jueves, 2 de enero de 2020

Nuestra cita cotidiana


El 2 de diciembre de 1852, el primer presidente de la II República se autoproclamó emperador de los franceses y tomó el nombre de Napoleón III, puesto que predicaba   había habido Napoleón I y Napoleón II en la dinastía Bonaparte.
“NATIONAL GEOGRAPHIC” ofrece información y fotos: “NAPOLEÓN III, EL ÚLTIMO EMPERADOR DE FRANCIA”: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/napoleon-iii-ultimo-emperador-francia_6831/1
_    El 10 de diciembre de 1848, tras varios meses de agitación política provocada por la revolución de febrero de 1848, Luis Napoleón Bonaparte había sido elegido presidente de la Segunda República francesa con el apoyo de las clases populares. El 2 de diciembre de 1851 dio un golpe de estado con el propósito de restaurar el sufragio universal, que había sido restringido unos meses antes. Tras ser ratificado por el pueblo mediante un plebiscito, eliminó la oposición republicana y socialista e instauró un régimen autoritario y centralizado que se transformó en una monarquía hereditaria. El 14 de enero de 1852 promulga una nueva constitución que refuerza los poderes del ejecutivo y subordina el legislativo.

ENCICLOPEDIA US ES ofrece otra interesante información sobre la guerra de Prusia: “Napoleón III de Francia”: http://enciclopedia.us.es/index.php/Napole%C3%B3n_III_de_Francia
_    Rompiéronse hostilidades en Junio de 1870; los franceses creídos de su superioridad, y en la ciega creencia de que realizarían fácilmente el propósito encerrado en el estribillo de «A Berlín, A Berlín» como cantaban por las calles de París, viéronse atraidos hacia el enemigo por la fácil victoria que éste les dejó alcanzar en la acción de Sarrebruck. Pronto se vió la inaudita inferioridad del ejército francés respecto al alemán. Sucedianse sin intermisión las derrotas, hasta que los alemanes consiguieron encerrar en Sedan a los restos del ejército mandado por Napoleón III, que hubo de entregar. La noticia del desastre, llegada a París el 4 de septiembre, soliviantó de tal manera los ánimos, que la Asamblea, bajo la presión del pueblo, decretó el destronamiento del Emperador y se constituyó como poder supremo un gobierno de «Defensa Nacional», del que fue alma el elocuente orador M. León Gambetta
HISTORIA UNIVERSAL  ofrece  datos que permiten un buen planteamiento ”La Francia del II Imperio de Napoleón III  (1852-1870): http://www.hispanidad.info/nap3.htm
_    El bonapartismo consiste en hacer encarnar en un poder personal imperial autoritario los "principios" de la Revolución Francesa y del liberalismo más radical, empezando por la doctrina del Pueblo Soberano, que da todo el poder al que lo ejerce en nombre del Pueblo con mayúscula, y el bonapartismo toca a fondo la tecla del nacionalismo más vanidoso de la grandeur de la France, para reverdecer las glorias napoleónicas. No duda en asumir el sufragio universal frente al error de la izquierda y la derecha de considerar que eso era lo más revolucionario, al considerar que, como cuanta más soberanía de la Nación o Pueblo Soberano se proclamase, más revolucionario se era, entonces cuanto más derecho de voto se reivindicase para mayor porcentaje del pueblo, más a la izquierda se estaba, y por lo tanto los que reivindicaban el sufragio universal eran los más izquierdistas, y llamarse demócrata era situarse en la extrema izquierda más revolucionaria. Pero esto partía del equívoco de confundir la idea del Pueblo con mayúscula con la realidad del pueblo con minúscula. Ya Napoleón y ahora Napoleón III, siguiéndole en sus planteamientos, habían descubierto y constatado que el pueblo era derechista, más que conservador, que era católico, que las dos terceras partes de la propiedad de la tierra, tan inmensa y rica en Francia, estaba en manos de la población campesina de pequeños propietarios y que, si se le encandilaba con las glorias nacionalistas, se le tendría más que apaciguado, agradecido y fidelizado. También los obreros, desengañados de los dirigentes socialistas fracasados que los habían querido utilizar en la revolución de 1848, se veían atraídos por los puestos de trabajo derivados de los planes de desarrollo industrial que Napoleón III incluía en su idea de engrandecimiento de Francia. Y a todos pretendía atraer con su promesa de garantizar "la tranquilidad y la prosperidad".
_    La constitución de enero de 1852, tras el golpe de Estado y el plebiscito de diciembre de 1851, aunque "reconoce los grandes principios de 1789", le proclama cónsul decenal de la República, potenciando aún más su poder ejecutivo; pone el legislativo en tres asambleas, una de las cuales, el Cuerpo Legislativo, es elegida por sufragio universal y discute y vota las leyes, pero la que las prepara es otra, el Consejo de Estado, y la tercera, el Senado, que tiene poder incluso constitucional, es nombrada por el propio Luis Napoleón. El sistema no se basa en el parlamentarismo, no manda el parlamento, y establece los plebiscitos, en los que por sufragio universal el pueblo ratifica las normas.

Sí te puedo decir que Napoleón III ha dejado huella en Francia, LETRAS LIBRES, nos lo recuerda: “De Gaulle, espejo y esencia del populismo francés”: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/politica/gaulle-espejo-y-esencia-del-populismo-frances
_    François Mitterrand comparó su retorno al poder con el golpe de Napoleón III. Pero con Argelia en llamas y los comunistas al acecho, muchos franceses percibieron su ascenso como el único dique que los separaba de una guerra civil.
Si quieres mayor información Marx te ofrece: “EL DIECIOCHO BRUMARIO  DE LUIS BOMAPARTE: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/brumaire/brum1.htm

Gracias a l@s 1657 que acudisteis  a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti


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