domingo, 2 de junio de 2019

Borrador capíttulo 12


La última cena
Mi médico me ha aconsejado mucho descanso; una buena ocasión para justificar el cese de mi presidencia de las cenas familiares. Mi sobrino, como ya he indicado, me representa muy bien
.Anoche acudí para explicar la razón de mi futura ausencia y para trasferir, formalmente, el papel de anfitrión al heredero.
Ya he hecho lo que podía hacer. Ahora tengo que cuidarme.
—¿Puedo hacer una pregunta sobre tu relato.
Es Julia  Respondo afirmativamente, por supuesto. Ella dispara su pregunta:
—Iniciaste la marca Urquijo en tiempos muy turbulentos para la política española. ¿Tuvo algo que ver Espartero en tu decisión?
—¡Julia!
No es un grito para evitar alterarme. Hay unanimidad en el reproche.
—Digamos  que la torpeza insistente de la regenta en aprobar una ley que ninguneaba el poder municipal no era de mi agrado y que tampoco lo era el conservadurismo corrupto al que nos estaba llevando ella y su marido morganático. La regencia y educación de la princesa de Asturias y de la infanta estaría mejor en otras manos…
—El tío abrió la marca cuando logró suficiente capital y clientela para hacerlo.
Intenta cortar mi sucesor. Yo confirmo:
—Los libros contables te darán fe de que la empresa se mantuvo en buen estado y que aumentó su capital con la crisis económica en la que nacimos.
A Julia le sienta mal. Lo lamento y mi intención es reconfortar cuando explico:
—No hay que olvidar el Pacto de Ayala; yo no vine a Madrid por la “gracia de Dios”; lo hice por una cadena humana generada por la convicción de que la sociedad funcionaría si cada miembro de la misma tuviera la posibilidad de encontrar el puesto que ocupará. Hay un grupo vasconavarro  y defensor de los fueros que ha alcanzado poder y capital, ya patente en el siglo XVII, que se hizo más fuerte con el apoyo al primer Borbón, Felipe V. En el XIX esa influencia se refuerza, especialmente con originarios del valle de Ayala. Un buen ejemplo es el tío Antonio Landluce, quien heredó una gran fortuna de sus antiguos patrones y la utilizó para traerse  a tres sobrinos a Madrid, para invertir en bolsa y para crear una pequeña sociedad con Erice.
—Necesitaban  los recursos humanos que les ofrecía, en tu persona, el párroco de Llodio. Tu mérito es el haber captado la confianza de los capitales vasco navarros y el de conseguir que Daniel Weisweiller  captara tu potencial…
He tenido que esforzarme para lograr que dejaran continuar a Julia. Lo he conseguido un buen rato, pero Cecilia ha cortado a su prima:
—Vale, la marca Urquijo se abrió cuando en España se producía la conocida como “Revolución de los 40”, que marcó el fin de la regencia de María Cristina de Borbón Dos Sicilias , el exilio de la misma y el principio de las intrigas que ésta dirigía desde Paris. Se movía mucho dinero…
—…pero, la apertura de la casa Urquijo se hizo en el momento en que la Bolsa española tuvo que responder a la crisis política y económica, con reformas que hacían de ella algo más que un instrumento de venta de deuda pública, que es lo que estaba haciendo hasta entonces.
Mi repuesta parece dar que pensar a Julia.

Gracias a l@s 441 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti


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