El 23 de diciembre de 2000 “El País” publicó
este artículo: “Marcos dice que sigue la guerra sucia en Chiapas a pesar de Fox”: https://elpais.com/diario/2000/12/23/internacional/977526017_850215.html
Debes pinchar. Para
motivarte, copio:
El subcomandante Marcos, líder
de la guerrilla zapatista, denunció el jueves que, tres años después de la
matanza de 45 indígenas a manos de paramilitares en Acteal, se mantiene en
Chiapas, sureste de México, la guerra sucia que propició la tragedia.
BBC añade: “Masacre
en Acteal: 15 años sin justicia”: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/12/121222_acteal_ezln_chiapas_masacre_mexico_marcos_justicia_an
Debes
pinchar. Para animarte, copio:
La masacre ocurrió el 22 de diciembre de 1997. Quince
años después ninguno de los responsables ha sido castigado.
Acteal es una comunidad de la etnia Tzotzil que en esa
época estaba bajo asedio de grupos paramilitares que combatían a la guerrilla
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), según organizaciones de
derechos humanos.
El asesinato de esas 45 personas es uno de los
episodios más crueles de la historia reciente del país y representa otro
capítulo de su crisis de justicia, le dice a BBC Mundo Edgar Cortés, del
Instituto de Derechos Humanos y Democracia.
Gilberto López y Rivas añade: “Contrainsurgencia y paramilitarismo en
Chiapas en el gobierno de Vicente Fox”: https://chiapas.iiec.unam.mx/No15/ch15lopez.html
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Desde los prolegómenos de la firma
del TLC se da un cambio de relación en materia de seguridad entre México y
Estados Unidos, que daría pie a la aplicación sistemática de tácticas y
estrategias del conflicto de baja intensidad o guerra de desgaste, para cuando
el levantamiento zapatista estalla en 1994.
En todo caso, estas diferencias
entre guerra de baja intensidad y de desgaste son más terminológicas que
conceptuales, aunque es necesario debatir más a fondo para caracterizaciones
más precisas de los procesos que están teniendo lugar en Chiapas. Un esfuerzo
de reflexión nos haría ver la guerra de baja intensidad o de desgaste como una
alternativa a la guerra convencional de carácter contrainsurgente o
contrarrevolucionario. En este tipo de conflicto se privilegia la utilización
de tropas "locales" irregulares, como ocurrió con la Contra en
Nicaragua y como está ocurriendo actualmente en la región chiapaneca. Así, la
guerra en el sureste mexicano consiste en la utilización de todos los medios,
legales e ilegales, para derrotar a un enemigo interno: el EZLN; en el
emplazamiento estratégico de soldados en un teatro de operaciones saturado, en
donde las fuerzas represoras ponen mayor énfasis en la tropa local que en una
"foránea". De ahí la importancia de adiestrar paramilitares que no
actúan con el esquema de mercenarios traídos de otros puntos geográficos,
nacionales o extranjeros.
“El Salto cuenta un hecho escandaloso: “Coca-Cola
seca los pozos de Chiapas a cambio de 150 dólares anuales”: https://www.elsaltodiario.com/mexico/mexico-chiapas-acuiferos
Debes
pinchar. Para animarte, copio:
En mayo, la ONU denunció la situación de falta de
acceso al agua de los hogares pobres y las comunidades indígenas de Chiapas.
Una planta de Coca Cola absorbe millones de litros diarios a cambio de una
compensación mínima establecida en los años 90.
Si Paz añade: “ENFOQUE: Minería en Chiapas – Nueva amenaza para la
supervivencia de los pueblos indígenas”: https://www.sipaz.org/enfoque-mineria-en-chiapas-nueva-amenaza-para-la-supervivencia-de-los-pueblos-indigenas/
Debes pinchar. Para animarte,
copio:
Hasta hace relativamente poco, el estado
de Chiapas, que es considerado como uno de los más ricos del país en recursos
naturales (en 2001, produjo un 47% del gas natural y un 21% del petróleo a
nivel nacional(1)), parecía haber sido olvidado por la industria minera. Sin embargo, a
partir de los ’90, el gobierno federal empezó a otorgar concesiones mineras
para su exploración y explotación a corporaciones transnacionales, la mayoría
de ellas de capital canadiense.(2)
En lo inmediato, estas concesiones se
sitúan en la Sierra Madre del Sur, sierra que abarca el sur de México y se
extiende hasta Honduras y el norte de Nicaragua, regiones en las que las mismas
empresas han venido trabajando
Uno de los detonantes del aumento del número de
concesiones mineras fue la reforma constitucional de 1993, que se llevó a cabo
para implementar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de 1994
(TLCAN, entre EEUU, Canadá y México).
Tradicionalmente, la propiedad de la tierra no
incluía en México (al igual que en el resto del continente) la propiedad sobre
los recursos del subsuelo, reservada al Estado. Sin embargo, no existía
legislación que regulara de forma precisa los conflictos que pudieran aparecer
entre ambas esferas de propiedad, entre los pobladores y agricultores de las
tierras y las empresas interesadas en la explotación del subsuelo. La reforma minera en los años 90 dio clara prioridad a los
intereses de las empresas mineras, al conceder al concesionario de las tierras
el derecho a «Obtener la expropiación, ocupación temporal o constitución
de servidumbre de los terrenos indispensables para llevar a cabo las obras y
trabajos de exploración, explotación y beneficio»(4). Además, las nuevas leyes les
otorgan el derecho a usar el agua y a tirar «terreros, jales, escorias y
graseros» resultantes de la explotación.
Gracias a l@s 1537 que acudisteis a la cita de ayer
Gracias a Iris
Gracias a ti
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