Nuestra cita cotidiana

 El 24 de enero de 1995, “El País”publicó este artículo: “Apoyo al obispo destituido por el Papa”: https://elpais.com/diario/1995/01/24/sociedad/790902011_850215.html

 

Siguen aumentando los apoyos a Jacques Gaillot, el obispo francés destituido por el Vaticano dada su trayectoria progresista. Ayer mostraron públicamente su respaldo la Federación Internacional de Sacerdotes Católicos Casados y un grupo de sacerdotes de la Vicaría IV (Vallecas) de la Diócesis de Madrid. Por otro lado, en Francia se está organizando una marcha en 12 ciudades para protestar por la decisión del Papa.-

 

Partenia informa: “Hace siete años…”: https://www.partenia.org/partenia_1996_2006/sp/l_0202s.htm

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Hace siete años, el 13 de enero de 1995, Hace siete años, el 13 de enero de 1995, Jacques Gaillot, obispo de Évreux desde 1982, fue destituido por el Vaticano y reducido a la "titularidad" de Partenia, una diócesis de África del Norte desaparecida desde el siglo VI. Este acontecimiento provocó en la opinión pública, tanto en Francia como en el extranjero, un inmenso rumor en que predominaba la indignación. Porque para los creyentes y los no creyentes, la medida que Roma había tomado era profundamente injusta: no sólo porque Jacques Gaillot había sido, en Évreux, un pastor especialmente activo y lúcido, sino también debido a que el mensaje que él había transmitido, hacia el gran público, por sus palabras, su testimonio y sus escritos, era en todo punto conforme con el mensaje del evangelio, destinado a los pobres, a los desposeídos, a los extranjeros, a los enfermos, los "pecadores". La indignación pública tomó diversas formas: manifestaciones espontáneas de las multitudes en Évreux y delante de la mayoría de las diócesis, los responsables de las diócesis eran invitados a explicarse a la vez sobre el disfuncionamiento de la Iglesia que evidenciaba la destitución de Jacques Gaillot y sobre la aplicación, juzgada muy tímida, de las orientaciones de Vaticano II, el concilio había destacado el carácter colegial y comunitario que tendría que ser desde entonces el de una institución demasiado proclive a permanecer fiel a un sistema centralista y vertical; formación espontánea de agrupaciones y asociaciones vinculadas con Partenia y decididas a no permitir que se diera el carpetazo, en la opacidad y el silencio, al "asunto Gaillot".

Hace siete años, el 13 de enero de 1995, Jacques Gaillot, obispo de Évreux desde 1982, fue destituido por el Vaticano y reducido a la "titularidad" de Partenia, una diócesis de África del Norte desaparecida desde el siglo VI. Este acontecimiento provocó en la opinión pública, tanto en Francia como en el extranjero, un inmenso rumor en que predominaba la indignación. Porque para los creyentes y los no creyentes, la medida que Roma había tomado era profundamente injusta: no sólo porque Jacques Gaillot había sido, en Évreux, un pastor especialmente activo y lúcido, sino también debido a que el mensaje que él había transmitido, hacia el gran público, por sus palabras, su testimonio y sus escritos, era en todo punto conforme con el mensaje del evangelio, destinado a los pobres, a los desposeídos, a los extranjeros, a los enfermos, los "pecadores". La indignación pública tomó diversas formas: manifestaciones espontáneas de las multitudes en Évreux y delante de la mayoría de las diócesis, los responsables de las diócesis eran invitados a explicarse a la vez sobre el disfuncionamiento de la Iglesia que evidenciaba la destitución de Jacques Gaillot y sobre la aplicación, juzgada muy tímida, de las orientaciones de Vaticano II, el concilio había destacado el carácter colegial y comunitario que tendría que ser desde entonces el de una institución demasiado proclive a permanecer fiel a un sistema centralista y vertical; formación espontánea de agrupaciones y asociaciones vinculadas con Partenia y decididas a no permitir que se diera el carpetazo, en la opacidad y el silencio, al "asunto Gaillot", obispo de Évreux desde 1982, fue destituido por el Vaticano y reducido a la "titularidad" de Partenia, una diócesis de África del Norte desaparecida desde el siglo VI. Este acontecimiento provocó en la opinión pública, tanto en Francia como en el extranjero, un inmenso rumor en que predominaba la indignación. Porque para los creyentes y los no creyentes, la medida que Roma había tomado era profundamente injusta: no sólo porque Jacques Gaillot había sido, en Évreux, un pastor especialmente activo y lúcido, sino también debido a que el mensaje que él había transmitido, hacia el gran público, por sus palabras, su testimonio y sus escritos, era en todo punto conforme con el mensaje del evangelio, destinado a los pobres, a los desposeídos, a los extranjeros, a los enfermos, los "pecadores". La indignación pública tomó diversas formas: manifestaciones espontáneas de las multitudes en Évreux y delante de la mayoría de las diócesis, los responsables de las diócesis eran invitados a explicarse a la vez sobre el disfuncionamiento de la Iglesia que evidenciaba la destitución de Jacques Gaillot y sobre la aplicación, juzgada muy tímida, de las orientaciones de Vaticano II, el concilio había destacado el carácter colegial y comunitario que tendría que ser desde entonces el de una institución demasiado proclive a permanecer fiel a un sistema centralista y vertical; formación espontánea de agrupaciones y asociaciones vinculadas con Partenia y decididas a no permitir que se diera el carpetazo, en la opacidad y el silencio, al "asunto Gaillot".

Sur.org añade: “La profunda crisis de la Iglesia Católica bajo los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI”: https://www.sur.org.co/la-profunda-crisis-de-la-iglesia-catolica-bajo-los-pontificados-de-juan-pablo-ii-y-benedicto-xvi/?pdf=6298

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La raíz histórica de la crisis milenaria que arrastra la Iglesia se debe buscar en los años de la Iglesia constantiniana, la primera gran crisis, cuando se formalizó el matrimonio Iglesia e Imperio, que expresó muy bien la toma o apropiación de la Iglesia por la nobleza romana, que se venía dando desde el siglo III. La fecha simbólica de ese matrimonio se puede ubicar en el año 325, año del Concilio Ecuménico en la ciudad de Nicea, en Bitinia, hoy en Turquía, convocado por el Emperador Constantino, que era simpatizante del cristianismo más no bautizado, en su Palacio de vacaciones, al que asistieron 320 obispos de 1.800 invitados (mil del Oriente y 800 de Occidente), del 20 de mayo al 19 de junio. Constantino se hizo bautizar poco tiempo antes de su muerte, pero sí supo utilizar la Iglesia, para sus interese políticos. En el año 313 había emitido El Edicto de Milán, dando libertad a las iglesias cristinas, en todo el amplio territorio del Imperio Romano.

“Periodista Digital”, explica: “El Papa recibe a monseñor Gaillot, defensor de divorciados, homosexuales e inmigrantes”: https://www.periodistadigital.com/cultura/religion/vaticano/20150902/papa-recibe-monsenor-gaillot-defensor-divorciados-homosexuales-e-inmigrantes-noticia-689400077508/

 

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Gaillot también se distinguió durante su etapa en Evreux por el apoyo a la primera Intifada palestina, llegando a reunirse con Yaser Arafat en el exilio de éste en Túnez en 1985. En 1987 viajó a Sudáfrica para manifestarse en contra del apartheid, mientras que en el año 1991 declaró en una carta abierta su oposición a la Guerra del Golfo.

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