El 17 de septiembre de
1788 inició una batalla grotesca. César Noragueda lo cuenta así: “El día que el
Ejército austríaco luchó contra sí mismo por error”: https://hipertextual.com/2016/09/batalla-de-karansebes
Uno de los sucesos más curiosos de la historia
bélica fue la Batalla de Karánsebes, en la que el exceso de alcohol provocó una
masacre de autodestrucción.
Y
una tarde del segundo año de la contienda, un contingente procedente de
Belgrado y compuesto por unos
100.000 soldados austríacos, que en realidad eran también serbios, croatas,
eslovenos, húngaros, rumanos o italianos reclutados que prácticamente no se
entendían entre sí, pretendía acampar en Karánsebes, una
localidad de frontera con el territorio de los turcos que forma parte de lo que
hoy es Rumanía. Como el enemigo se dirigía a la fortaleza de Vidin, el
Emperador había dispuesto que sus tropas combatiesen con las turcas en los
alrededores de Timisoara, bloqueando el paso en el río Timis.
Y
una tarde del segundo año de la contienda, un contingente procedente de
Belgrado y compuesto por unos
100.000 soldados austríacos, que en realidad eran también serbios, croatas,
eslovenos, húngaros, rumanos o italianos reclutados que prácticamente no se
entendían entre sí, pretendía acampar en Karánsebes, una
localidad de frontera con el territorio de los turcos que forma parte de lo que
hoy es Rumanía. Como el enemigo se dirigía a la fortaleza de Vidin, el Emperador
había dispuesto que sus tropas combatiesen con las turcas en los alrededores de
Timisoara, bloqueando el paso en el río Timis.
ara
asegurarse en el terreno, los
oficiales mandaron a una unidad de caballería ligera que explorara la zona al
otro lado del río, la cual confraternizó con la población de Karánsebes al
comprobar que por allí no había ni rastro de los turcos; y como buenos húsares
que eran, festeros y bebedores, adquirieron
todos los barriles de licor que vendían unos gitanos valacos en
su campamento y organizaron allí una cata con tragos que ríete tú del
Oktoberfest.
l
ver que la unidad de caballería húngara no regresaba, los oficiales se preocuparon y, esta vez,
decidieron despachar a una de infantería para que
averiguase si les había ocurrido algo malo. La unidad cruzó a la otra orilla
del Timis con inquietud, y se
encontró con los húsares más borrachos que un inglés durante la Epidemia de
Ginebra en la primera mitad del siglo. Sin embargo, lejos
de indignarse, quisieron unirse a la fiesta, pero los húngaros se negaron en redondo a compartir
su licor con ellos, y formaron una barricada con las
carretas de los gitanos y cualquier otra cosa útil para impedir que los
austríacos llegaran hasta sus preciados barriles.
Entonces,
para empeorar la situación, dio la casualidad de que en ese momento, cuando ya
oscurecía, una nueva unidad de caballería alcanzaba las afueras de Karánsebes,
cuyo oficial creyó que los húsares que volvían al galope y otros soldados de
infantería eran una carga turca, y ordenó otra de respuesta contra ellos. Y
desde otro lugar del campamento austríaco, los de artillería confundieron la
carga de caballería también con una de los turcos y se liaron a tiros y bombazos contra los jinetes
de su propio bando. Entonces, el desorden absoluto y la locura presidieron la
escena durante las horas siguientes.
El
17 de septiembre se produjo un gran movimiento ciudadano en Nueva-York. Isabel
Piker lo presenta así: “Las protestas contra Wall Street suben de tono en
Nueva York”: https://www.publico.es/internacional/protestas-wall-street-suben-tono.html
La convivencia en Wall
Street no ha sido fácil desde que el pasado 17 de septiembre el movimiento
decidiera asentar su protestas en el centro financiero. La masiva presencia
policial ha intentado desde el principio acordonar lo más posible las protestas
en una parte de la ciudad de calles angostas, especialmente densa de edificios.
La Policía ha intentado
confinar la protesta a una parte de la ciudad
Occupy Wall Street sigue
siendo marginal pero lo que empezó con la sentada de unas 500 personas, está
recabando cada vez más apoyos. El director de documentales, Michael Moore, la
actriz Susan Sarandon y el empresario de rap Russell Simmons han respaldado a
los 'indignados' y han ido a verles.
Algunos sindicatos, como el
de profesores y el de transportistas, también han mostrado su solidaridad. El
presidente de la mayor central sindical estadounidense AFL-CIO, Richard Trumka,
sin dar del todo su apoyo, declaró que Wall Street estaba 'fuera de control y,
a veces, el único recurso' que quedaba era 'salir a la calle y llamar la
atención sobre los problemas reales
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