión para bajarlo del trono y volver a instalar a su primo, el 20 de septiembre de 1979.

En los años siguientes Francia intervino para orientar los procesos judiciales en contra del emperador, que terminó condenado a muerte por su supuesto papel en la represión del movimiento estudiantil, pese a la falta de pruebas contundentes.

 

 

El 20 de septiembre de 1964 fueron gravemente heridos Diego de los Santos y Susana Pintos Agencia uruguaya de noticias lo cuenta así: “Hugo de los Santos y Susana Pintos: 48 años de sus asesinatos”

https://www.uypress.net/Secciones/Hugo-de-los-Santos-y-Susana-Pintos-48-anos-de-sus-asesinatos-uc71875

 

Un mes antes del 20 de setiembre desparecía el viejo Uruguay para dar paso a otro donde la represión se convertiría en moneda corriente, y desembocaría en el golpe de Estado que durante casi doce años impuso la violencia, la tortura y la muerte como su seña de identidad.

Hugo, de 19 años de edad, cursaba segundo año de Ciencias Económicas y al igual que Susana, de 27 años, había ingresado a la Juventud Comunista luego del asesinato de Líber Arce.

Hugo de los Santos fue gravemente herido, y es más que elocuente el comunicado emitido al día siguiente por el Sindicato Médico, dando cuenta de los hechos:

"Ante la necesidad de evacuar los heridos para dirigirlos a centros asistenciales, se llama las ambulancias de Asistencia Externa, la que luego de un lapso comunica telefónicamente que no pueden llegar a la Universidad, por la prohibición de la policía, que le impide el acceso (...)

 

Susana Pintos era estudiante de la Escuela de la Construcción de la Universidad del Trabajo, de cuyo gremio era secretaria.

Fue herida cuando se intentaba sacar a Hugo para ser atendido, dada la gravedad de su estado. Falleció ya entrada la madrugada del 21 de setiembre en el Hospital de Clínicas. Su traslado hasta allí se demoró dado que hubo que esperar a que se levantara el cerco policial. En el hospital, antes de entrar al quirófano, Susana le pidió al enfermero que avise "a los compañeros, que estoy bien".



Gracias a l@s 989 que acudisteis a la cita de ayer

Gracias a Iris

Gracias a ti


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