miércoles, 2 de junio de 2021

Nuestra cita cotidiana

 

El 3 de junio de 1777 se firmó el Tratado de Aranjuez. EcuRed lo presenta muy bien: “Tratado de Aranjuez”: https://www.ecured.cu/Tratado_de_Aranjuez

Unos párrafos; debes pinchar:

Desde el Tratado de Nimega de 1678, la parte occidental de la isla pasó a llamarse Saint Domingue. Su organización formal, no obstante, comienza a principios del siglo XVIII, cuando su territorio se dividió en los departamentos NorteSur y Oeste, dirigidos cada uno por un gobernador y un intendente general nombrado por el Rey de Francia. En estas tierras los franceses desarrollaron un intensivo sistema de plantaciones que permitía producir a gran escala cafécacaoalgodóníndigo o añil y azúcar, y que convirtió en su momento a esta colonia francesa en la más rica del mundo.

El sostén de esa próspera economía era la mano de obra esclava africana, la cual era reclutada, de entre otros grupos étnicos, de congosaradasmondongosnagosiboscaplaous y fangs. Eran sometidos a un régimen de trabajo cruel que acortaba su vida útil a un promedio de siete años. Al momento de su separación de Francia, la burguesía esclavista colonial y los pequeños propietarios blancos constituían el 6 % de la población de Saint Domingue, los mulatos libres conformaban un 7 % y los negros esclavos un 87 % (alrededor de 610,200)

La ocupación de la parte occidental de la isla de Santo Domingo fue un proceso lento de penetración alentado por Francia desde finales del siglo XVII a través de bucaneros y filibusteros que luchaban contra una España en decadencia que se vio obligada a reconocer jurídicamente, mediante la firma del Tratado de Ryswick, el asentamiento de Francia en la parte Oeste de Santo Domingo.

La ascensión al trono español en 1701 de Felipe V, nieto del monarca francés Luis XIV, trajo como consecuencia que, al estar ligado al trono de Francia, sirviera de forma indirecta a los intereses franceses en América.

La presencia de un monarca francés en el trono de España se tradujo en Santo Domingo en una política de tolerancia hacia los vecinos franceses que desde 1697 argumentaban que los territorios les pertenecían legalmente ya que el Tratado de Ryswick les había garantizado el status de estas posesiones.

Los franceses tras la ocupación del territorio occidental de la isla extendieron los límites a su antojo, provocando toda clase de conflictos entre las autoridades de las dos colonias en Santo Domingo, situación que se prolongó durante largo tiempo hasta culminar en la imperiosa necesidad del establecimiento de límites territoriales.
Sin embargo los monarcas franceses y españoles no aceptaron algunos puntos por considerar que no estaban diáfanos, por lo que todo quedo como estaba.

 

 

En 1773 el Capitán General de la parte española de la isla, José Solano, y el gobernador de la parte francesa, marqués de Valiere, firmaron un acuerdo provisional en el que se definían los límites entre los territorios de ambos países en la isla.
El tratado fue firmado el 
3 de junio de 1777 en la localidad madrileña de Aranjuez por el conde de Floridablanca, en nombre de Carlos III de España, y el marqués de Ossun, en representación de Luis XVI de Francia.
En él se relacionaron minuciosamente los límites entre los territorios de ambos países, basados en los acuerdos de 
1773 y 1776, y apoyados por un mapa topográfico levantado a tal efecto.

 

El 3 de junio de 1959 el presidente Ponce decretó la Ley Marcial. Natalia Catalina León G lo cuenta muy bien: “Solo la sangra salva: represión cruenta y memoria política en Guayaquil bajo el mandato de Camilo Ponce (1959): https://www.redalyc.org/jatsRepo/1271/127155842016/html/index.html

 

El artículo es excelente. Copio un par de párrafos por si las prisas:

 

 El presidente Ponce dictó el 3 de junio de 1959 el decreto N.° 859 que ponía en vigencia la Ley Marcial, mediante la cual entregaba al ejército el cuidado del orden en el país. La represión se llevaría a cabo de manera cruenta, bajo la orden de “tirar a matar”, dejando un número indeterminado de muertos, estimado en varios centenares. Estos eventos políticos son desconocidos por las generaciones actuales de ecuatorianos. Dichos muertos han sido olvidados, a diferencia de lo que sucede con la memoria de los caídos del 15 de noviembre de 1922. ¿Cómo fue posible el silencio impuesto sobre eventos de tal gravedad y envergadura?

El argumento desarrollado aquí postula que la negación de la memoria de los acontecimientos luctuosos de inicios de junio de 1959 estuvo asociada a la supremacía de unas pautas culturales conservadoras, sustentadas -como sugiere Fernando Hidalgo- en la idea de la desigualdad como fundamento del orden social,4 y del progreso y del desarrollo como prioridades de la nación. Desde dicha perspectiva, resultaba necesario prevenir, al costo que fuera -incluso con derramamiento de sangre- el desborde de la protesta,5 pues los sectores populares e indígenas eran vistos como incultos e irracionales, es decir, como potencial caldo de cultivo para el desorden. Esto supuestamente los convertía en presa fácil de lo que se denominaba “la agitación socialista y comunista”. El miedo y el desprecio racista hacia los sectores populares tuvieron en esa época connotaciones del macartismo y de la Guerra Fría.

 

Gracias a l@s 926 que acudisteis a la cita de ayer

Gracias a Iris

Gracias a ti

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