Borboneando
Albert
Rivera anunció su intención de solicitar la intervención de Felipe VI para
logar la abstención del PSOE en la votación de investidura de Rajoy y Margallo
se apresuró a responder: “La Constitución prohíbe que el rey borbonee”. Si bien
es cierto que el jefe de un Estado de Derecho tiene que ser exquisitamente
neutral en la formación del nuevo gobierno, la Constitución no usa el término evocado
por el ministro de Exteriores en funciones y éste no da puntada sin hilo. Lo sabemos.
He tirado de
hemeroteca para encontrar referencias de un término que no ha sido recogido por
los cánones. En el artículo “Bobonear y reinar”, publicado por La Razón, escribe Fernando Rayón:
“Aunque la Real Academia Española no admite el verbo borbonear, todo el mundo
sabe lo que significa”. Rayón alude a
Alfonso XIII y define así el palabro: “ventajismo, falta de visión de
largo plazo, de regate en corto e incluso de manipulación de voluntades [….]! También
se hace mención al rey Juan Carlos: “Pero si el borboneo ha existido en la
reciente historia de nuestro país ha sido por una razón obvia: la concentración
de poder en unas únicas manos”
El “borboneo” se habría acabado con la Constitución
invocada por el ministro en funciones. No es así para José Luis Heras, quien
afirma en el artículo “En torno a las causas de la abdicación. El borboneo del
rey Juan Carlos”, publicado en EL MUNDO
FINANCIERO.com, el 21 de octubre
de 2014: “El vocablo borboneo sonó
esta mañana” El contexto que describe José Luis Heras: el desayuno organizado
por Nueva Economía Fórum en el hotel Ritz de Madrid. En la agenda del mismo se
encontraba la presentación por la entonces vicepresidenta del gobierno del
entonces presidente de la CCAA de Madrid, Ignacio González. Mientras el último
intervenía: “Entre las rarezas del ambiente, en una de las mesas de la Prensa
apareció la palabra”.Se comentaba la convocatoria de Rajoy para hacer una
declaración institucional: “Se barajaron los motivos que Rajoy podía tener para
hacer la llamada (cambio de gobierno, convocatoria de elecciones anticipadas,
metida en cintura de los desmanes de Mas…) y alguien pronunció la palabra
Borboneo”. El anuncio era la abdicación de Juan Carlos. El artículo no indica
que la iniciativa hubiera surgido del monarca y usa como argumentos al apoyo la
tardanza del mismo para explicar su decisión y las ausencias de España del
príncipe de Asturias y de la reina consorte. Proclama, sin embargo: “El
gobierno y el PP trataban, como en el desayuno del Ritz, de justificar sus
acciones de gobierno para congraciarse con los votantes desafectos. El PSOE,
primer partido de la oposición y pilar de la estabilidad estaba metido en una
crisis profunda”. El artículo tiene miga y aconsejo la lectura Pincha si quieres leer
No es que
piense que el rey emérito no haya “borboneado”, lo reconoce una de sus
“plumas”, Pilar Urbano. Tampoco pienso que los ejemplos mencionados agoten la
hemeroteca del borboneo, pero me parece que los datos ya aportados dan
suficientes pistas sobre lo que el gobierno en funciones entiende por boboneo,
me he limitado a los medios más conservadores. Me preocupa que el ministro de
Exteriores en funciones haya sacado el término a colación en la que nos toca
vivir. ¿No apesta ya a borboneo la actualidad política española? No solamente
la española; Isabel II de Inglaterra no
oculta su parcialidad en el referéndum del Brexit. ¿A qué viene el añadido innecesario
de una de las voces más “ilustradas” del gobierno en funciones?
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