jueves, 16 de diciembre de 2021

el 16 de diciembre

 

El 16 de diciembre de 2020 Laura Traveso publicó este artículo: “La deshumanización de las migraciones en los medios de comunicación”: https://elpais.com/planeta-futuro/2020-12-16/la-deshumanizacion-de-las-migraciones-en-los-medios-de-comunicacion.html

Debes pinchar. Para animarte, copio:

 

Las migraciones ocupan un espacio mediático cada vez más amplio, aunque este año el foco se haya dirigido hacia la actual crisis sanitaria. En los últimos meses se han publicado multitud de informaciones sobre migración, incrementando su atención cuando desde el Gobierno se propuso la regularización extraordinaria de personal sanitario extranjero, en el momento en el que la pandemia puso al descubierto las precarias e inhumanas condiciones laborales en las que se encontraban las personas migrantes que trabajan en el campo como temporeras, o con la inadmisible situación de vulneración de derechos que se está viviendo actualmente en Canarias, donde además la labor de los periodistas se ha visto censurada.

Este protagonismo mediático y, concretamente su tratamiento, tiene consecuencias en los procesos de inclusión de las personas migrantes, ya que los medios tienen la capacidad de fijar determinadas ideas e imágenes, generando así una repercusión directa en la percepción, recepción e interacción hacia esta población. Es imprescindible que, ante esta realidad social, los medios ejerzan la responsabilidad que les compete como agentes socializadores, preservando la dignidad de las personas, el humanismo intrínseco a las migraciones y el hecho de que migrar es un derecho, no un fenómeno.

 

El 16 de diciembre de 1989 inició el fin de Ceausescu. Wikipedia lo explica así: “Revolución rumana de 1989” https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_rumana_de_1989

 

Debes pinchar. Copio algunos párrafos:

16 de diciembre de 1989 estalló una protesta en Timişoara (occidente de Rumania) en respuesta al intento del gobierno socialista de desahucio en contra de László Tőkés, pastor luterano magiar,10 y su esposa, que a la sazón se encontraba embarazada. Por aquellos días, Tőkés había emitido ciertas críticas hacia el régimen de Ceaușescu en un medio internacional. En su discurso, el religioso acusaba al gobierno rumano de propiciar el odio racial. Tőkés fue destituido de su cargo eclesiástico por el obispo de su iglesia, a petición expresa del gobierno. Además, se lo privó del derecho a ocupar un piso al que tenía derecho en tanto fuera miembro de la congregación religiosa.11 Durante algunos días, los simpatizantes del religioso se concentraron en las inmediaciones de dicha vivienda, con el propósito de evitar el desalojo y desahucio de Tokés. Las personas que pasaban por las inmediaciones de los manifestantes, incluidos algunos estudiantes religiosos de la ciudad, ignoraban los detalles del asunto, pero los simpatizantes del pastor los convencieron para que se unieran a la protesta, con el argumento de que se hallaban frente a un nuevo intento del gobierno para restringir la libertad de culto en Rumania.1213

Dado que los manifestantes se negaban a dispersarse por su propia voluntad, el alcalde de Timișoara, Petre Moț, declaró sin efecto la orden de desalojo contra Tőkés. Mientras tanto, los impacientes manifestantes —sobre todo cuando el alcalde evitó confirmar la supuesta revocación del desahucio contra el pastor magiar— comenzaron a vocear consignas anticomunistas. Ello provocó la intervención de la policía local y de la Securitate. A las 19:30, la protesta había sido dispersada, pero también es cierto que para entonces el motivo original de la revuelta popular había quedado en segundo plano: algunos participantes de la manifestación intentaron prender fuego a la sede del Comité del Distrito del Partido Comunista Rumano (PCR) en Timişoara. La Securitate respondió con gas lacrimógeno y chorros de agua, mientras la policía de la ciudad golpeaba y arrestaba a varios de los amotinados. Alrededor de las nueve de la noche, el motín en el Comité del PCR se había dispersado, pero varios de los participantes se reagruparon en las inmediaciones de la Catedral Ortodoxa de Timișoara e iniciaron una marcha de protesta por las calles de la ciudad. Nuevamente, se enfrentaron a las fuerzas de la seguridad pública.12

Los disturbios en Timișoara continuaron al día siguiente (17 de diciembre). Los manifestantes tomaron la sede del Comité del Distrito del PCR, y posteriormente destruyeron documentos oficiales, propaganda política, textos escritos por Ceauşescu y otros símbolos del régimen socialista. Por segunda vez, la multitud intentó incendiar el edificio, pero en esta ocasión se enfrentaron con el ejército. La presencia de las fuerzas militares en las calles de la ciudad implicaba que habían recibido órdenes desde muy arriba, presumiblemente del presidente Ceaușescu.

Gracias a l@s  2263 que acudisteis a la cita de ayer

Gracias a Iris

 

 

 

 

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