El 17 de marzo de 2003 dimitió Robin Cook. El que fue su
asesor desde 1998 a 2002, David Mathieson lo describe muy bien: “¿Por qué ha
dimitido Cook?”: https://www.almendron.com/tribuna/por-que-ha-dimitido-cook/
Con la dimisión de Robin Cook, el Gobierno de Tony Blair
ha perdido una de las voces con más experiencia en el campo de las relaciones
exteriores. No sólo fue ministro de Asuntos Exteriores británico desde 1997
hasta 2002, sino que durante los cinco años anteriores había sido portavoz del
Partido Laborista para política exterior. Por consiguiente, Cook tiene casi una
década de experiencia en asuntos exteriores relacionados con la Unión Europea, la
OTAN, Naciones Unidas, el G-7 y los 50 países de la Commonwealth.
Resulta irónico que Cook haya dimitido a causa de la
cuestión de Irak. En su época como ministro de Exteriores fue criticado por la
dura postura que adoptó respecto al régimen de Sadam Husein, porque no tenía
dudas sobre las intenciones asesinas de Sadam. Sus guerras con Irán y Kuwait,
el ataque con gas contra los kurdos y los árabes de las marismas, las
ejecuciones masivas de chiíes y otros adversarios, dan fe de la maldad del
dictador. El presidente Aznar está muy mal informado cuando insinúa que los que
se oponen a la guerra son amigos de Sadam Husein. Robin Cook lleva años
trabajando para contener a Sadam, mientras que Aznar ha dicho poco o nada.
Cuando Cook era ministro de Exteriores denunció docenas de
veces la naturaleza maligna del Gobierno iraquí, especialmente después de la
expulsión de los inspectores de armas de la ONU en 1998. Fue uno de los
arquitectos de la Resolución de Naciones Unidas 1.284 que imponía sanciones y
permitía al Gobierno de Irak cambiar petróleo por alimentos y medicinas
Su oposición a las acciones militares en esta ocasión no
está basada en ilusiones acerca de la naturaleza de Sadam o su régimen, sino en
encontrar la mejor forma de eliminar la amenaza que éste representa sin causar
más sufrimiento al pueblo iraquí. Y también cree que la acción militar
desembocará en una mayor inestabilidad en la región y en el mundo.
Es muy dudoso que declarando la guerra a Irak se pueda
poner fin a los problemas actuales del terrorismo mundial, y en concreto el
terrorismo que procede de una minúscula minoría en el mundo árabe. Para poner
fin a la amenaza terrorista es esencial alcanzar un acuerdo justo en Oriente
Próximo. Estados Unidos ha empleado repetidamente su veto en el Consejo de
Seguridad de la ONU para bloquear cualquier condena a Israel. Pero la
injusticia que padece el pueblo palestino es como una herida abierta que tiene
que cicatrizar antes de que podamos seguir adelante. Hay que poner fin a la
absurda pérdida de vidas tanto israelíes como palestinas. Sólo una intervención
externa -en realidad una intervención que implique una participación real por
parte de la ONU y de EE UU- podrá romper el ciclo de violencia entre israelíes
y palestinos. A pesar de las vagas promesas del presidente Bush, esto parece
estar ahora igual de lejos que siempre.
No fue la única
dimisión en el contexto “El País así lo indica: “Dimite un tercer miembro
del Gabinete de Blair horas antes de la votación parlamentaria”: https://elpais.com/elpais/2003/03/18/actualidad/1047977038_850215.html
Después
de que Robin Cook, ministro para el Parlamento, presentara ayer su dimisión
como muestra de desacuerdo con la política del primer ministro británico, Tony
Blair, en la crisis de Irak, hoy han sido el subsecretario de Estado
parlamentario de Sanidad, Lord Hunt, y el secretario de Estado de Interior,
John Denham, los que han abandonado sus cargos.
Aunque
se trata de cargos de segundo rango, las dimisiones cobran gran importancia ya
que agravan la crisis abierta en el Gabinete británico debido a las
divergencias sobre la crisis de Irak.
Gracias a l@s 794 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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