sábado, 26 de junio de 2021

Nuestra cita cotidiana

 

El 26 de junio de 1987, Jesús Gil alcanzó la presidencia del Atlético de Madrid. Biografías y Vidas presenta muy bien la historia de este personaje: “Jesús Gil y Gil”: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gil_jesus.htm

 

Tras acumular un notable capital con la compraventa de automóviles y de solares, se dijo a sí mismo que el negocio-negocio estaba en la construcción. Su primera gran obra fue el complejo de 1.200 hectáreas en Los Ángeles de San Rafael, que le reportó pingües beneficios, pero que le acarreó también su primera gran desgracia: el 15 de junio de 1969 se derrumbó el techo del comedor donde se celebraba una convención, con un balance de sesenta y ocho muertos. Dos años después fue condenado a cinco de cárcel, pero al año siguiente fue indultado por Francisco Franco gracias a la intervención del almirante Luis Carrero Blanco.

De 1972 a 1977, en el anonimato y partiendo de cero porque tuvo que pagar 400 millones de pesetas a los familiares de las víctimas, fue ampliando su negocio, cuyo buque insignia sería la inmobiliaria de Marbella, ciudad donde a la postre crearía un microrreino de taifas que le reportó una gran popularidad y cuyo embrión había sembrado el 26 de junio de 1987, cuando fue elegido presidente del Atlético de Madrid.

A partir de entonces Gil vivió siempre al borde de la ley y se convirtió en un asiduo de los juzgados (llegó a tener ochenta casos abiertos), al tiempo que sus negocios familiares, fundados en un entramado de unas cincuenta sociedades repartidas por toda España y dirigidas desde el Club Financiero Inmobiliario con sedes en Marbella y Madrid, crecían desmesuradamente.

En 1991, año en que su Atleti ganó el primer título de la era Gil (la Copa del Rey, que revalidaría en 1992, en ambas ocasiones con Aragonés de nuevo en el banquillo), inició su aventura política con la fundación del Grupo Independiente Liberal (GIL), con el que aplastó en las elecciones municipales de Marbella, de cuyo ayuntamiento tomó posesión el 15 de junio. Aunque él no se recató en anunciar que se presentaba para vender más pisos, su mensaje («Voy a resucitar Marbella») caló entre la población, contagiada por el entusiasmo de la jet set más rancia de la ciudad malagueña.

Nada más estrenar alcaldía, se desató ya el primer caso, el de las «camisetas», por el desvío de 450 millones de pesetas del ayuntamiento al Atlético de Madrid por insertar publicidad de Marbella en las camisetas. Por este escándalo ingresaría en prisión el 7 de enero de 1997 (sólo estuvo tres días a causa de una arritmia), y el 10 de octubre de 2000 sería condenado a veintiocho años de inhabilitación y seis meses de arresto.

Casi simultáneamente saltó otro caso, relativo al presunto desvío de 26,7 millones de euros del ayuntamiento a empresas privadas, entre 1991 y 1995. Por este caso, el 16 de abril de 2002 Gil ingresaría por tercera vez en prisión, que abandonó seis días después tras depositar los avales de una fianza de 700.000 euros.

 

El 26 de junio de 2002 ocurrió la masacre de Avellaneda. El Obrero Internacional lo cuenta muy bien: “Qué fue la Masacre de Avellaneda”: https://revistaedm.com/el-obrero-internacional/el-obrero-internacional-n-5/que-fue-la-masacre-de-avellaneda/

El 26 de junio de 2002, casi seis meses después de la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001 en la Argentina que obligara, en cuestión de horas, a la renuncia del gobierno de Femando de la Rúa, un sector de organizaciones piqueteras (encabezadas por el Polo Obrero) realizaron una protesta junto a otros sectores sociales (asambleas barriales, sectores medios de “ahorristas”, estudiantes, fábricas autogestionadas) contra la política de hambre del entonces presidente peronista Eduardo Duhalde, quien cumpliera la “transición” entro el derrocado De la Rúa y el actual presidente Kirchner.


 


La protesta fue parte de una resolución votada cuatro días antes por una Asamblea Nacional de Trabajadores (que agrupaba a gran parte de esos sectores) y consistió en el corte de los doce puentes y accesos a la Ciudad de Buenos Aires (entre los que se encuentra el Puente Pueyrredón de la Ciudad de Avellaneda) como medida de protesta. Los días previos a la medida de lucha, el entonces gobierno nacional de Duhalde había advertido públicamente que no permitiría los cortes “a costa de lo que sea”.


 

La Ciudad de Avellaneda permaneció sitiada durante más de cuatro horas y el saldo del operativo represivo fue de dos jóvenes desocupadas asesinados (Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, militantes del Movimiento: de Trabajadores Desocupados), más centenares de heridos con balas de plomo en distintos sitios de la Ciudad,


Horas posteriores a los hechos, el presidente Duhalde y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Sola (que ejerce el mismo cargo en la actualidad) felicitaron públicamente a las fuerzas policiales e informaron que los asesinatos fueron obra de un “enfrentamiento entre piqueteros”. Mientras, centenares de miles de manifestantes, el mismo día de los hechos, se movilizaron a la histórica Plaza de Mayo para repudiar la represión y exigir la renuncia de Duhalde.

Gracias a l@s 927 que acudisteis a la cita de a ayer

 

Gracias  a Iris

Gracias a ti

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