¿Por qué soy afilador?
Llámame
Marco. No es mi nombre. Sé dónde y cómo está mi madre y ésta nunca me ha
abandonado. Se busca la vida. Me gustaría que lo tuviera más fácil, pero bueno,
siempre me echa una mano.
Sueño
con aquél niño feliz que imagino. Nací en una carreta. Costumbres de gitanos.
En los bloques en los que nos han metido somos asilados y así nos lo hacen
sentir. Me dolió de niño.
Aún
ahora tengo la nostalgia de un sueño que no consigo dar forma. Se mezcla con
cohetes, priva y de lo “otro”. El trapicheo me da muy justo.
Me
gusta escribir. Viki, la que intentó ocuparse de mi docencia, me ayudó a
apañarme y me anima cada vez que nos encontramos.
Lleva
nuestra cruz sobre sus espaldas. ¿Qué puede hacer contra un programa que
margina a los marginados?
Viki
es paya, pero también sueña con carretas.
–¿Por
qué no te haces afilador? –pregunta.
Rompe
mi silencio.
–Te
compro las herramientas y abro la lista de una clientela que te prometo
completar pronto, será un buen comienzo.
–Yo
quiero escribir la historia que empecé contigo. –Me ha parecido que alguien me
daba voz.
–Serás
el afilador…
Llámame
Marco. Te contaré mi viaje.
Puedes
seguir leyendo este primer borrador: https://docs.google.com/document/d/1TZBBGUkf__slvXqOkGRN_6FFtaI6wNnfISwIuKvm0L0/edit
En las primeras páginas
te indico cómo empezó la escritura. En este blog tienes vivencias similares.
Son escaleras que pongo en mis metas.
Pues hoy me pongo una
más; ofrecerte un capítulo diario de la corrección de Caminito II.
¿Por qué?
Porque pienso que ha
llegado el momento de organizarnos y para ello empiezo por hacerlo yo. También
sufro del trauma del “discontinuo e inacabado” o del mito del eterno retorno;
he encontrado una excelente explicación: https://antroporecursos.files.wordpress.com/2009/03/eliade-m-1949-el-mito-del-eterno-retorno.pdf
, pero demasiado densa para tiempos tan “agitados”. Lo resumo: es el miedo a
romper con los arquetipos; lo que hemos dejado entrar en los mismos, que hace
que los hechos se repitan, como si tuviera que ser así.
La historia tiende a
confirmarlo, y también lo hace la “Academia”. Me quedo con la explicación de
Marx:
La tradición de todas las
generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y
cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar
las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria
es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del
pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para,
con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la
nueva escena de la historia universal. Así, Lutero se disfrazó de apóstol
Pablo, la revolución de 1789-1814 se vistió alternativamente con el ropaje de
la República Romana y del Imperio Romano, y la revolución de 1848 no supo hacer
nada mejor que parodiar aquí al 1789 y allá la tradición revolucionaria de 1793
[…}:
Y respondo
al mismo que ocurre así en la Revolución Francesa que han dejado pasar las
estereotipias, otra cosa sería, como Marx mismo reconoce, si hubiera pasado LA Conjura DE LOS IGUALES: https://www.amazon.com/Conjura-los-Iguales-Spanish-ebook/dp/B078FR7P9Z/ref=asap_bc?ie=UTF8
O si estos estereotipos hubieran recogido la voz de Espartaco
y su grupo, por ejemplo.
Esta es la
cadena que deja mi trabajo inacabado. Su voz es más fuerte que la del niño que
llevo dentro.
Pues he
decidido que no va a ser así, empezaré por acabar mi obra inacabada.
Espero que
tú te animes a hacerlo, pero antes tengo que limpiarme de mi inacabado.¡ Ojala
haya debate!
No estamos solos tenemos a Iris que nos hace estas maravillosas portadas y ........
Gracias a
l@s 512 que asististeis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com.es/
Gracias a
Iris
Gracias a ti
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