viernes, 19 de julio de 2019

Nuestra cita cotidiana


Ayer estuve hablando un buen rato con uno de los que viven en la calle. Ejerce la mendicidad e inicié la conversación con la expresión de mi deseo de darle “buena mano” con la moneda que le entregaba.
—¡Gracias, amigo!. Ya tengo bastante para continuar mi ruta mañana.
Fue la respuesta que me invitaba a intercambiar opiniones;  él me indicó que seguía pidiendo para ocupar el tiempo que le quedaba hasta poder dormir en la estación de autobuses.
“tengo algo que leer”, aclaró. Vi que tenía un ejemplar de “El Comercio”.
Resumo:
No es un peregrino que se dirige a Santiago de Compostela, es de Burgos y camina por toda España en busca del calor en invierno y del fresco en verano. Duerme en la calle y tiene escasos gastos para sobrevivir.
No se mete en el Camino de Santiago porque se niega a buscarse excusas para sus viajes y porque no se puso en viaje para tomar rutas trazadas.
Esa es su respuesta a lo que dicen que  hay desde que nos metieron en el euro.
Sabe explicarlo muy bien, aunque, no se cansa de repetir que no ha cursado más allá de los estudios obligatorios. “Porque aún no sabía cómo escapar”, aclara. Desde muy joven comprendió que la enseñanza no está concebida para que aprendamos a vivir; “solamente les interesa que sepamos hacer lo que necesitan”.
Tenía que traer las compras; me quedé con ganas de continuar hablando, pero  sabía que los planteamientos que abre este hombre requieren más tiempo del que él está dispuesto a quedarse en Villaviciosa.


Gracias a l@s 379 que acudisteis a  la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti


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