El 9 de mayo de 1943 comenzó la
masacre de Changjiao. ww.bluerock.es lo resume muy bien: “Masacre de Changjiao”: https://amp.ww.bluerock.es/4137328/1/masacre-de-changjiao.html
La masacre en Changjiao fue un asesinato en
masa llevadas a cabo durante cuatro días, entre el 9 y el 12 de mayo de 1943
por el Ejército Imperial Japonés en contra de la población civil de china en la
ciudad de Changjiao. Más de 30 000 hombres, mujeres y niños fueron asesinados y
violados. La masacre fue ordenada por el general japonés Shunroku Hata.
El 9 de mayo de 1978 encontraron, en el maletero de un
coche, el cadáver de Aldo Moro. “La Vanguardia” lo presenta muy bien “¿Quién
mató a Aldo Moro” https://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20130509/54373912318/politica-internacional-magnicidios-terrorismo-secuestros-aldo-moro-italia-brigadas-rojas.html#:~:text=En%20la%20ma%C3%B1ana%20del%209,en%20el%20centro%20de%20Roma.
En la mañana del 9 de mayo de 1978 el
cuerpo sin vida de Aldo Moro era descubierto por la policía en el interior de un
Renault-4 rojo aparcado
en la vía Caetani, en el centro de Roma. La aparición del cadáver del dirigente
democratacristiano, acribillado
por once balas, encogido y semicubierto por una manta en el maletero del vehículo ponía fin a
un secuestro de 55 días llevado a cabo por la
organización terrorista de extrema izquierda Brigadas Rojas (BR). El lugar donde habían
aparcado el automóvil no era casual, a medio camino de las sedes centrales de
la Democracia Cristiana (DC) y del Partido Comunista Italiano (PCI), los dos
principales partidos del país y los más
firmes defensores de no negociar con los secuestradores.
Josep Cavaldà amplía el planteamiento: “El asesinato del
líder político italiano Aldo Moro”: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/asesinato-aldo-moro_15308
Nueve de la mañana del 16 de marzo
de 1978. Aquel era el día escogido para que se celebrara la investidura del
cuarto gobierno de Giulio Andreotti, con el apoyo del Partido Comunista
italiano. Cuatro miembros de las Brigadas Rojas, una organización
terrorista revolucionaria, vestidos con uniformes de
pilotos de Alitalia, tendieron una emboscada a la comitiva del
presidente de la Democracia Cristiana Aldo Moro. Durante
el tiroteo, los terroristas asesinaron a los cinco miembros de su escolta y
secuestraron al líder político, conduciéndolo a un escondite en las afueras de
Roma. La noticia conmocionó al país que, de forma espontánea, salió a la calle
a manifestarse.
El secuestro de Aldo Moro fue una operación
"milimetrada" que aún presenta numerosos interrogantes.
Posteriormente, algunas fuentes
desvelaron que 49 de los 91 disparos efectuados salieron de una misma arma y se sugirió
que hubiera sido un miembro de la ndranghetta, la mafia calabresa, con
conexiones con los servicios secretos.
Hubo otros dos elementos levantaron
suspicacias. Primero, se vio a un agente del servicio secreto en vía
Fani, lugar del secuestro, quien, al ser descubierto, alegó que se dirigía a
casa de un amigo y, segundo, debido a una caída repentina
de las líneas telefónicas en la zona del tiroteo, el primer aviso a la policía
no llegó hasta las 9:05 horas.
Durante esos casi dos meses, 55 días en
concreto, se desató un intenso debate en la sociedad italiana sobre si se
debía negociar con los terroristas o no. Durante el
secuestro, el político italiano no estuvo privado de comunicarse con las altas
esferas políticas del país. De hecho, el 30 de marzo sus captores permitieron que
se hiciera pública una carta que Aldo Moro envió a Francesco Cossiga, en aquel
momento ministro del Interior. En las misivas que Moro
envió a sus compañeros de partido, éste les afeaba su negativa a negociar su
liberación, postura "influenciada", según las notas de Moro, por
"otras personas".
El secuestro del líder de la Democracia Cristiana mantuvo en jaque a todas las potencias mundiales. En ese momento se estaba librando en Italia una partida que podía cambiar el rumbo de la política norteamericana en Europa, y podría acabar involucrando tanto a los servicios secretos estadounidenses como incluso al propio Vaticano. De hecho, todo lo que rodeaba al secuestro de Aldo Moro parecía turbio, por lo que desde un primer momento la opinión pública receló de los escasos esfuerzos del gobierno italiano para encontrar a los secuestradores y liberar al político.
Muchas gracias a l@s 1080 que acudisteis a la cita de ayer
Gracias a Iris
Gracias a ti
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