El 7 de mayo de 2002 el presidente Bush anunció a ONU que no
entregaría el documento de adhesión a la Corte Internacional Penal que había
firmado su predecesor Bill Clinton. Enric González lo presenta así en su
artículo publicado en “El País” al día siguiente: “EE UU retira definitivamente
su firma de la Corte Penal Internacional”: https://elpais.com/diario/2002/05/08/internacional/1020808814_850215.html
El primer párrafo debería animarte a pinchar:
George W. Bush
no quiere saber nada de la Corte Penal Internacional (CPI), un tribunal que
juzgará los crímenes de genocidio, contra la humanidad, de guerra y de
agresión. El Gobierno de Estados Unidos ha comunicado formalmente al secretario
general de la ONU, Kofi Annan, depositario del tratado fundacional de la CPI,
que no enviará el texto firmado por Bill Clinton al Congreso y evitará su
ratificación.
Pues
la cosa va de mal en peor. Así lo explica la web de ONU: “Relatores de la ONU
piden a Estados Unidos que cese las amenazas”:
https://news.un.org/es/story/2019/03/1453311
Dos relatores de la ONU*
aseguran que no se debe permitir que las advertencias del Secretario de Estado
y el Asesor de Seguridad Nacional contra la Corte Penal Internacional
obstaculicen la capacidad de este tribunal para cumplir su mandato.
"Estamos particularmente preocupados
a la luz de los informes recientes de altos funcionarios de Corte que renuncian a
sus cargos como consecuencia de estas amenazas", dijeron.
En un discurso el 10 de septiembre
de 2018, John Bolton advirtió que los jueces, los fiscales y el personal de la
Corte, con sede en La Haya, se enfrentarían a una serie de medidas si
continuaban investigando los presuntos crímenes de guerra cometidos por los
Estados Unidos, Israel u otros aliados de los Estados Unidos.
Declaró que esas acciones
incluirían "todos los medios necesarios", como la
prohibición de que los jueces y fiscales de la Corte ingresen a los Estados
Unidos; congelar sus activos financieros en ese país e incluso llegar a
procesarlos penalmente. Añadió que se tomarían las mismas medidas contra las
empresas o los Estados que colaboren en cualquier investigación de este
tribunal sobre ciudadanos estadounidenses.
En marzo de 2019, el Secretario de
Estado, Mike Pompeo, aseguró que Estados Unidos revocará o denegará visados a
los miembros de la Corte que participen en investigaciones contra las tropas de
Estados Unidos en Afganistán o cualquier otra parte del
mundo y amenazó con sanciones económicas.
Javier Biosca Azcoiti y Cristina
Armunia Berges, en su artículo publicado por “el diario.es”el 18 de noviembre
de 2016 lamentan:”Agoniza el tribunal que nació paracastigar los crímenes
contra la humanidad”: https://www.eldiario.es/internacional/agonia-tribunal-acabar-crimenes-humanidad_0_581642075.html
Unos
párrafos:
El sueño contra la
impunidad muere poco a poco en el momento que más se le necesita, por las
masacres de civiles en Siria, Yemen y la República Democrática del Congo. El Tribunal Penal Internacional (TPI) nació en 2002 como el primer tribunal penal internacional
permanente y nunca en su historia tuvo más sentido luchar contra los crímenes
de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio. Sin embargo, su idealismo
pierde fuelle esta semana.
Justo en el momento en
que la asamblea de este organismo internacional se reúne en La Haya para
debatir sobre su futuro, dos hechos fundamentales obstruirán cualquier
esfuerzo: la retirada de Rusia de la firma
del Estatuto de Roma, tratado constituyente
del TPI, y la respuesta de Estados Unidos a las investigaciones del tribunal
por sus acciones en Afganistán, sospechosas de constituir crímenes de guerra. A ello se suma la queja histórica y la progresiva retirada de
los países africanos, que denuncian un trato injusto.
Gracias a l@s 1661 que
acudisteis a la cita de ayer https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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