martes, 17 de enero de 2023

Nuestra cita cotidiana

 

El 17 de enero de 2001, “El País” publicó este artículo: “Oficiales rebeldes de Congo asesinan al presidente Kabila”: https://elpais.com/diario/2001/01/17/portada/979686009_850215.html

 

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A pesar de la confirmación del Gobierno belga de la muerte de Kabila, todo lo que rodea a los hechos ocurridos ayer en el palacio presidencial de Kinshasa seguía esta madrugada rodeado de una absoluta confusión. Las informaciones disponibles no aclaraban el alcance de la intentona militar. El ministro del Interior, Gaétan Kakudji, anunció, a través de la televisión, la instauración del toque de queda y la puesta en alerta de todas las unidades militares del país. Atribuyó estas medidas a una 'decisión del presidente Kabila'.

 

Manuel Altozano añade: “Un ex agente de Ruanda implica a su Gobierno en el asesinato de Kabila”: https://elpais.com/diario/2008/12/21/internacional/1229814007_850215.html

 

El testigo, que pasó el mes pasado por el despacho del juez Andreu, ofreció un relato muy detallado de cómo, hace casi ocho años, agentes secretos al servicio del Gobierno de Ruanda, presidido por el tutsi Kagame, líder del Frente Patriótico Ruandés (FPR), entregaron personalmente el dinero a personas del círculo del presidente Laurent Kabila para que organizaran el magnicidio. Esos mismos agentes al servicio de Kagame se comprometieron a facilitar la huida de los implicados a países europeos para evitar represalias tras el asesinato.

 

 

La voz de Galicia añade: “LA MUERTE DE KABILA”: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/internacional/2001/01/27/muerte-kabila/0003_396469.htm

 

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La reunión fue convocada por Kabila para expresar su desacuerdo por la marcha de la guerra civil, en la que las tropas rebeldes, apoyadas por Uganda y Ruanda, estaban ganando casi la mitad del territorio nacional. Mientras en el bando propio, apoyado por Angola y Zimbabue, cunde la desesperanza. Así, un país tan extenso como cinco veces España, se encuentra en trance de romperse, comido por la corrupción y la ruina. Una nación africana de enormes riquezas minerales (oro, diamantes y cobalto) tiene la deuda exterior más grande de toda África y en cambio sus habitantes tienen la renta más baja -790 dólares, mientras Gabón, por ejemplo, dispone de 6.390-. ¿Quién tutela, quién pierde la guerra y quién se beneficia de la desaparición de Kabila? Si se acepta la versión de que Ruanda y Burundi no intervinieron en el asesinato, ¿qué nos queda?

“El Mundo” añade cómplices: “El asesinato de Kabila fue fruto de un complot internacional, según un diario belga”: https://www.elmundo.es/elmundo/2001/02/03/internacional/981214887.html

 

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El «asesino no estaba solo» y Kabila murió porque «tenía demasiados enemigos tanto en el exterior del país como en su entorno», sostiene el rotativo en una nueva entrega de un reportaje sobre el magnicidio perpetrado en Kinshasa el pasado día 16.

«Desbordado por el trabajo», el presidente congoleño actuó con negligencia y no analizó «varios informes de sus servicios de seguridad» que advertían de los peligros existentes, agrega el periódico.

Una vez cometido el atentado, atribuido oficialmente a un miembro de la seguridad presidencial, se produjo «una estrategia de tensión» manejada desde distintas capitales y que hizo circular gran cantidad «de noticias falsas» con el fin de desestabilizar al régimen.

Según ‘Le Soir’, uno de los informes que debería haber leído Kabila, de finales de 2000, «describía las diversas tendencias que dividían a los grupos de refugiados congoleños de Kivu (este de la RDC, con yacimientos de oro y diamantes, en manos rebeldes) que se encuentran en Tanzania».

 

El «asesino no estaba solo» y Kabila murió porque «tenía demasiados enemigos tanto en el exterior del país como en su entorno», sostiene el rotativo en una nueva entrega de un reportaje sobre el magnicidio perpetrado en Kinshasa el pasado día 16.

«Desbordado por el trabajo», el presidente congoleño actuó con negligencia y no analizó «varios informes de sus servicios de seguridad» que advertían de los peligros existentes, agrega el periódico.

Una vez cometido el atentado, atribuido oficialmente a un miembro de la seguridad presidencial, se produjo «una estrategia de tensión» manejada desde distintas capitales y que hizo circular gran cantidad «de noticias falsas» con el fin de desestabilizar al régimen.

Según ‘Le Soir’, uno de los informes que debería haber leído Kabila, de finales de 2000, «describía las diversas tendencias que dividían a los grupos de refugiados congoleños de Kivu (este de la RDC, con yacimientos de oro y diamantes, en manos rebeldes) que se encuentran en Tanzania».

UCM añade: “Asesinato en Kinshasa. ¿Quién mató a Laurent-Désiré Kabila?” : https://cidafucm.es/asesinato-en-kinshasa-quien-mato-a-laurent-desire-kabila#

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¿De entre todas las pistas – libanesa, ruandesa, americana – cuál le parece la más plausible o cercana a la verdad? ¿Cómo interpreta usted la actitud de Joseph Kabila, hijo de la víctima y Presidente de la RDC, diez años después de los hechos?

Arnaud Zajtman: Nuestra íntima convicción es que esas pistas son elementos de un mismo puzle. Los escoltas descontentos ejecutaron el complot, el negociante en diamantes libanés fue un intermediario que aseguró la logística alquilando coches y apartamento para los ejecutores del complot, urdido por los rebeldes pro-ruandeses con el asentimiento de los americanos, aliados de Ruanda durante la guerra que desgarraba entonces el Congo. Es lo que nosotros avanzamos con prudencia en el documental, ya que las pruebas que nos permiten llegar a esta conclusión son en algunos puntos tenues. Así que, por fiabilidad periodística, no podemos afirmar cosas con fuerza sin poseer las pruebas irrefutables.

Antoine Vumilia: La muerte de Laurent-Désiré Kabila es debida probablemente a una interacción de todas esas pistas y otras más. Joseph Kabila es el hombre que ha sacado provecho del crimen. Me parece que su preocupación más importante después de los hechos era la de asegurar la consolidación de su poder. Quiso agradar a la vez a los anglosajones y a los ruandeses, que ciertamente habían estado en el centro mismo del complot contra Laurent-Désiré Kabila, falseando las investigaciones. Pero, quiso también tranquilizar la opinión nacional y para que le disculparan presentándole rápidamente cabezas de turco. En dos palabras, todo el mundo parecía tener interés en privilegiar la estabilidad política en detrimento de la justicia y de la verdad. Salvo que ahora, me parece que Joseph Kabila se obstina en una fuga hacia delante, cuando todo el mundo, incluso en su propio campo, comienza a darse cuenta de la superchería. Es ridículo.

 

Jaume Portell presenta un amplio panorama:

“Lumumba: el asesinato más importante del siglo XX” https://www.politicaexterior.com/lumumba-el-asesinato-mas-importante-del-siglo-xx/

 

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El artículo tiene la virtud de mencionar la palabra neocolonialismo en varias ocasiones, pero nunca concreta lo suficiente. A partir de ahí, se nos presenta el Congo como un lugar destruido por las guerras, el caos, la corrupción y unos líderes nefastos. El lector podría concluir que el país ha quedado atrapado en un ciclo de acción-reacción entre personajes infames (Tshombe, Mobutu, Kabila) y que de este caos se benefician las potencias exteriores. Una especie de “a río revuelto, ganancia de pescadores”. La realidad congoleña, sin embargo, es menos casual y más causal.

 Gracias a l@s 3127 que acudisteis a la cita de ayer

Gracias a Iris

Gracias a ti

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