El 26 de junio de 1987, Jesús Gil alcanzó la presidencia del
Atlético de Madrid. Biografías y Vidas presenta muy bien la historia de este
personaje: “Jesús Gil y Gil”: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gil_jesus.htm
Tras
acumular un notable capital con la compraventa de automóviles y de solares, se
dijo a sí mismo que el negocio-negocio estaba en la construcción. Su primera
gran obra fue el complejo de 1.200 hectáreas en Los Ángeles de San Rafael, que
le reportó pingües beneficios, pero que le acarreó también su primera gran
desgracia: el 15 de junio de 1969 se derrumbó el techo del comedor donde se
celebraba una convención, con un balance de sesenta y ocho muertos. Dos años
después fue condenado a cinco de cárcel, pero al año siguiente fue indultado
por Francisco Franco gracias a la intervención del
almirante Luis Carrero Blanco.
De 1972 a 1977, en el anonimato y partiendo de cero porque tuvo
que pagar 400 millones de pesetas a los familiares de las víctimas, fue
ampliando su negocio, cuyo buque insignia sería la inmobiliaria de Marbella,
ciudad donde a la postre crearía un microrreino de taifas que le reportó una
gran popularidad y cuyo embrión había sembrado el 26 de junio de 1987, cuando
fue elegido presidente del Atlético de Madrid.
A partir de entonces Gil vivió siempre al borde de la ley y se
convirtió en un asiduo de los juzgados (llegó a tener ochenta casos abiertos),
al tiempo que sus negocios familiares, fundados en un entramado de unas
cincuenta sociedades repartidas por toda España y dirigidas desde el Club Financiero
Inmobiliario con sedes en Marbella y Madrid, crecían desmesuradamente.
En 1991, año en que su Atleti ganó el primer título de la era Gil (la
Copa del Rey, que revalidaría en 1992, en ambas ocasiones con Aragonés de nuevo
en el banquillo), inició su aventura política con la fundación del Grupo
Independiente Liberal (GIL), con el que aplastó en las elecciones municipales
de Marbella, de cuyo ayuntamiento tomó posesión el 15 de junio. Aunque él no se
recató en anunciar que se presentaba para vender más pisos, su mensaje («Voy a
resucitar Marbella») caló entre la población, contagiada por el entusiasmo de
la jet set más rancia de la ciudad malagueña.
Nada más estrenar alcaldía, se desató ya el primer caso, el de
las «camisetas», por el desvío de 450 millones de pesetas del ayuntamiento al
Atlético de Madrid por insertar publicidad de Marbella en las camisetas. Por
este escándalo ingresaría en prisión el 7 de enero de 1997 (sólo estuvo tres
días a causa de una arritmia), y el 10 de octubre de 2000 sería condenado a
veintiocho años de inhabilitación y seis meses de arresto.
Casi simultáneamente saltó otro caso, relativo al presunto
desvío de 26,7 millones de euros del ayuntamiento a empresas privadas, entre
1991 y 1995. Por este caso, el 16 de abril de 2002 Gil ingresaría por tercera
vez en prisión, que abandonó seis días después tras depositar los avales de una
fianza de 700.000 euros.
El 26 de junio de 2002 ocurrió la masacre de Avellaneda. El
Obrero Internacional lo cuenta muy bien: “Qué fue la Masacre de Avellaneda”: https://revistaedm.com/el-obrero-internacional/el-obrero-internacional-n-5/que-fue-la-masacre-de-avellaneda/
El 26 de junio de 2002, casi seis meses después de la rebelión popular del
19 y 20 de diciembre de 2001 en la Argentina que obligara, en cuestión de
horas, a la renuncia del gobierno de Femando de la Rúa, un sector de
organizaciones piqueteras (encabezadas por el Polo Obrero) realizaron una
protesta junto a otros sectores sociales (asambleas barriales, sectores medios
de “ahorristas”, estudiantes, fábricas autogestionadas) contra la política de
hambre del entonces presidente peronista Eduardo Duhalde, quien cumpliera la
“transición” entro el derrocado De la Rúa y el actual presidente Kirchner.
La protesta fue parte de una resolución votada cuatro días antes por una
Asamblea Nacional de Trabajadores (que agrupaba a gran parte de esos sectores)
y consistió en el corte de los doce puentes y accesos a la Ciudad de Buenos
Aires (entre los que se encuentra el Puente Pueyrredón de la Ciudad de Avellaneda)
como medida de protesta. Los días previos a la medida de lucha, el entonces
gobierno nacional de Duhalde había advertido públicamente que no permitiría los
cortes “a costa de lo que sea”.
La Ciudad de Avellaneda permaneció sitiada durante más de cuatro horas y el
saldo del operativo represivo fue de dos jóvenes desocupadas asesinados
(Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, militantes del Movimiento: de
Trabajadores Desocupados), más centenares de heridos con balas de plomo en
distintos sitios de la Ciudad,
Horas posteriores a los hechos, el presidente Duhalde y el gobernador de la
provincia de Buenos Aires, Felipe Sola (que ejerce el mismo cargo en la
actualidad) felicitaron públicamente a las fuerzas policiales e informaron que
los asesinatos fueron obra de un “enfrentamiento entre piqueteros”. Mientras,
centenares de miles de manifestantes, el mismo día de los hechos, se
movilizaron a la histórica Plaza de Mayo para repudiar la represión y exigir la
renuncia de Duhalde.
Gracias a l@s 927 que acudisteis a la cita de a ayer
Gracias a Iris
Gracias a ti
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