miércoles, 24 de julio de 2019

Nuestra cita cotidiana


Hoy me tocaba urólogo. Disculpa el retraso.
El único objetivo del viaje era entregar los resultados de la última analítica. Dados los buenos resultados de la misma, se impone nueva prueba de resonancia; puesto  que los síntomas tienden a indicar que el tratamiento está dando los resultados deseados.
Ahora me toca pedir cita para la prueba de resonancia; una vez que tenga los resultados me tocará volver a tomar cita con el urólogo.
Vayamos a la práctica: para cada una de estas gestiones tengo que desplazarme desde Villaviciosa a Oviedo: 34 km por trayecto.
8 en total, teniendo en cuenta idas y regresos y que hay que esperar unos días para obtener los resultados de la resonancia.
Son gastos, polución, tiempo robado, inquietud…
Hay programas informáticos que permitirían que el especialista tuviera un seguimiento del tratamiento que practica con su paciente.
Así no necesitaría sino dos desplazamientos: para someterme a la resonancia y para una visita al urólogo.
Por esta falta de razón ha sido retrasada nuestra cita, he contribuido a una “ola de calor”que  ya se considera incontrolada…
Es como lo de las palomas. No estamos en condiciones de acallar el estruendo que nos impone “lo que hay”. ¡Tendré que hacer los ocho trayectos¡
No Sería así si nos unimos en un susurro.
Gracias a l@s 427 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti

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